Europa, la otra vía hacia la Champions

La ambición del Betis no tiene límites. Así lo transmite Manuel Pellegrini y así se asume en el club verdiblanco. Ni la euforia por la clasificación para la final de la Copa del Rey ni el bajón por perder la tercera plaza en la Liga cambian los ánimos del entrenador y el vestuario heliopolitanos, que afrontan la Liga Europa con la máxima ilusión. Además, la competición continental tiene el premio añadido de una clasificación para la Champions para el ganador, por lo que el cuerpo técnico la contempla como otra vía para dar ese salto económico y deportivo que instalaría al Betis entre la élite.

Todas esas aspiraciones tampoco suponen una presión añadida. Que una oportunidad esté por delante sólo obliga a dar el máximo, pero sin que un posible mal resultado deba afectar al estado anímico del equipo. Esa actitud de pensar únicamente en el siguiente objetivo ha permitido que el Betis llegue a estas alturas de la temporada con ilusiones en las tres competiciones, y que la visita del Eintracht Fránkfort se afronte con la ilusión que siempre desprende un compromiso europeo.

El esfuerzo acumulado por los verdiblancos, que se nota en las ausencias por lesión pero también en el aspecto mental, obliga a Pellegrini a afinar en esas rotaciones que ha convertido en norma desde el inicio de la campaña. De nuevo la principal incógnita apunta al lateral izquierdo, donde Álex Moreno sigue de baja, Miranda todavía no se encuentra listo para competir de titular y donde tampoco están disponibles ni Bellerín ni Guardado. La solución estaría otra vez en Aitor Ruibal, que cumplió ante el Atlético ante la lesión del mexicano y que siempre aporta ese derroche de energía que se deja en cada participación.

Con el previsto cambio en el eje de la zaga, el regreso de Sergio Canales debe servir para encontrar un Betis que mande con la pelota, con William Carvalho y Fekir como posibles socios. El cántabro, que descansó ante el Atlético, arrastra molestias, pero la importancia de cada partido provocan que quiera estar presente.

Esa ilusión bética por seguir en Europa se convierte en casi obligación en el Eintracht. No está cuajando el conjunto alemán un buen año en la Bundesliga, donde se encuentra en la mitad de la tabla, por lo que las grandes esperanzas las tienen depositadas en la competición continental. El conjunto teutón, además, cuenta con un importante historial europeo, donde tanto el club como sus aficionados sufren una transformación hasta hallar su mejor versión. Así lo demostraron en la fase de grupos, en la que lograron acceder directamente a octavos de final tras finalizar invictos.

El equipo dirigido por el austriaco Oliver Glasner ha ido recuperando efectivos en las últimas semanas –para hoy estará disponible el capitán Sebastian Rode–, después de un inicio de año complicado entre el Covid-19 y las lesiones.

Con su habitual esquema de 3-4-2-1, el Eintracht cuenta con individualidades destacadas como Kostic, que viene actuando de carrilero izquierdo, el japonés Kamada, uno de los mediapuntas, o el delantero colombiano Santos Borré, su máximo goleador y que tiene esa virtud de aparecer en el momento oportuno.

La tempranera hora del partido (18:45) quizá provoque que el Benito Villamarín no alcance su mejor cifra de espectadores, aunque el colorido estará garantizado entre los más de 40.000 béticos y esos 3.000 hinchas alemanes a los que se espera en Heliópolis. Europa siempre despierta ilusión y todavía más si al mando está Pellegrini, que sigue apuntando a la Champions.