Trifon Ivanov, el reencuentro que no pudo ser con el Betis
Ludogorets-Betis | El reportaje
Se echará de menos hoy en la expedición verdiblanca la figura del carismático ex defensa búlgaro, fallecido en 2016
“En la pretemporada del año de la Expo 92 presenciando un entreno del Betis, al entrar en la CD (ciudad deportiva) con su coche me miró, me dio 5.000 ptas para que le trajera 2 paquetes de Winston a la salida. Cuando se los di, me dejó las 4.400 ptas que sobraron. 16 años tenía. #TrifonIvanov”, tuiteaba el aficionado bético @dbecerrareina. Y la anécdota no puede enmarcar mejor la figura de Trifon Ivanov, cuyo recuerdo imborrable flotará como espesas volutas de humo de tabaco entre la expedición que ha viajado hasta Radgraz para devolver la visita al Ludogorets.
Apenas 108 kilómetros en carretera median entre Samovedene, la ciudad donde expiró Trifon Ivanov en febrero de 2016, y Radgraz, donde hoy jugará su Betis. ¿Alguien duda de que el genuino central, uno de los mejores defensores de la historia del fútbol búlgaro, hubiera estado hoy en el Ludogorets Arena para estar presente en la primera visita verdiblanca a su país en partido oficial?
Sentido, muy sentido hubiera sido el abrazo del apodado Lobo con Rafael Gordillo Vázquez. Muchos recuerdos que refrescar, publicables o no, para provocar risotadas que no van a resonar. Ambos volvieron al calor de las trece barras un 9 de julio de 1992. Fueron presentados el mismo día para acometer la segunda etapa como jugadores del Betis y remar juntos en la misión de devolver al club a Primera con Jorge d’Alessandro de timonel.
Datos
Ivanov jugó 59 partidos oficiales con el Betis y fue 76 veces internacional con Bulgaria
El Vendaval del Polígono retornaba con su palmarés doradísimo tras despuntar en el Real Madrid de la Quinta del Buitre. Y Trifon Ivanov acometía su segunda etapa de bético tras una primera en la temporada 1990-91, como cedido desde el CSKA de Bulgaria.
En su primera experiencia en Heliópolis, Ivanov, por el que el Betis pagó 15 millones de pesetas por su cesión en noviembre del 90, alternó actuaciones memorables (los béticos al menos cuarentones no olvidan su media chilena al Villarreal) con errores que hoy serían virales. Pero su calidad era palmaria y cuando estaba centrado, marcaba diferencias anticipándose, al corte, emergiendo por arriba y dando salida con limpieza a pelotas que a menudo eran como liebres. Ese Betis de la 90-91 acabó dando con sus huesos en Segunda, fracasó luego al intentar retornar a la primera y fue entonces cuando Gordillo e Ivanov acudieron al rescate. Tampoco esa temporada 92-93 llegó el ascenso. Trifon fue traspasado al Neuchatel Xamax suizo en diciembre del 93, cinco meses antes de que su Betis ascendiera en El Plantío.
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