El Betis de Pellegrini, electricidad hasta el apagón tras el intermedio

El Betis salió con una audaz y eficaz presión adelantada, pero no dosificó sus esfuerzos y el hundimiento de Carvalho y Marc Roca hizo el resto

Aitor Ruibal de ‘nueve’ no tiene recorrido

Así jugaron los futbolistas del Betis ante el Girona

Pellegrini: "Aitor Ruibal siempre ha sido delantero"

Aitor Ruibal, ante Blind. / Juan Carlos Muñoz

Las sombras de Ayoze, Willian José y Guido sobrevolaron la vertical del cuidado prado heliopolitano. Lo hicieron también sobre un Betis de tintes circunstanciales aún, al que le falta un jugador que le cambia la cara a ganador a menudo, Isco, más Bakambu y algún refuerzo más que llegue arriba. Con todo, la vuelta de Juanmi y sobre todo Nabil Fekir le dieron prestancia al ataque verdiblanco mientras el equipo, como tal, tuvo capacidad para presionar muy arriba. Duró una parte esa propuesta valiente y el Girona, con los cambios, mejoró su llegada.  

Defensa  

Los primeros defensores, ante un Girona que quiso y tuvo más la pelota, fueron Aitor Ruibal en su papel de delantero y Juanmi desde la izquierda. Con la ayuda de Fekir desde más atrás y Pablo Fornals a la derecha, las cuatro piezas verdiblancas más adelantadas arrancaron el partido corriendo como galgos para dificultar la salida aseada de los catalanes desde atrás. Gazzaniga tiene prohibido por Míchel dar un pelotazo, los riesgos son asumidos y por ahí quiso el Betis torcerle las cosas al equipo revelación de la pasada Liga. Y lo hizo. 

Esas recuperaciones tan arriba hicieron que la defensa bética viviera lejos de Rui Silva hasta el descanso y que sólo afloraran conatos de incendio en los pases de un extremo a otro, sobre todo del costado de Miguel Gutiérrez al de Bryan Gil, que actuó a pierna cambiada y a veces le buscó las vueltas al voluntarioso y rústico Perraud. Cuando Carvalho quedó clavado y Marc Roca desapareció, que fue demasiado pronto, el Girona se coló definitivamente y dio un paso adelante con Jhon Solís tocando y Almena por la derecha. 

Ataque  

Esa presión adelantada, audaz y eficaz, también trajo réditos ofensivos, por supuesto. Hizo que esa batidora imparable que es Juanmi entrara mucho en contacto con la pelota, que Fekir maniobrara entre líneas y que Aitor Ruibal explotara su movilidad para abrir huecos a los que se incorporaran desde atrás. Hasta Perraud irrumpió con fuerza tres veces desde su costado en la primera mitad, la primera de ellas forzando el córner que la zurda mágica de Fekir templó a la testa de Bartra en el primer palo. Abel Ruiz se tomó muy al pie de la letra lo del marcaje zonal y no detectó la llegada del central catalán.

La jugada que resume el brío y la astucia con la que jugó el Betis en la primera mitad sucedió a los 20 minutos, con esa recuperación al borde del área que propició Juanmi y que a punto estuvo de convertir Ruibal tras una eléctrica combinación al primer toque. Porque el Betis, en su puesta de largo en la temporada, quiso ser eso, un equipo eléctrico. Pero le duró poco. 

En el arreón final en busca del 2-1, el Betis se fiaba al chispazo de Fekir o a una salida a la contra con Abde y Chimy, que no llegó.   

Virtudes  

Esa propuesta valiente e intensa de la primera parte, al son de unos recuperados Juanmi y Fekir. 

Talón de Aquiles  

Contando con Isco y Bakambu, el Betis es hoy peor que el del pasado año.

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