Pellegrini eligió y todo acabó 3-0 contra el Betis
La crónica del Atlético - Betis
El entrenador bético prefirió no arriesgar con Fekir en una semana con citas claves para los suyos y el Betis no fue rival para un Atlético muy inspirado arriba
Los verdiblancos se quedaron en un arranque efímero
Paso atrás en la ascendente trayectoria del Betis que tan bien adiestra Manuel Pellegrini. El entrenador chileno tomó la decisión de dejar a Nabil Fekir junto a él en el banquillo, aunque se desconoce si el único motivo fue la posibilidad de que viera una quinta tarjeta amarilla y no pudiera jugar el derbi contra el Sevilla, y los suyos fueron barridos del césped por un Atlético bastante inspirado de mediocampo hacia arriba. El huracán ofensivo en el que vivía este gran Betis en las últimas semanas se quedó sin aire y fue todo muy extraño.
Los números no engañaron al final, el equipo tuvo menos llegada, menos posesión del balón y menos todo. Tres a cero y a pensar, está claro, en el Bayer Leverkusen y en el Sevilla, como transmitió a todos su máximo responsable con la elección de las piezas en el arranque. Porque eso fue lo que pensaron todos los que estaban fuera, los que no manejan la información que sí pueda tener Pellegrini a la hora de su política de movimientos de las piezas. Fekir lo había jugado todo hasta esta cita en el Wanda Metropolitano y no había más que verlo abrigado hasta el cuello en el banquillo para entender que esta vez no iba a tener ni siquiera un minuto de participación.
¿Por qué? Pellegrini, indudablemente, será quien mejor conoce las circunstancias, pero no era algo que pudiera esperar nadie, salvo que haya aparecido algún problema físico después de que tuviera que sacarlo a la hora de juego contra el Valencia. En unos entrenamientos tan secretos, puede pensarse en cualquier cosa, pero a los encargados de relatar los hechos sólo les queda atenerse a lo que sucede durante el partido oficial y lo que pasó es que la gran estrella de este Betis se quedó durante todo el litigio aterido de frío junto al resto de los suplentes, sin salir siquiera a calentar.
Otra pregunta sin posible respuesta, ¿qué hubiera pasado si Fekir hubiera participado en este Atlético-Betis? Otra cuestión que entra dentro del fútbol ficción. Lo que sí se puede analizar es que sin el francés todo concluyó con tres a cero y que, evidentemente, no es muy habitual que este Betis de 2021 que tan bien ha armado un ingeniero llamado Manuel Pellegrini deje tan malas sensaciones después de un partido.
Alineación
Dentro de la habitual política de cambios de Manuel Pellegrini, esta vez sí repetían siete futbolistas en el once respecto al Valencia
Eso fue lo que sucedió en el Wanda Metropolitano, donde también era reservado Guido Rodríguez, otro pilar fundamental para toda la maquinaria verdiblanca. Pellegrini seguía con su política de cambios, aunque esta vez sí repetían Claudio Bravo, Montoya, Pezzella, Álex Moreno, William Carvalho, Canales y Juanmi, el portero y seis jugadores de campo, algo que tampoco ha sido nada habitual cuando los partidos eran de Liga y Liga Europa. Esta vez se jugaban tres encuentros seguidos del campeonato doméstico y tal vez eso pueda explicar algo una opción algo diferente.
El Betis, sin embargo, no partió con el freno de mano echado, ni muchísimo menos. Se plantó con valentía en el Metropolitano y a los 46 segundos de juego ya había lanzado William Carvalho un obús que pudo ser repelido por Oblak porque le fue justo a su cuerpo y no le exigió que se estirara para detenerlo. No era una mala carta de presentación para un equipo verdiblanco que parecía que no iba a echar de menos a su gran faro.
Canales se hacía con los mandos y conectaba muchas veces con Rodri para incomodar a un Atlético que llegaba con dudas tras el empate frente al Levante y con Diego Pablo Simeone delante de una de las cocinas de los palcos de su fastuoso estadio. Pero al Betis le iba a durar muy poco el fuelle y tuvo el efecto de una bebida gaseosa, porque comenzó a ser superado desde que Giménez cabeceara el primer córner en el minuto 3 a las manos de Claudio Bravo.
Cambio
El dominio inicial de los béticos viró en torno al minuto 10 y desde ahí casi todas las ocasiones fueron locales
El dominio viró por completo en torno al minuto 10 y el Atlético ya se sentía con el mando absoluto ante un Betis al que le costaba un mundo incomodar las combinaciones al primer toque en la zona de tres cuartos de los anfitriones. Correa hacía mucho daño por ahí y De Paul provocaba que el fútbol fuera muy rápido para conectar con Griezmann, mucho menos con Luis Suárez. Correa daba el primer gran susto en el minuto 10 con una rosca peligrosísima y en el 18 era el campeón del mundo francés quien obligaba a Claudio Bravo a realizar un paradón espectacular.
El Betis ya se estaba viendo desbordado y más aún lo estaría cuando Yannick Carrasco dribló con facilidad a Montoya y la ponía en la escuadra. Todo se complicaba aún más y sólo se vería paliado en parte en el arranque del segundo periodo, cuando Tello y Aitor Ruibal, recién ingresados en el campo en lugar de Rodri y Juanmi para buscar más profundidad en unas bandas completamente nuevas, sí provocaron algunos acercamientos y una fase de intercambio de golpes con ocasiones claras de gol para ambos.
Segunda parte
Con la entrada de Tello y Aitor Ruibal, los béticos sí tuvieron tres acercamientos peligrosos en una fase de ida y vuelta hasta que llegó el autogol de Pezzella
Fueron diez minutos de verdadera locura, en los que Tello tuvo una contra, William Carvalho un empalme en una situación ventajosa y Willian José un cabezazo con todo a favor, pero poco después de la hora, tras otra gran parada de Claudio Bravo a Luis Suárez, Pezzella ponía el punto final al rematar contra su portería un córner sacado por Griezmann.
El Betis se sintió noqueado, sin capacidad para reaccionar, e incluso fue aún más golpeado con el último tanto de Joao Félix. A pensar en otra cosa, por tanto, y mandar al olvido cuanto antes esta cita contra el Atlético. ¿Qué hubiera pasado con Fekir? Váyase usted a saber, lo único cierto, y esto es un dato objetivo más, fue que Alberola Rojas, el árbitro, no mostró ni una sola tarjeta amarilla.
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