La Cartuja como tierra prometida

Cero a cuatro y pasaporte a semifinales en una eliminatoria que se presentaba llena de dificultades. Pero este Betis de Manuel Pellegrini es un suceso y se permitió el lujo de repetir el póquer de goles que ya le endosó en Liga a la Real. Un hecho que fue puro orgasmo para el que profese la religión verde, blanca y verde y toda la ilusión del mundo con vistas a a una plaza en esa especie de tierra prometida que es la Cartuja en el próximo 23 de abril. A ver qué depara el bombo de hoy.

Va el Betis a una cita tan ilusionante como complicada, pues si ya se veía así cuando el sorteo, el virus FIFA con la conniveancia de Rubiales lo complica aún más. Y así lleno de ausencias llega el Betis a la caldera easonense para aparecer con su empaque habitual para tenérselas tiesas con los txuri urdin. Y desde el tañido inicial, un hombre va a sobresalir y es William Carvalho para hacerse aún más importante con el jugadón más asistencia que origina que Juanmi abra el marcador.

Es un gran Betis el que deambula por la grama de Anoeta, pues tiene mucho tiempo la pelota y no pasa apuros en defensa. Además tiene muy buena salida a estribor mediante Sabaly, Canales y Fekir. Este puede hacer gol, pero Remiro lo impide en gran lance. Januzaj empata, pero el VAR dice que la bota del belga es un poquito más larga que la de su rival y todo queda en un susto cuando se enfila el intermedio con mucho optimismo, pero reconociendo lo mucho que le queda a esto.

Pero lo que queda se difumina tras el paradón estratosférico de Rui Silva a Isak. Va muy poco, pero a partir de ahí todo es verde, blanco y verde. Sólido atrás y con un trío tan magnífico como el que forman Carvalho, Fekir y Canales para que Juanmi apuntille la eliminatoria con un toque de calidad y astucia. Todo se ha consumado, pero el Betis no se conforma y el repertorio de goles no ha terminado para que esta tarde su bola esté en el bombo de Las Rozas con vistas a un ese 23-A en la Cartuja.