Canales le da brillo a un billete ya sellado (2-0)
La crónica del Betis-Ferencvaros
El Betis se asegura la segunda plaza del grupo al derrotar con claridad al Ferencvaros y aprovechar los dos tantos finales del Bayer Leverkusen contra el Celtic
El cántabro marcó un golazo con una rosca bellísima
Plácido entrenamiento con público para la tropa de Manuel Pellegrini en esta penúltima jornada del Grupo G de la Liga Europa. El Betis se tomó en serio los primeros minutos y gracias a ese gol tempranero de Tello después pudo disfrutar de uno de esos días que todos los entrenadores quieren disponer a lo largo del curso. A saber, se fuerza una sesión de preparación algo más exigente y de paso se mete en el funcionamiento de toda la plantilla a los futbolistas menos habituales, aunque en este Betis, salvo algunas excepciones muy puntuales, no se sabe ya muy bien quién tiene un rol y quiénes están en ese segundo escalón.
Por ejemplo, Canales, Guido Rodríguez, Claudio Bravo o Bellerín no deparan la menor duda de viajar en el primer vagón de los elegidos por el entrenador chileno. Casi lo mismo podría decirse en el caso de Borja Iglesias, aunque éste, como el guardameta chileno también, reparte sus minutos titulares con Willian José y Rui Silva, respectivamente. Si se analiza la participación de Bartra, cuando no ha estado lesionado, eso sí, o de Édgar, también se pueden albergar dudas respecto al papel que desempeñan.
En definitiva, que en el once de los verdiblancos en esta cita con el Ferencvaros volvía a mostrar esa mescolanza con la que se ha manejado Pellegrini a lo largo del presente ejercicio, con la oportunidad que le otorga la Liga Europa para tener a todos los elementos en funcionamiento. Pero jugaran los que lo hicieran, siempre once en el planteamiento inicial, la cuestión principal era no dejar ningún resquicio para la duda respecto a las distancias entre las dos escuadras.
Efectividad
A los cinco minutos ya habían liquidado las dudas los verdiblancos con el pase de Joaquín a Bellerín y el gol de Tello
Y los béticos no pudieron hacerlo con más celeridad. Apenas cinco minutos y una muy buena jugada colectiva se convertía ya en el primer tanto después de algún sustito por parte de los húngaros en el principio. Balón profundo de Joaquín con su tiralíneas para la incorporación de Bellerín por la banda derecha, convicción de éste para llegar y, sobre todo, para servir un magnífico pase que dejaba a Tello con todo a su favor para hacer lo que mejor sabe ejecutar, es decir, el gol.
El Betis se había puesto por delante prontísimo y en esos momentos todo parecía conducir a que sería un plácido tránsito hacia la última jornada, incluso con la posibilidad de apelar a las webs en las que se registraba el transcurrir del duelo entre el Bayer Leverkusen y el Celtic, algo que era igual de trascendente en caso de que se llegara a confirmar el triunfo de los heliopolitanos para saber qué objetivos estaban abiertos hasta la jornada final.
La siguiente cuestión a dilucidar, que ya sí tiene más que ver con lo que ocurría sobre la pradera heliopolitana, era cuándo iba a llegar ese segundo gol que supusiera ya un colchón definitivo para que el resultado no tuviera el menor peligro para un Pellegrini que incluso mostró un rictus de enfado cuando todo quedó listo para que irse al descanso en busca de un poco de calor. Era así por algunos detalles que no le habían gustado al entrenador bético en lo referente a la intensidad de los suyos y también, cabe suponer, por la falta de acierto ante el gol.
Opción malograda
Miranda evitó un poco después de la media hora que Borja Iglesias hiciera el segundo tanto al rebotar el balón en su cuerpo
Las dos principales opciones habían sido para Borja Iglesias, pero en la primera, meritoria tras ganarle con el cuerpo un balón al central Samy Mmaee, Dibusz fue capaz de salir con valentía para cerrarle las vías hacia segundo tanto. En la ocasión posterior, sobrepasada ligeramente la media hora de juego (32’), el delantero gallego se encontró con un enemigo inesperado, pues su disparo, preciso y certero, rebotó en el cuerpo de Miranda cuando el encargado del electrónico ya se encaminaba hacia el botoncito para poner allí el 2-0.
Al tiempo de reflexión, en definitiva, se llegaba con todo aparentemente abierto, con ese 1-0 que, además, también era un poco torpedeado por el empate del Celtic en Leverkusen desde el punto de penalti. Pero con lo que no depende de ti tampoco es bueno obsesionarse en exceso y lo que sí iba a hacer bien prontito el Betis, tras salir de los vestuarios, era justificar el pago de la entradas para los más de 30.000 aficionados que habían desafiado a la lluvia para estar en el Benito Villamarín. Canales se hizo con un balón en el borde del área, se perfiló lo justo para tener el disparo de rosca y le pegó con efecto para que ya fuera imposible para el acertado Dibusz. Gol con una magnífica plasticidad, uno de ésos que se conservan en la memoria por su ejecución más allá del día en el que se han producido. Un golazo, sin duda.
Plasticidad
El disparo de rosca de Canales desde el borde del área para el 2-0 es de los que quedan en la memoria con independencia del partido en el que se produzcan
Si hasta entonces todo se había asemejado a los antiguos partidos de entrenamiento de los jueves, los que tenían algo más de intensidad en el fútbol del pasado, a partir de ahí ya se trataba de pura diversión a pesar de las malas noticias que llegaban procedentes de Alemania. El Betis no iba a levantar el pie del acelerador, todo lo contrario, y las ocasiones comenzarían a caer en cascada. Paradón de Dibusz a Tello (63’), una llegada clara de Canales (66’), un córner que cabeceaba Guardado a bocajarro (74’)... Pero el gol no quiso premiar a la intensidad con la que se había manejado un Betis que volvía a recibir una mala noticia con la lesión muscular de Claudio Bravo.
Son los problemas de cualquier partido, incluso de los de entrenamiento, el Betis cumplió con su parte, pero restaba la inquietud de lo que acontecía en Alemania. Andrich se encargaba de poner las tablas y después llegaría el tercero a través de Diaby para acabar con todas las cábalas. El Betis sella la papeleta para jugar la previa a los octavos de final contra un rival procedente de la Champions. Los béticos pusieron de su parte para que así fuera con este triunfo ante el Ferencvaros y los dos goles finales en Leverkusen eliminaron todas las cábalas. A Glasgow habrá que viajar por imperativo legal y ya llegará el momento de jugar esa eliminatoria intermedia.
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