La ilusión de hallar el punto de inflexión

Sevilla/El Betis tiene esta noche en el Paseo de la Castellana un gran examen ante el Real Madrid, una cita que los verdiblancos intentarán convertir en el ansiado punto de inflexión tras la victoria cosechada el pasado miércoles ante el Celta en Heliópolis.

La figura de Rubi sigue estando muy cuestionada, pero gran parte de la afición ya demostró ante los vigueses que el preparador de Vilasar de Mar es una víctima dentro de una situación actual provocada por malas decisiones deportivas de los dos máximos responsables de la entidad verdiblanca, Ángel Haro y, sobre todo, José Miguel López Catalán. Ni un solo cántico hacia el actual inquilino del banquillo y sí hacia la directiva, y más concretamente hacia el vicepresidente, de ahí que ambos dirigentes, como en cualquier club de fútbol cuando los resultados no son positivos, estén en el punto de mira. Y todo, con la sombra de Quique Setién presente, de ahí que en estos momentos no quede ni rastro de la cacareada paz social, algo que sólo llega con buenos resultados.

Eso es lo que el Betis necesita hoy en la noche madrileña, un marcador favorable, repetir el camino de las dos últimas visitas al coliseo blanco (0-1 y 0-2) para reforzar la figura de Rubi, al que, al margen del apartado deportivo, donde no termina de dar con la tecla, muchos béticos agradece que sea honesto, que haga autocrítica y reconozca el buen hacer de la afición, como hizo tras el partido el pasado miércoles, aspectos que se echan en falta en la planta noble.

Y para afrontar la ardua empresa de obtener un resultado positivo, Rubi intentará mejorar las prestaciones defensivas de su equipo y fortalecer el centro del campo lo máximo posible, además de intentar que sus jugadores estén mejor organizados para no dar la pésima imagen que ofrecieron ante el Celta. Así, ante la baja de Javi García, el técnico bético podría repetir con Bartra como pivote e introducir la opción de jugar con tres centralers atrás. Guardado y Canales arroparían al 5 verdiblanco y Álex Moreno y Emerson estarían en los carriles, con Fekir acompañando a Loren en ataque. Otra posibilidad es que Rubi siga fiel a su línea de cuatro con Bartra por delante y hacer sólo algunos cambios en la medular y arriba, donde Borja Iglesias esperaría su oportunidad en el banquillo.

Diferentes posibilidades para un Betis que se mide a un Real Madrid que afronta del encuentro después de jugar su partido más completo de la temporada, frente al Leganés (5-0), tras aprovechar al máximo el aplazamiento del partido ante el Barcelona para encontrar el camino a seguir y un once tipo que Zinedine Zidane no repetirá por tercera vez. Con él levantó el vuelo en Estambul en Liga de Campeones y firmó ante el cuadro pepinero el resultado más abultado de su irregular inicio de temporada. Al fin, tuvo un encuentro cómodo en el Santiago Bernabéu y con la afición madridista disfrutando del juego de su equipo. Pero tres días después se esperan rotaciones, con la entrada de jugadores que necesitan un buen partido como Militao, Mendy, Modric, Isco o Vinicius. Varios tendrán la oportunidad ante el Betis, ahora con el viento a favor para entrar en la mejor dinámica de la temporada. Zidane sigue sin contar con Bale tras una semana polémica. El galés viajó a Londres y a su regreso ya comenzó la recuperación de sus problemas de gemelo sobre el césped. Aún le queda tiempo para volver a la competición y se suma a las bajas por lesión de Marco Asensio y Nacho Fernández. Tampoco estará James Rodríguez, que se perderá su segundo partido de la semana por paternidad.

Aunque el brasileño Rodrygo se ha convertido en el jugador del momento en el Madrid, tras marcar nuevamente en el Bernabéu ante el Leganés y aprovechar a sus 18 años cada oportunidad de Zidane, todo apunta a que no estará en el once. Así, es Vinicius el que ahora siente la presión de brillar y marcar, señalado como perdedor en un pulso brasileño y tapado en su demarcación por la presencia de Hazard.

Así se presenta un choque en el que el Betis intentará darle a su afición la que sería la primera gran alegría de la temporada.