Betis: La vuelta al dibujo clásico de Pellegrini no da réditos
Real Betis
El conjunto verdiblanco se atasca en las últimas dos jornadas con los dos pivotes en la medular sumando sólo un punto y ha perdido movilidad en el ataque
Europa, escenario para Mateo Flores
Sevilla/Goleado por el colista en la última jornada, esta semana toca, como después de la derrota en Varsovia o el derbi, hablar de autocrítica como justificación. El día de la marmota que el jueves, en Conference League, tiene la prueba del algodón para saber si son palabras vacías, una vez más, o de verdad la debacle en Mestalla es un punto de inflexión que sirve como examen de conciencia para expiar los pecados. De todos. Desde una directiva que ha empobrecido la plantilla, pues en verano no se repusieron las salidas de Ayoze y Guido Rodríguez, ya que nadie vino por ellos específicamente y es una cuestión que pesa casi más que los lesionados, al vestuario. Más allá de las bajas y de los errores del técnico, los seis minutos perpetrados en la capital del Turia, en los que se encajan tres goles, son cosa de los jugadores y no del entrenador.
Dicho esto, quizá Manuel Pellegrini ha errado, empujado por las lesiones, con la vuelta al sistema con dos pivotes que no ha funcionado ni en casa con el Celta –y eso que pudo ganar, pero también perder– ni en la visita a un Valencia que marcó ante los verdiblancos la mitad de todos los goles que había logrado en los 11 encuentros previos. Llevaba ocho y anotó cuatro. Y es que el Betis parece que ha perdido su fortaleza defensiva, ya que en las dos últimas citas encajó seis dianas y en los 12 choques anteriores apenas 10.
Cierto es que con el regreso al 1-4-2-3-1 ha marcado cuatro tantos, pero a golpe de chispazos y sin generar fútbol ni tener el control de los partidos. Ante el Celta la apuesta fue Johnny Cardoso y Sergi Altimira en el doble pivote, con Fornals, Iker Losada y Abde por detrás de Vitor Roque. El Betis estuvo muchos minutos a merced de su rival y si bien pudo remontar con el disparo que Fornals estrelló en el larguero, el rival pudo sentenciar también y sólo el arrebato final encontró premio en un cabezazo de Bartra.
Con la ausencia por lesión del internacional estadounidense, Pellegrini probó con un canterano sin experiencia en la élite, Carlos Guirao, junto a un Sergi Altimira que siempre había jugado junto a algún compañero más experimentado, de manera que el técnico se inventó un doble pivote joven y con pocos galones ante un conjunto extramotivado. La idea era que Fornals llevara la manija, pero la inoportuna lesión del castellonense y la determinación de darle más descanso a Lo Celso o no retrasar su posición obligó a Pellegrini a hacer una apuesta arriesgada que salió mal.
Un punto de cinco, ante el Celta en casa y a domicilio frente al colista, después de que el cambio a jugar con dos delanteros se tradujo en un 7/9 puntos vistando al Osasuna y al Athletic –en la segunda parte varió el sistema a un 1-4-1-4-1– y pasando por encima del Atlético de Madrid en el Benito Villamarín en LaLiga. Y sin Lo Celso, baja que inició el cambio al no tener la llamada “magia” en la mediapunta. Pero el argentino está de vuelta y hay que decidir si hacerle un hueco colocándolo en su posición habitual o pedirle un esfuerzo extra y retrasarlo para jugar con dos delanteros.
En estas dos últimas jornadas se ha echado en falta el Betis agresivo, directo y móvil que se vio en Pamplona o contra el conjunto colchonero, el Betis que se plantaba en el área rival con un balón en largo o con un pase interior teniendo las referencias de dos puntas y dos jugadores más en las bandas, así como la llegada desde atrás de alguno de los medios centro.
El momento de la temporada exige una vuelta de tuerca de Pellegrini a la plantilla y al sistema, ya que trata de ajustarse a lo que tiene con William Carvalho y Marc Roca descartados para un futuro próximo. También Isco, que aunque ha empezado a hacer parte del entrenamiento con el grupo aún tiene trabajo por delante. Se trata de recuperar a Johnny Cardoso y a Fornals a marchas forzadas, pero lo cierto es que a corto plazo el Ingeniero no espera a nadie y el Mlada Boleslav, contra el que ya no se puede fallar, aguarda el jueves. Y la Real el domingo. Y después la Copa del Rey el miércoles de la semana que viene y el Barça, el 7 de diciembre. Así hasta un carrusel de ocho encuentros en 25 días desde este jueves hasta el 22 de diciembre que despida el año recibiendo al Rayo Vallecano. Seguir vivo en Europa y en la Copa y mantenerse bien posicionado en la Liga dependerá de estos encuentros, de los efectivos de los que disponga el técnico y, por qué no, del esquema que use.
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