Tribuna Económica
Carmen Pérez
T area para 2025
Betis - Valencia | Final de la Copa del Rey
Sevilla/Finalista y campeón con el Betis, Lorenzo Serra Ferrer (Sa Pobla, 5-03-1953) también es protagonista en la semana en la que el club heliopolitano vuelve a una final de la Copa del Rey.
–¿Qué significa para el Betis un partido así 17 años después de su último título?
–Son muchos años lo primero, es una reflexión a hacer; y segundo, es una alegría fantástica, aunque hayan pasado muchos años, jugar una final siempre es muy importante, por todos los que han sido protagonistas, directos e indirectos, y para el club y el beticismo. Es una alegría ver a tu equipo en lo más alto y con los mejores.
–¿Cómo la ve?
–En teoría, el Betis está por delante de lo que es el Valencia, pero cuidado, en una final no puedes pensar que eres favorito, ni que vas a arrasar. La dirección técnica es experimentada y hay bastantes jugadores que hace tiempo que juegan y que saben cuál es el momento importante, que es cuando se disputan unas finales. Será un buen espectáculo en Sevilla, el Betis estará sumamente respaldado, como siempre, y en esta ocasión más.
–Lo ideal es que no hubiera que esperar tanto tiempo para la siguiente...
–Es lo deseable y lo que el Betis como club de fútbol debe intentar. Yo me di cuenta entre comillas, por un ascenso, el único, cuando regresamos de Burgos, de la dimensión que yo encontraba no tenía proporción. Subir de Segunda a Primera para el Betis no debe ser nada de celebración, debe ser una obligación y el firme propósito de la penitencia que supone para el beticismo estar con el equipo en Segunda. En Primera tenemos este reto y esta obligación de acercarnos con los mejores, porque la afición está entre las mejores dentro del apoyo y en todo lo que necesita para que el jugador no esté envuelto de tanta tensión sino de apoyo y respaldo.
–¿Considera que puede ser un duelo parecido al de su segunda final ante Osasuna?
–Sabíamos que era un equipo difícil, competitivo, rocoso en todos los ámbitos que se juega un partido y en todas las zonas prácticamente; en defensa, en el mediocampo y en el ataque también, porque era muy corpulento en el juego aéreo. Será un partido que hay que estar preparado para esto, si no después te coge con el pie cambiado, pensando que el juego siempre tendrá la pausa que tú quieres. A veces no hay pausa, hay un ritmo tremendo de presión, poco espacio y a esto hay que adaptarse.
–En la final de 1997 el Betis jugó muy bien; en la de 2005 se llevó el título. ¿Cuál fue más especial?
–Si en la del 97 hubiera sido saliendo ganador, ya no te digo.... Sabiendo que a falta de 4-5 minutos el Betis ganaba por 2-1. Nos faltó poco y esa generación de futbolistas se merecía algo así. Fue recuperar toda la fuerza que podía tener el beticismo en relación a esos tres años que estuvo en Segunda y le costó mucho salir. Se empezó con el ascenso, después la primera temporada en Primera todo el mundo la recuerda como extraordinaria y quedamos terceros en la clasificación. Esto fue un despertar, un abrir de ojos, y en muchas cosas corregimos muchas deficiencias del pasado, pero nos faltó continuidad en estas cosas. No quiero hablar mal de nadie, todos fuimos responsables, pero hay que tener esa continuidad. Para estar a la altura de esta afición tenemos que estar con los mejores, esto obliga a mucho y es bastante responsabilidad, en la gestión y la dirección deportiva.
–¿Su mayor lamento fue esa falta de ambición tras los éxitos?
–Si en estos logros no somos conscientes de que esto tiene que tener una base muy sólida... En todos los estamentos del club, hay que profesionalizar y buscar gente identificada totalmente con el pensamiento de lo que es el Betis, lo que significa y lo que le gusta al bético. El equipo de fútbol juega para el beticismo, tú trabajas para el beticismo, no trabajamos para una persona o por una gestora determinada. No, no, trabajamos para el alma, que es el beticismo.
–¿Qué recuerdo le viene a la cabeza de esas dos finales?
–De la primera es magnífico. Teníamos una generación bastante buena, gente de muchos años en la cantera. Teníamos un talento bastante considerable, con Alfonso, Finidi, pero también futbolistas de la casa. No pudo ser, fue una pena esta final, merecíamos ganarla en el terreno de juego y por el apoyo del beticismo. Nos llevó con una seguridad y una fortaleza muy clara para mirar a la cara al Barcelona continuamente. Tengo un recuerdo magnífico con resultado amargo, se me quedó clavado en la mente.
–Pero tuvo una segunda oportunidad años después...
–Cosas del fútbol, y también sufrimos mucho, a lo largo del partido, pero también en la semifinal en la ida en el Villamarín contra el Athletic y después en San Mamés ya te puedes imaginar, fue difícil y complicado. Pero el equipo estaba fuerte mentalmente y no era fácil que torciera el brazo. Estaba mentalizado para ser un equipo que tenía que trabajar para ganar. En esta segunda final recuerdo la cantidad de canteranos junto a tres o cuatro que no lo eran. Fue una alegría conseguirla y también se unió que entramos dentro de los cuatro primeros clasificados, lo que nos dio opción para jugar por primera vez la previa de Champions.
–"El Betis será lo que Lopera quiera". Esa frase sigue resonando años después...
–Eso venía a que teníamos que jugar una Supercopa con el Barcelona como primer partido, una previa de Champions con el Mónaco, luego también en la liga doméstica, en la Copa, en la Champions... Son 4-5 competiciones con una exigencia muy alta y, si quieres dar el nivel, hay que estar preparado con la plantilla y con la mente. Desgraciadamente nos tocó sufrir y padecer en donde el Betis había sido más brillante, en la definición. La lesión de Ricardo Oliveira, tras la victoria ante el Chelsea, fue una merma muy fuerte para el equipo.
–¿Qué supuso para usted ese gol de Dani después de las conversaciones que habían tenido?
–Fue casualidad, no vamos a querer ir de adivino. Me alegré por él y por todos los chicos de la cantera. Al final siempre hay una recompensa, el fútbol te da mucho de lo que le das. Esta generación ya fue brillante desde juveniles, era tremenda, cuando se juntaban y tenían confianza te hacían diabluras. Dani tuvo una temporada muy adversa, y aquella frase que le dije de que descolgara las botas de la percha que haría el gol de la final... Fíjate, una locura mía que al final pudo ser realidad.
–¿Qué le parece este Betis?
–Lo veo bien, en el terreno de juego está cohesionado como equipo, los argumentos y criterios son muy claros y muy sólidos, muy del agrado del espectador y del bético. Lo vemos en cada partido, yo creo que el Betis si no el mejor, está dentro de los dos-tres primeros en relación a la propuesta que se hace en cada partido para conseguir la victoria, a través del buen juego, desde el inicio, en la transición y en la finalización. Teniendo muchos recursos, mucho talento, mucho atrevimiento y también el espíritu solidario para recuperar y replegar.
–Usted siempre habló bien de Manuel Pellegrini.
–Con admiración y todo el respeto, sin duda.
–¿Le hubiera gustado trabajar con él en el Betis?
–Siempre estar al lado de Manuel es una oportunidad para aprender, mejorar, pero bueno, tuvimos la intención de traerlo, él bien lo sabe, pero no pudo ser que estuviéramos juntos. Me alegro de que le haya ido bien y que haya encajado en el Betis de esta manera tan consistente y contundente en todos los aspectos.
–No sé si la palabra es envidia sana viendo lo que ha venido después...
–Envidia, a estas alturas no la tengo, sí respeto y admiración por Manuel. Esta etapa en que yo estaba allí, intenté, bueno hablé con él y con su representante. La cosa finalizó y nada, no hay nada que reclamar a nadie.
–Buena parte de la base del equipo llegó con usted de director deportivo. ¿Se siente algo partícipe de todo esto?
–En aquellos tiempos está claro participé, como también inicié el tema de Juanmi, del lateral izquierdo Álex Moreno... Yo trabajaba por el Betis y me alegra mucho que Manuel le haya sacado este rendimiento a todos esos futbolistas, que hayan dado el nivel, pero también se han incorporado futbolistas de un nivel como Fekir, que es extraordinario. Luego las aportaciones de jugadores tan emblemáticos como Joaquín. Es un talento cada vez que sale, es una demostración de la altura de futbolista que es, que la edad está, pero no es lo más importante cuando tienes ilusión, talento y ambición. Todas estas cosas sirven y son muy útiles para el equipo. Y yo, aunque esté fuera, me siento bético y, evidentemente, estoy satisfecho y orgulloso.
–Usted siempre ha destacado a Canales. ¿Esperaba esa identificación con el Betis?
–Sí, siendo prácticamente un juvenil, se fijó un equipo como el Real Madrid y se lo llevó. No fue casualidad, a veces al entrar en estos grandes clubes hay que tener un poco de paciencia, si no es complicado. La exigencia y lo que supone jugar al lado de grandes futbolistas, de no equivocarte. Aparte tuvo bastante desgracia en cuanto a las lesiones. Pero ahí está su grandeza, no solamente ha seguido siempre intentando y mejorando todo ese talento que venía de joven apuntando, sino que ha superado estas lesiones, estos momentos muy críticos y difíciles, porque las recuperaciones son largas, duras y complicadas. No ha perdido la fe. Me alegro no sólo por venir al Betis, sino que ha querido continuar y hoy es referencia. Parece que nació en Sevilla y se ha educado en la cultura y en la escuela del Betis.
–Luego está Joaquín, nexo de unión entre las dos finales...
–Es digno de admiración y está en el mural de los grandes. Cuando un futbolista es capaz de estar más de 20 temporadas en Primera. Estas cifras son bestiales, son muy complicadas, sólo los grandes pueden estar a esa altura y a ese nivel. Él se lo merece, es un grandísimo futbolista y ojalá tenga esa suerte de poder levantar ese trofeo y que pueda aguantar este nivel si es que decide continuar.
–Parece que así será...
–No me extrañaría, yo lo veo por la tele, cuando sale siempre mejora cualquier cosa que está a su alrededor, cuando tiene el balón o cuando tiene que intentar buscar la finalización de la jugada en los últimos metros, que es lo más complicado, en la asistencia, está muy bien. Me alegro mucho por él y se lo merece.
–Usted lo entrenó. ¿Esperaba esta longevidad?
–Tantos años era difícil imaginarlo, pero en aquellos tiempos ya era un futbolista que con poco le bastaba. Con poco trabajo, era un futbolista rápido, potente, es bastante resistente, pero además él no juega por las condiciones físicas, que las tiene y muy buenas, él juega por el talento. Si antes ya era genial a nivel individual, ahora ha aprendido a hacer un poco más con pausa todo lo él procesa en la cabeza. Como además le funciona muy bien, tiene mucha luz, mucha brillantez, y después aún tiene fuerza para hacer un cambio de ritmo o amagarte por un lado e irse por otro, o poner el balón milimétrico en el espacio donde tú tienes que acudir y tú tienes que empujar. Es que es muy bueno.
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