Fekir se ha ganado ya a todos los béticos con su liderazgo

Segundo triunfo del Betis en la Liga Europa y todo queda pendiente del doble enfrentamiento con el Bayer Leverkusen para dirimir la clasificación directa sin tener que pasar por el cruce con un rival de la Champions. Los béticos fueron muy superiores a un Ferencvaros que puso voluntad y aprovechó el error de Pezzella para pelear con la tropa de Pellegrini.

Fekir | El faro indiscutible para Pellegrini y para todos los béticos

El francés ha dado un claro paso adelante a la hora de echarse encima a este Betis. Pellegrini se lo ha pedido, lo ha adelantado una decena de metros para que juegue mucho más cerca del área adversaria y Fekir no ha tenido el menor problema en aceptar el reto. Ya nadie duda de su compromiso, de su pelea por conducir a todos los suyos hasta el triunfo. Esta vez acertó con un empalme con la derecha en el que pareció que no era zurdo. Y encima el córner del 1-2 y muchísimo más.

Pezzella | Ése es su gran problema, que queda retratado

Siempre ha sido un central de un nivel medio notable alto, pero lo penalizan tanto esos errores puntuales que es hasta lógico que no sea valorado por la gran masa. Intentó controlar el balón hacia el lado en el que venía corriendo el delantero y se puso tan nervioso con la situación que acabó regalándole la pelota y también el gol del empate. Demasiado señalado, sin duda.

Álex Moreno | Tuvo dos o tres arrancadas para derribar al rival

Está atravesando un magnífico momento de forma el lateral zurdo para completar una posición de mucho nivel en su pelea con Miranda. En el transcurso del segundo periodo tuvo un par de cambios de ritmo que hundieron definitivamente a los húngaros, incapaces de defenderlo cuando tiraba con fuerza hacia arriba. Además, puso buenos centros para que sus compañeros hubieran rematado.

Joaquín | Refunfuñar no es mal síntoma, pero no siempre

Cuando Pellegrini decidió en el minuto 57 que era el momento de meterle una marcha más al juego para decantar la balanza al Betis uno de los tres damnificados por el triple cambio era el capitán, Joaquín. El portuense, dentro del respeto a su entrenador, se fue refunfuñando del campo, pero no tenía razón para nada. Su juego, sin ser malo, tampoco era superlativo entonces.