Rabia por un orgullo herido y punto de inflexión en el Betis

Real Betis

En cada acción, tanto ofensiva como defensiva, los jugadores se giraban 'como locos' pidiendo a gritos el apoyo de su afición

La imagen llamativa fue la del gol, pero se pasó por alto el grito de Bartra a Assane Diao para meterlo en el partido

Aitor Ruibal marca el camino del Betis

Los jugadores del Betis celebran con rabia la victoria ante el Atlético de Madrid / ANTONIO PIZARRO

SEVILLA/El partido que consiguió ganar este pasado domingo el Betis ante el Atlético de Madrid en el Benito Villamarín ha sido un punto de inflexión que marca un antes y un después en clave verdiblanca, sin duda, para lo que resta de temporada. Llegaban a la cita los de Manuel Pellegrini después de una serie de situaciones que sirven para contextualizarlo todo. Primero, dos semanas de parón de selecciones tras dos tropiezos bastante importantes en Varsovia y en El Gran Derbi. En esas dos semanas hubo muchas críticas tanto a la plantilla como al entrenador y su esquema. Un esquema que cambió de cara al duelo ante Osasuna, donde dio un cambio trascendental en los primeros 20 minutos y consiguió tres puntos clave. Cuando parecía la plantilla haberse levantado, las críticas a los jugadores y cuerpo técnico volvieron tras otro batacazo europeo ante el Copenhague.

Todo esto generó un ambiente bastante pesimista al rededor del partido ante los del Cholo Simeone, donde muchos daban por perdido el partido incluso antes de jugarlo pero llama más la atención la gran cantidad de mensajes y opiniones, tanto en redes sociales como en el día a día, que apuntaban incluso a una goleada rojiblanca. Cuando los jugadores escuchaban estas intervenciones lo normal era que su orgullo como equipo se viese mínimamente tocado y se despertase una mínima sensación de rebelión o revancha. Así ocurrió.

La rabia en las celebraciones, una imagen llamativa

Ya se ha comentado muchas veces la intensidad impresionante que sacó a relucir el equipo del Ingeniero, desde el minuto 1 hasta el 97. Pero esa intensidad se vio reflejada en muchas imágenes que llaman la atención. La primera, en el gol en propia puerta de los colchoneros. En cuanto el balón entra dentro de la portería de Oblak, el estadio se cae, y los jugadores del Betis se unen en torno al marroquí y gritan a la grada con la cara desencajada de la rabia. La cara de Aitor, la de Abde, la de Fornals... Una señal clara e inequívoca de que su orgullo estaba tocado por las críticas y así liberaban esos sentimientos.

Pero esa no fue la única acción. En el mismo gol, los compañeros se fueron directamente al centro del campo y el Chimy se quedó rezagado mientras levantaba los brazos con cara de rabia y miraba a la grada de forma insistente pidiendo su apoyo. Ya en el segundo tiempo, Johnny Cardoso despejaba un balón a córner en una ocasión peligrosa del Atléti y lo celebraba como un gol mirando a los integrandes de Gol Sur y gritando muy motivado. El propio estadounidense repetía los gestos de ánimo hacia los suyos cada vez que hacía una acción defensiva. El propio Romain Perraud, que suele ser muy conmedido, en los minutos finales tuvo una acción defensiva importante en la que realizó un corte defensivo en banda izquierda de una forma muy contundente. Tras esta, daba otro grito de rabia y se golpeaba el pecho apretando los puños.

Chimy Ávila celebrando con rostro de rabia la victoria del Betis / Real Betis

Bartra, el líder de un equipo con mucho compromiso

Otro de los que mostró mucho carácter a lo largo del partido fue el central catalán. Ya no sólo en todos y cada uno de los cortes defensivos que él mismo realizaba, sino a la hora de meter en el partido a todos sus compañeros. Se le pudo ver constantemente gritar y celebrar cada acción acertada de los suyos, pedir ánimo a la grada alzando los brazos, conducir la celebración bética tras la victoria, pero sobre todo dejó una imagen que refleja perfectamente lo que se vivió en el césped del Villamarín. Entraba Assane Diao en el terreno de juego y el capitán se fue directo hacia él, lo agarraba del brazo, y sin escuchar evidentemente lo que le dijo se sobreentendió en el lenguaje futbolístico y gestual. Cara de rabia, aplausos, palmadas en la espalda. Los verdiblancos estaban a 200 revoluciones y el canterano no podía entrar con menos al césped.

Un fiel reflejo de la rabia que sacaron todos y cada uno de los integrantes del plantel en una victoria importantísima y que supone un importante punto de inflexión. Ya han demostrado que este es el suelo que pueden dar. Que pueden presionar así, que pueden demostrar esa garra y ese coraje y a partir de aquí, como mínimo, deben dar esta versión.

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