Joaquín, esa máquina de ir batiendo marcas

Desde mi córner

Se dijo que venía a una jubilación dorada y será el lunes quien acumule más camisetas del Betis

Como el que lava, con la sonrisa sin caérsele del rostro, Joaquín Sánchez, Joaquín el del Betis, va derribando marcas y lo que te rondaré. Desde aquel domingo de verano en Santiago, la carrera de Joaquín lleva camino de convertirse en una empresa inalcanzable y este lunes puede conseguir lo que más le atrae, ser el futbolista con más partidos jugados en la centenaria historia del Betis, con lo que superará a Esnaola para quedarse de único líder.

Y eso que estuvo un decenio lejos de casa, desde aquel sábado de agosto de 2006 en que Lopera lo mandó a Albacete hasta que volvió a casa gracias a los buenos oficios de Eduardo Maciá. Fue en un verano del periodo más convulso del Betis cuando hubo de irse para volver nueve años después. También era verano y seguía siendo convulso el día a día del club de las trece barras con corona cuando volvía y entonces no fuimos pocos los que veíamos ahí una jubilación dorada.

No se cumplieron aquellos augurios, todo lo contrario, pues el portuense no vino a escaquearse sino a dar lo mejor de sí mismo. Y era mucho lo que Joaquín atesoraba en su cuerpo de atleta de elite. Tanto que fue acumulando citas hasta llegar a una cifra que parecía inalcanzable y que a saber qué dimensión habría alcanzado de no haber salido de casa. 460 partidos ya desde aquella tarde de verano húmedo en San Lázaro en que fue sustituido a la hora de juego por Juanjo Cañas.

Aun cuando estaba fuera lo conocían como Joaquín el del Betis y ahora que estamos donde estamos, el portuense se ha erigido en la marca identitaria del club verde, blanco y verde. Adorado por cuantos lo acompañaron en estos veintiún años y cuando se da por seguro que seguirá de corto un curso más, Joaquín compagina su condición de emblema con la de bético irredento que igual que lo demuestra en la yerba lo exhibe en la calle y por donde quiera que pase. Irrepetible.

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