Bellerín-Lo Celso-Tigrinho, reseteo a tiempo y para el futuro
Pellegrini volvió a fallar con Chimy a la derecha y Assane en punta
El triple cambio Bellerín-Lo Celso-Vitor Roque le da profundidad, criterio y llegada a un ataque donde Abde era un islote
Lo Celso es distinto y no sólo por sus mangas largas: los jugadores del Betis, uno por uno
Un reseteo a tiempo. Porque tres cambios de golpe es eso, un reseteo para cambiar el rumbo del partido. Y eso que el Betis, tras la reanudación, ya había dado un paso adelante, ajustado mejor su presión y el Leganés ya se había resignado a defenderse en el rincón del cuadrilátero. Pero a los heliopolitanos les seguía faltando el punch. Con Lo Celso, el Betis al fin voló como una mariposa. Y con Bellerín y Vitor Roque, al fin picó como una avispa. Abde sí estaba enchufado, pero era el único lúcido y profundo. No bastaba.
Defensa
El Leganés de Borja Jiménez asumió los riesgos mínimos con la pelota. Sólo cuando vio la posibilidad de pillar descolocado el sistema defensivo verdiblanco se animó a estirarse por la banda izquierda de Franquesa, pero sin muchas piezas de negro acompañando: Haller, la punta de lanza de los madrileños, tenía incluso que abandonar sus terrenos para darle algo de continuidad a los ataques desde atrás.
Diego Llorente y Natan tuvieron una primera parte muy plácida. Hasta Juan Cruz, que llegaba avalado por sus dos golazos en los inicios de la Liga, actuaba más como un segundo lateral por delante del limitado Rosier. Por dentro, dos conocidos como Óscar Rodríguez y Darko Brasanac jamás tuvieron físico ni visión para dar el paso n una zona ancha donde Marc Roca hizo la raya con eficacia, más cuando Altimira salió por el lesionado William Carvalho.
Ataque
Otra vez desafinaron las teclas que tocó Manuel Pellegrini para componer el once inicial. No funcionó el Chimy volcado a la derecha, ni Assane Diao arriba, ni el guadianesco Pablo Fornals tratando de hacer olvidar a Isco y a Nabil Fekir. El castellonense sólo apareció para lanzar un buen pase en carrera para Abde, sin duda la única pieza desequilibrante hasta el descanso. Contrastó las ganas, dinamismo y verticalidad del marroquí con el estatismo y la escasez de ideas generalizada de los verdiblancos.
Sabaly y Perraud tampoco ayudaron a desatascar con sus desdoblamientos.
Estaba cantado que el partido iba a ser otro en cuanto Lo Celso y Vitor Roque entraban como caballos piafantes. Y encima, Héctor Bellerín al fin sacó su versión buena, la de la temporada de la Copa. A esa ola de buena energía del triple cambio se subió Abde, quien es otro esta temporada.
Virtudes
Ese reseteo a tiempo anuncia un Betis distinto y relanzado en espera de que vuelva la luz única de Isco Alarcón.
Talón de Aquiles
Una hora de espesura.
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