Betis: Castigo a una siesta demasiado larga

Natan y el Chimy Ávila, en un momento del partido ante el Copenhague.
Natan y el Chimy Ávila, en un momento del partido ante el Copenhague. / Antonio Pizarro

Sevilla/De la intensidad en El Sadar al letargo ante el Copenhague sólo han pasado unos días... pero vaya diferencia. ¿Cómo se puede jugar una cita de una competición europea con tan poco ritmo? ¿Por qué tanto fútbol-control y no ir más veces, y de verdad, a por un rival que apenas creó peligro real a Adrián? Tanto tener la pelota y tanto contemporizar para acabar pagándolo caro –con un penalti muy claro– con un empate que debe servir para seguir tirando de autocrítica.

Y es que este Betis, con balón y sin balón, si no es intenso y no le mete ritmo a los partidos, acaba mostrando un fútbol vulgar y ramplón. Además, por mucho que los equipos de la Conference puedan resultar poco atractivos, en Europa no se puede sestear tanto. ¿Resultado? Un punto de seis ante el Legia y el Copenhague y un fútbol, en muchas fases, demasiado contemplativo. 

Defensa  

El Copenhague salió de inicio con una presión muy alta, con la línea defensiva casi en el centro del campo y casi todos sus hombres en campo del Betis. Además, con un buen manejo de la pelota y bastante posesión dentro de su 4-4-2. Sin embargo, eso no lo tradujo en profundidad alguna por las bandas, pese a los voluntariosos Elyounoussi y Robert, empeñándose siempre el cuadro danés por entrar por el centro. Y ahí emergió la figura de un sobresaliente Diego Llorente, el mejor hombre de su equipo. Y ya no sólo por todos los balones que cortó, como esa providencial acción en el tramo final del partido tirándose a ras de hierba para cortar la progresión del explosivo Elyounoussi; sino por esos pases que rompen líneas del rival desde atrás.

Además, tuvo el acompañamiento de un Natan que estuvo correcto, por lo que Adrián apenas tuvo trabajo a lo largo de los noventa minutos. Pero al final, el Betis recibió el castigo a ese estéril fútbol-control con un clarísimo penalti de Bellerín sobre Diks.  

Ataque  

El Betis se conectó con el 1-0, obra de un Abde que fue el futbolista más destacado de su equipo en la parcela ofensiva. Percutió con su velocidad, pero ese juego de posesión y control de los verdiblancos fue apagando al marroquí en muchas fases del partido. Chimy y Bakambu se fajaron mucho, pero las llegadas de los verdiblancos no fueron excesivas y ambos tuvieron menos presencia de cara a gol que en Pamplona.

Vitor Roque entró con muchas ganas, pero con exceso de revoluciones, Juanmi anda desconectado y Assane Diao desbordó poco. Sólo en una subida de Ricardo Rodríguez llegó la única ocasión clara de los de Heliópolis en la segunda mitad, con un pase atrás del internacional suizo a Fornals –volvió moverse bien entre líneas– que éste enganchó con un disparo que desvió el meta Trott con una gran parada.   

Virtudes  

El magnífico gol de Abde. 

Talón de Aquiles  

Sin intensidad ni ritmo en el juego, vulgaridad a la vista.

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