El Betis se hace trampas al solitario (1-1)

Eibar-Betis

Los verdiblancos sólo suman un punto en Ipurua en duelo de ida y vuelta en el que comenzaron ganando y en el que acabaron más enteros que su rival

Las pérdidas en la salida desde atrás dieron vida al Eibar

Pape Diop evita el avance de Álex Moreno.
Pape Diop evita el avance de Álex Moreno. / Efe
Samuel Silva

02 de febrero 2020 - 16:45

Sevilla/El Betis tampoco ganó este año en Ipurua. Ni disponiendo de casi una decena de ocasiones claras, los verdiblancos pudieron doblegar a un Eibar que también gozó de oportunidades en ese ida y vuelta en el que se acabó convirtiendo el partido. El punto es insuficiente para las aspiraciones béticas, al que ese ritmo del caracol no le sirve para engancharse a la zona alta. Son las trampas al solitario que se viene realizando este Betis, que un día no gana por los árbitros, otros por su falta de ambición y en Ipurua por sus propios errores.

Ni poniéndose por delante en el marcador, con un gran gol de Fekir en una acción del laboratorio de Rubi; ni acabando mucho más entero que su rival, los heliopolitanos pudieron dar ese golpe en la mesa que necesitan lejos de Heliópolis. Se pasa la jornada vigésima segunda y el Betis de Rubi, con una mejoría con respecto al primer tercio de campeonato, no acaba de despegar como visitante, una cuestión obligada si pretende recuperar ese déficit de puntos con el que inició el campeonato.

En Éibar pareció el día oportuno para que eso ocurriera. Aunque los precedentes indicasen que el Betis no gana en Ipurua desde hace 30 años o que José Luis Mendilibar le tenga tomada la medida, los verdiblancos acumularon ocasiones como para haber sumado tres puntos más que necesarios.

El partido salió con el guión esperado. Si el Betis trataba de salir con la pelota desde atrás, al más puro estilo de la pasada temporada y también con los mismos vicios de entonces, la presión alta del Eibar se lo impedía casi siempre, sobre todo a raíz del 1-1.

Los verdiblancos se habían adelantado en el marcador en una acción de estrategia. El movimiento de Fekir dentro del área fue perfecto para recibir en ventaja en la fronta el saque de esquina de Canales y el golpeo del francés a la primera con la zurda fue incluso mejor.

Los jugadores béticos felicitan a Fekir tras su gol.
Los jugadores béticos felicitan a Fekir tras su gol. / Efe

Se sentía cómodo el Betis que gozó de otra clara ocasión en las botas de Álex Moreno, que irrumpió en velocidad tras un pase en largo de Bartra, pero un error en la salida, con excesivos riesgos entre Mandi, Joel Robles y Édgar, en una situación parecida a otra del inicio del encuentro, acabó en el penalti del jovencentrocampista sobre Inui. Orellana, engañando a Joel, estableció la igualada.

Ese gol del Eibar cambió el duelo. El Betis, que siguió intentando evitar la presión alta del cuadro armero con combinaciones desde su zaga, apenas pudo romper la muralla eibarresa, a los que Martínez Munuera también pasó por alto un golpe de Orellana, ya amonestado, con el antebrazo sobre el rostro de Bartra.

De ese final embarullado del primer tiempo se pasó al duelo suicida del segundo acto. Si el chileno y Pedro León desaprovechaban contragolpes por errores en el último pase, Borja Iglesias demostraba que no era su día, primero con un remate centrado al centro de Álex Moreno y luego anotando un tanto que el VAR anuló por centímetros.

Cada equipo se mantuvo fiel a su idea. El Eibar peleando hasta la extenuación con esa presión que le daba resultados cuando el Betis intentaba salir desde atrás. Ni la orden de Rubi de cambiar al encargado de recibir ese primer pase, con Aleñá ofreciéndose a la zaga para proteger a Édgar, apurado para girarse ante el acoso armero, libraba a los verdiblancos. Expósito e Inui obligaron a una doble intervención de Joel en la enésima acción tras recuperación del conjunto local. Pero también los de Rubi contaban con espacio para buscar las espaldas de la zaga eibarresa, sobre todo por una banda izquierda por la que percutieron Álex Moreno, Canales o Tello, el último cambio introducido por Rubi.

En ese intervalo en el que el duelo se convirtió en un correcalles, Fekir hizo acto de presencia. Caído a la banda derecha pero con libertad de movimientos, el francés remató flojo primero con la derecha desde dentro del área; lue go se inventó un zurdazo raso al que respondió a la perfección Dmitrovic.

Ahí ya ofrecía el Betis la sensación de que dispondría de oportunidades para ganar. Si los cambios que introdujo Rubi trataban de mejorar la fase ofensiva, los de Mendilibar sólo buscaban dotar de fuerzas a su equipo, castigado por tantos minutos de presión asfixiante sobre el juego de posesión bético.

Con Tello sobre el campo desde el minuto 88, el Betis volvió a disponer de otro mano a mano en el pie derecho del catalán, que esta vez remató desviado cuando el banquillo bético ya gritaba el gol. Y hasta en la última acción del partido, otro centro del catalán se perdió junto al poste izquierdo de Dmitrovic sin que encontrase rematador pese al esfuerzo de Mandi por alcanzarlo.

Tampoco fue en Éibar el lugar donde el Betis diera el definitivo paso adelante. Con únicamente 28 puntos en 22 jornadas, los verdiblancos se alejan una semana más de su objetivo europeo. El análisis del duelo en Ipurua será de nuevo parcial, para resaltar esas ocasiones enviadas al limbo con todo a favor, pero la realidad indica que a los verdiblancos les viene perjudicando esos mensajes erróneos que le envía su entorno más cercano.

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