Betis: Antony juega al fútbol con ese duende que da la tierra...
El brasileño se ha encontrado consigo mismo en el club de Heliópolis · Ha encajado tan bien que parece llevar toda la vida jugando de verdiblanco

Sevilla/Una de las muchísimas imágenes en verdiblanco que dejó el pasado derbi en Heliópolis fue la de Antony enarbolando una gran bandera del Betis durante la celebración de los jugadores con la grada de animación de Gol Sur. No fue un gesto cualquiera, sino un gesto que dijo mucho, muchísimo. Fue, sin duda, la identificación directa entre el Betis y Antony, Antony y el Betis.
Su fichaje ha sido un acierto absoluto de la dirección deportiva y Manuel Pellegrini. Ya llegará el verano para ver qué sucede con su futuro, pero Antony, a día de hoy, y aunque no siga en Heliópolis, jamás olvidará su paso por el Betis. Un Betis que ha supuesto para él luz en la oscuridad. La misma que supuso la aparición del fútbol para aferrarse a la vida dentro de Inferninho, una favela alejada del centro de la ciudad de Sao Paulo donde era muy difícil vivir.
Antony tomó el camino de la pelota, del fútbol de la calle –donde de verdad se aprende a jugar–, apareció el Sao Paulo, su club de toda la vida, y de ahí creció hasta dar el salto a Europa. Primero al Ajax y después, al Manchester United. Y ahí, en el diario cielo gris de Mánchester, su aura se fue apagando. Pero apareció el Betis, que le había echado el ojo hace tiempo, y se lanzó a por él. Y hoy, el paulista es pura felicidad.
De la oscuridad de Mánchester al sol de Sevilla y a brillar en el Betis. Antony se ha encontrado consigo mismo vestido de verdiblanco. Tanto es así que, pese a llevar sólo tres meses, parece que lleva toda la vida jugando en el equipo heliopolitano. Ha captado rápido la idiosincrasia verdiblanca, siente el calor de los aficionados, es muy querido por sus compañeros en el vestuario y se identifica con la hinchada a más no poder. Su fútbol es alegría y en La Palmera ha encontrado su lugar para exponerlo.
El Betis se ha convertido en el ecosistema perfecto para el renacer de un fantástico jugador que el beticismo disfruta y va a seguir disfrutando en una primavera cargada de ilusión. Qué falta le hacía al Betis un jugador así. Un pelotero que juega al fútbol con ese duende que da la tierra. Una tierra en la que se reconoce siempre el esfuerzo, la lucha la entrega y la calidad. El Betis y Antony, Antony y el Betis.
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