Jordi Figueras, sobre su etapa en el Betis: "Era duro ir por la calle o estar con mi familia y escuchar 'vaya paquete'"
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El central catalán Jordi Figueras jugó dos temporadas y media en el Betis. Partícipe del bochornoso descenso de los 25 puntos en la temporada 2013/14, el defensor también formó parte del ascenso en 2015, marchándose en enero de 2016 al Eskisehirspor de la liga turca. En el podcast de fútbol Offsiders, el zaguero recuerda su amargo paso por Heliópolis, donde no consiguió llevarse el cariño de la hinchada bética.
Figueras recibía críticas en su día a día por su mal rendimiento deportivo en el conjunto verdiblanco. "Venía del Rayo Vallecano y pensaba que no me conocía nadie, pero allí lo viven y lo sienten como nadie. Era duro ir por la calle o sentarte en un restaurante con tu familia y escuchar 'vaya paquete'. El año de Segunda, durante el partido de presentación ante la Fiorentina, donde estaban Joaquín y Piccini, que luego lo firmamos, recuerdo que dijeron por megafonía 'con el número 6, Jordi Figueras'.... y, desde dentro, se oyó una pitada que... Luego, lo analizas fríamente, y es duro de parte de tu propia afición. Yo me quise quedar para devolver un poco (al equipo a su sitio), aunque no fuera por mí, pero sí quería ser partícipe de llevar al club de nuevo a Primera", reconoce al central, ya retirado del fútbol profesional a sus 36 años después de tres campañas en el Algeciras CF.
La intrahistoria de la celebración del ascenso de 2015
"Lo pasé mal, pero creo que no se me notaba. Siempre he sabido diferenciarlo mucho. Cuando entro al campo, me olvido de todo. A día de hoy, el que era el doctor (Tomás Calero) siempre me dice 'qué huevos tenías, con toda la gente en contra y pidiendo el balón como el primero'", desvela el catalán.
Además, Figueras cuenta el dilema que existió dentro del vestuario del Betis tras ascender a Primera División en 2015: "El año del ascenso me llevé una desilusión increíble. Era la primera vez que subía de Segunda a Primera. Casi todos queríamos ir en el clásico bus descapotable, porque pensábamos que, siendo el Betis, iba a estar la ciudad llena, pero hubo compañeros que no lo veían bien, porque el Sevilla FC estaba jugando por ganar una Europa League, mientras que nosotros habíamos cumplido el objetivo principal que teníamos, subir", revela.
El defensor reconoce que guarda un mal recuerdo de aquella decisión de vestuario porque pretendía celebrarlo por todo lo alto. "Creo que debimos celebrarlo igual, olvidándote de si la rivalidad es muy grande o pequeña, o si tenías que estar en Primera y no haber bajado, pero la verdad es que estábamos en Segunda y habíamos cumplido, además siendo campeones. La verdad es que eso a mí me dolió", finaliza.
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