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¿En qué municipios de Sevilla se esperan más lluvias esta semana?

Al Betis se le nubla la vista

Sueños esféricos

Tener celo por ser el más moderno y respetar a la patronal no puede llevar a olvidar lo nuclear

Isco Alarcón, en el partido ante el Alavés del pasado sábado. / Juan Carlos Muñoz

20 de enero 2025 - 06:10

EN este fútbol posmoderno que nos mortifica, todo lo que rodea al juego lo está desvirtuando. Y no me refiero a la calidad media de los equipos en lo físico, lo técnico y lo táctico, superior a la de décadas atrás. Hablo de algo que atañe a la misma almendra de este deporte: los clubes de fútbol se desviven y gastan demasiadas energías en el marketing, el atrezo, el envoltorio. Esa vocación por lo superfluo coincide con una cuestión nada superflua: la economía y las cortapisas de la patronal para evitar otro plan de saneamiento con cargo a las arcas públicas.

Entre los community managers que se creen una suerte de prestidigitadores y agitadores de masas, y Javier Tebas con su aparente celo por un fútbol sostenible (que no igualitario) levantan un humo que ahoga los sentimientos más primarios y naturales del aficionado, que sólo quiere acudir cada dos semanas a su templo sagrado a vibrar con su equipo y verlo ganar, sobre todo verlo ganar. Centrar los esfuerzos en una buena plantilla, con gestores que sepan de la cosa deportiva, es la cuestión.

El Real Betis Balompié, sin comerlo ni beberlo, se ha convertido en un límpido ejemplo de esa posmoderna tendencia: el aficionado bético es bombardeado con iniciativas buenistas o efectistas, también recibe de vez en cuando noticias confusas sobre ese proyecto del nuevo estadio que tanto recelo le provoca y que tantos flecos sueltos tiene desde el plano político, y mientras gira la vista hacia un tema extradeportivo u otro, resulta que lo nuclear, tener cada día un mejor equipo, o al menos mantener el óptimo nivel al que llegó con Pellegrini al mando, se está descuidando. El discurso con timbre conformista del entrenador no ha ayudado a despertar a una afición con la vista nublada y que de repente asiste impertérrita a una seria crisis. Y veremos si descomposición. Será difícil exigir explicaciones y forzar cambios cuando Haro y Catalán han sido investidos de plenipotenciarios por muchos de los indignados.

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