Lo que resta para cerrar la marcha de Iker Losada al Celta

SEVILLA/Catoira, una pequeña localidad de Pontevedra a menos de 55 minutos en coche de Vigo. Ahí está la casa de infancia de Iker Losada y esa es la distancia que tendrá que recorrer para ver a sus familiares desde la próxima semana si no ocurre nada extraño en las negociaciones ente Real Betis Balompié y RC Celta de Vigo, que están muy cerca de llegar a puerto por la cesión del media punta de 23 años. Las negociaciones vienen desde hace semanas y han ido evolucionando poco a poco, sobre todo en lo que gira a la voluntad del futbolista. Llegó el pasado verano a Heliópolis por 1.8 millones de euros y firmando un largo contrato de cinco temporadas, lo que mostraba la confianza de la entidad verdiblanca en su capacidad de progresión.

Desde que pisó La Palmera se mostró muy ilusionado con el proyecto y dejó claras sus ganas de triunfar en el Betis. Además, cada vez que hablaba de alguno de sus compañeros en los compases iniciales de la temporada se deshacía en elogios emocionado. Como aquel que llega a jugar con los alevines siendo benjamín de primer año. Isco, Fekir, Lo Celso, William Carvalho... Todos le parecen un ejemplo a seguir. Pero el poco tiempo que ha estado con la verdiblanca no ha podido aprovecharlo como a él.

Las claves de la operación

En estos momentos, el paso fuerte en la operación se ha podido dar gracias al cambio de opinión de Iker Losada respecto a su futuro. Ha recibido ofertas de varios clubes de primera división pero ya le ha transmitido al Betis que si sale en este mercado de enero, sólo será al Celta. De hecho el acuerdo entre jugador y conjunto vigués ya es total. De hecho, desde Diario AS informan de la posibilidad de que el mismo domingo o a más tardar el lunes ya pueda estar abandonando la ciudad de Sevilla.

Los últimos flecos que se están ultimando entre las entidades radican en la fórmula de la cesión. El Betis no quiere un traspaso y su intención es conseguir una opción de compra de algo más de cuatro millones de euros y que el Celta busca rebajar a los tres. El hecho de la obligatoriedad o no de dicha opción de compra, la clave a definir para la fumata blanca. Lo que sí está claro es que los de Giráldez no quieren que las negociaciones se dilaten demasiado en el tiempo. No va a ser una operación de final de mercado.

Rendimiento pobre y pocas oportunidades

Han sido 15 partidos entre clasificación a la UEFA Conference League, LaLiga y Copa del Rey en los que no ha anotado ningún gol (uno de sus fuertes desde el Racing de Ferrol) y sólo ha dado una asistencia. No ha contado con demasiadas oportunidades por parte de Manuel Pellegrini, ni siquiera con la plaga indecente de lesiones que ha sufrido el equipo bético en esa parcela. Además, en las pocas que ha tenido tampoco se ha mostrado como un futbolista diferencial y se le ha notado falto de ritmo, de continuidad, y sobre todo de ir a una velocidad algo más baja de lo que exige la realidad del Betis a día de hoy.

Si finalmente se termina cerrando su salida al Celta, allí se encontrará con un Claudio Giráldez que lo tiene en alta estima y seguro que le dará todas las oportunidades para que siga desarrollándose como futbolista en Primera División. De hecho, cuando este en el mercado estival, decidió irse al conjunto de La Palmera, el entrenador decidió llamarlo: "Con Claudio hablé en su momento. Él me dio su punto de vista, yo el mío, y nos respetamos. Cuando tomé la decisión lo llamé, le dije lo que iba a hacer y él me dio la enhorabuena. Me dijo que era un paso muy importante en mi carrera, que siguiera adelante, y que iba a estar muy pendiente. Igual que lo estoy yo de él".