La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lección de Manu Sánchez
La Panorámica
Sevilla/Rubén Castro Martín (27 de junio de 1981, Las Palmas de Gran Canaria) ha anunciado este viernes su decisión de colgar las botas.
deja el fútbol un jugador que siempre tendrá un lugar importantísimo en la historia del Real Betis Balompié, pues con sus goles sostuvo con vida al club de Heliópolis en una época de grandes apreturas económicas y de nula bonanza deportiva. En la retina del hincha que siente en verdiblanco siempre estarán presentes sus 148 goles y 35 asistencias en los 290 encuentros en los que defendió siempre con la máxima dignidad la camiseta verdiblanca, siendo el máximo goleador de la historia del Betis.
Entre 2010 y 2018, ocho temporadas en el equipo de La Palmera. Desde su primer gol al Salamanca en una eliminatoria de la Copa del Rey hasta el último el 15 de enero de 2018 en una victoria (3-2) frente al Leganés, mil batallas de alegrías y sinsabores. Ascensos siempre de la mano de una persona que significa mucho en la vida profesional de Rubén Castro, Pepe Mel. Un entrenador que siempre creyó en él, un padre que va más allá de lo futbolístico y, por supuesto, su inseparable Jorge Molina. Con él, una dupla que se entendía a las mil maravillas dentro y fuera del campo, y que dejó una huella imborrable en el beticismo.
Una pareja que hizo goles en Primera y Segunda, y que siempre tendrán el reconocimiento de la parroquia verdiblanca, la cual aún recuerda aquella celebración del "tiburón" Rubén Castro. Su compromiso con el Betis fue tal que no dudó en quedarse pese al descenso de los 25 puntos, siendo Pichichi de Segunda el año siguiente para ascender al Betis de nuevo de la mano de Pepe Mel. Inolvidable aquel gol al Alcorcón con picadita por encima al meta amarillo en una cita en la que hizo un doblete y Molina el definitivo 3-0. De nuevo, el Betis en Primera.
Y con el Betis ya en la máxima categoría siguió haciendo goles, pero no pudo convertirse en el máximo goleador de la historia del Betis en Primera División. Se quedó a un tanto de Poli Rincón, que hizo 78 por 77 el canario. Una espinita después de tener que sufrir suplencias injustas en las etapas de Gustavo Poyet y Quique Setién al frente del cuadro verdiblanco, teniendo que marcharse unos meses a vivir una experiencia al fútbol chino de la que volvió a un Betis donde no pudo alcanzar ese reto personal.
Al final de la temporada 2017-18 salió del Betis para volver a su otro equipo del corazón, la UD Las Palmas. Incluso, recibió ante su ex equipo un partido que sirvió de homenaje. Un homenaje muy corto por lo mucho que significa su figura para la historia del Betis, aunque luego regresó y pisó el césped del Benito Villamarín en el partido de despedida de Joaquín, donde volvió a recibir todo el cariño de la afición del Betis.
Ya con su retirada, siempre quedará una duda. ¿Qué habría sido de un Betis con Rubén Castro rodeado de futbolistas como Joaquín, Canales, William Carvalho, Fekir o ahora hasta el propio Isco? Y es que desde su salida no ha llegado a Heliópolis -ya se verá en el futuro- un delantero de su categoría, con su olfato goleador, con su intuición, con su pegada, con su desmarque al espacio o movilidad dentro del área.
Se retira Rubén Castro del fútbol y con él un trocito de la historia del Betis. Un jugador histórico, mítico goleador verdiblanco. En definitiva, un delantero para la historia del fútbol (es el máximo goleador español de la historia de la Liga), pero sobre todo, una leyenda viva del Real Betis Balompié que dio luz a una época de mucha oscuridad en Heliópolis. Rubén castro, leyenda infinita del Betis.
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