Serra Ferrer y el Betis, historia cíclica
Análisis
El futuro del balear, una incógnita en Heliópolis
La situación actual se asemeja a la segunda etapa que vivió el de Sa Pobla en el club verdiblanco, de donde salió en junio de 2006
Sevilla/"El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla" es una frase histórica que sirve para explicar lo que está pasando en el Betis con respecto al futuro de Lorenzo Serra Ferrer, después de éste conociera esta semana los planes de reestructuración en la parcela deportiva que quieren llevar a cabo Ángel Haro y, sobre todo, José Miguel López Catalán, que rebajaría las funciones del balear a las de un asesor deportivo, junto a una rebaja salarial.
Y todo barnizado por el silencio de los propios protagonistas, que alimenta aún más el existente juego de celos y egos en una entidad de Heliópolis en la que se están repitiendo hechos muy semejantes a los de 2006, cuando el de Sa Pobla acabó saliendo por segunda vez del club heliopolitano que presidía Manuel Ruiz de Lopera. Así se puede comprobar tirando de hemeroteca.
SERRA, PARTE II
Cerca ya del verano de 2004 (9 de junio), y tras dos años seguidos de clasificaciones mediocres (octavo y noveno puesto), Lopera decidió prescindir de Víctor Fernández y apostar de nuevo por Serra Ferrer, que comenzaría así su segunda etapa en Heliópolis tras una primera muy exitosa. De forma similar, tras la mediocridad con Eduardo Maciá y Miguel Torrecilla (décimo y decimoquinto puesto, respectivamente), Serra aterrizaba en Sevilla en mayo de 2017 para comenzar su tercera estancia en el Betis, esta vez como director deportivo, y de nuevo llegó otro punto de inflexión a nivel deportivo.
Volviendo a aquel 2004, la campaña 04-05 no comenzó nada bien para el Betis, pero acabó de forma extraordinaria, con la clasificación para la Liga de Campeones y la conquista de la Copa del Rey. Incluso, después de certificar el pase a la Champions con aquel empate a uno a domicilio en Mallorca, Lopera expresó que Serra había renovado su contrato. Y tras conquistar la Copa del Rey ante Osasuna en el Vicente Calderón, fue Serra el que dijo aquella frase que sigue en la memoria del aficionado bético: "El Betis será lo que Lopera quiera que sea".
La felicidad inundaba al beticismo, pero la temporada 2005-06, con una planificación que dejó mucho que desear, todo se torció para el Betis, comenzando por aquella lesión de Ricardo Oliveira en el triunfo ante el Chelsea (1-0, Dani). En aquella fase de grupos, el equipo bético se despidió quedando tercero tras caer ante el Anderlecht (0-1) en un partido en el que la afición bética explotó contra el empresario de El Fontanal con gritos de "¡un delantero, Lopera, un delantero!" y "¡bota de oro, Lopera bota de oro!".
Desde entonces, Lopera dejó de acudir al palco. "Yo perdono, pero me duele mucho que se rían de un presidente que ha llevado por primera vez al equipo a la Liga de Campeones, diciendo Lopera mete gol y Lopera bota de oro", dijo el 29 de marzo de 2006 en una improvisada conferencia de prensa en un almuerzo con jugadores y técnicos del Betis, ratificando además a Serra Ferrer: "Hasta el 30 de junio hay un entrenador, que se llama Lorenzo Serra Ferrer, y luego ya se hablará".
Poco antes, el 18 de marzo de 2006, Lopera ya había roto su silencio tras una reunión extraordinaria en el consejo, después de que dos días antes el Betis cayera eliminado en octavos de la UEFA con una derrota en casa (0-3) ante el Steaua, que provocó otro gran enfado en la hinchada bética. El por entonces máximo accionista no escondía su enfado con la afición: "Se ha montado una campañita, y lo siento porque un sector del beticismo ha picado un poco, y no reconoce que el Betis está jugando desde agosto. Es una pena que llamen a los jugadores del Betis mercenarios cuando son señores, deportistas fenomenales, todos se parten la boca. Muchos me llaman después de perder el partido llorando como niños. Y ahora los llaman mercenarios nueve meses después de que la afición haya ido cuatro veces al aeropuerto, a la Plaza Nueva, después de ser campeones de España, de clasificarse para la Champions...".
Por entonces, la afición bética mostraba su lado exigente, como ha pasado en esta última temporada tras las desilusiones en la Liga Europa y en las semifinales de la Copa y acabar el curso en el décimo puesto, con Quique Setién en la diana.
Además, Lopera aquel día pospuso la decisión sobre su futuro al final de temporada. Así, el 25 de mayo de 2006, en una rueda de prensa en el Benito Villamarín, Lopera indicó que dejaba la presidencia (seguiría gobernando a la sombra hasta que apareció la figura de Luis Oliver). "A partir del próximo 1 de julio habrá una persona que lleve los destinos del club", dijo Lopera, dolido aún por aquella noche ante el Anderlecht: "Aquel día me quedé tocado de un ala... Eso me dolió mucho, e hice un juramento para no sentarme más en el palco. ¿Qué ilusión puedo yo tener si después de 60 días de ganar una Copa, la del Rey, me digan Lopera bota de oro...? Eso me dolió mucho, no creo que me lo merezca. Fue una barbaridad".
Además, Lopera señaló también que con su marcha hará "hará felices a esos notables (algunos ex directivos) y a cuatro periodistas que los apoyan y que, algún, día saldrán a la luz". De nuevo, Lopera mostró su enfado con parte de la afición, hablaba de campañitas y acusaba a parte de la prensa, lo mismo que sucede hoy pero con otros protagonistas.
LA SOLEDAD DE SERRA
En la temporada 2005-06 la relación entre Lopera y Serra estaba cada vez más deteriorada, y el balear, después de esperar mucho tiempo a que alguien del club le comunicara qué pasaría con su futuro (acababa contrato esa campaña), entendió que ante tanto silencio su salida estaba asegurada. El club verdiblanco emitió en una breve nota en su web la necesidad de "contratar un nuevo técnico" varios días antes de que el 2 de junio de 2006 el de Sa Pobla citara a los medios de comunicación en un hotel cercano al Villamarín acompañado por Alexis Trujillo, José Ramón Esnaola, Pep Alomar y Vlada Stosic para despedirse entre palabras de agradecimiento de la afición bética y de resignación frente al comportamiento de la directiva: "Soy una persona conocedora del Betis y, cuando acepté por segunda vez y con mucho orgullo, entrar a dirigirlo, sabía tanto el fondo como las formas. Esto no me puede sorprender y lo acepto".
Así, en soledad, Serra Ferrer acaba su segunda etapa en el Betis. Ahora, esa soledad lleva tiempo existiendo en torno a la figura del balear, cuyo futuro en estos momentos está lleno de incertidumbre en este tercer periplo.
SERRA, PARTE III
Un tercer periplo que comenzó casi a mitad de 2017 con aquella junta extraordinaria promovida por la candidatura de Rafael Salas. "No es algo que se haya pensado de una forma acelerada, viene en la línea de cambios que vamos a ejecutar para hacer al Betis crecer y que podamos encontrarnos haciendo felices a los béticos. Lorenzo Serra Ferrer viene como vicepresidente deportivo porque veíamos que el consejo estaba carente o necesitaba más conocimiento futbolístico. Nadie mejor que él para esto (...) Gracias por ponerte a disposición del Real Betis de una forma decidida y por volver a la casa de la que nunca te tenías que haber marchado", expresó Haro en la rueda de prensa de presentación de Serra Ferrer.
"No tengo dudas de lo que puede aportar Serra Ferrer, que es mucho y bueno", añadió el presidente bético, que incluso el 15 de agosto de 2017 indicó lo siguiente en el programa Andalucía al Día de Canal Sur: "Lo he dicho públicamente. Si este año no sale bien, salgo de este tema, aunque mi jefe de prensa me diga que no debo decirlo. Tengo mis acciones y las representará otra persona pero esto no se trata de estar aferrado al sillón, se trata de poner un empeño en el proyecto y si no sale bien pues llega otra persona". Ese año la temporada acabó bien (clasificación para la Liga Europa), pero la realidad de esta última campaña es bien distinta y los acontecimientos actuales, muy parecidos a los de aquel segundo periplo de Serra con Lopera.
De hecho, Lopera hablaba de campañitas, no soportaba las críticas de gran parte de la afición y pese a que no fue al palco más siguió mandando y Serra salió. Hoy, la afición sigue exigiendo, pese a que algunas voces críticas hablan de excesiva crispación en torno al poder establecido, siendo todo muy parecido al mundo virtual que también existía en aquella época de Lopera. Ahora, sólo falta conocer la decisión de Serra Ferrer y qué desenlace tendrá toda esta situación. Los protagonistas deben romper el silencio. La historia ya habló, ¿se repetirá?
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