Tribuna Económica
José Ignacio Castillo Manzano
Las Tres Gracias del presupuesto andaluz y Séneca
Betis-Celje | Informe técnico
Sevilla/El gol de Juanmi, que el tiempo dirá si es importantísimo o no pero de momento desata un inesperado nudo, no puede ocultar el pésimo partido que el Betis perpetró ante el muy modesto Celje. De cabo a rabo. Sin altibajos. La falta de tensión tan evidente en la mayoría de los elementos hizo que los eslovenos se colaran en un partido donde jamás se debieron colar. Y planteado ya un litigio insospechado por esa mandanga verdiblanca, tampoco apareció esa superioridad técnica: un pase de la nada, una combinación eléctrica entre líneas, una apertura genial a la banda. La creatividad está en la enfermería. Fornals se lo recordó a todos con su fallida actuación.
Era la ocasión ideal para que ese mayúsculo pilar bético que ya es Diego Llorente descansara. El Celje propuso un osado 4-3-3, sí, pero el contenido era demasiado magro para inquietar. El ariete, el gigantón lituano Armandas Kucys, se peleaba más con la pelota que con los centrales y el único foco de aparente amenaza apareció en la banda siniestra con las animosas galopadas de Brnic, sin respuesta alguna de un compañero.
El Celje se confirmó como uno de tantos equipos europeos con buenos conceptos tácticos, con cierta audacia para buscar la portería pero con la necesidad de que el de enfrente, muy superior, cayera en la relajación y luego en el bloqueo mental, que fue lo que le pasó al Betis en defensa cuando el Celje empató.
Nada. No hay forma de que este Real Betis Balompié salga con toda la cuerda dada, o casi, a una cita ordinaria en Europa. Y eso que está inmerso en una ocasión única para asomarse a las eliminatorias últimas de un torneo continental y con visos de hacer por fin algo sonado. A la tercera, tras los fiascos ante Legia y Copenhague, tampoco. Pellegrini siguió apostando por el 4-4-2 para apretar arriba. Pero lo que cayeron en la primera parte fueron destemplados centros al área desde fuera, a lo que salieran. Sólo Sabaly sirvió dos con cierto veneno en los que se vio que Bakambu no tiene ajustado su punto de mira. Y lo de Chimy empieza a ser clamoroso. Se enredó consigo mismo entre líneas. Y tampoco apareció por allí, desde la izquierda, Pablo Fornals, el hombre llamado a crear, un verbo que al Betis le cuesta muchísimo conjugar sin Isco, Carvalho y Lo Celso (malísima suerte la coincidencia de los tres en la enfermería).
Se trataba de meter una cuarta marcha y luego una quinta. Pellegrini lo intentó con Abde por la izquierda, Tigrinho por un nulo Bakambu y Fornals en el medio, pero la mejoría no fue suficiente.
Suerte que el Celje, que tuvo las mejores ocasiones tras el 1-1, se creyó que podía ganar y se destapó en la última jugada.
Incluso en partidos tan malos siempre tiene algo en la recámara.
Sigue sin leer qué hace falta para jugar en Europa. Y qué carestía de creatividad...
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