Butarque finiquita este proyecto (4-0)
leganés-real betis · la crónica
El experimento de Víctor Sánchez del Amo con Mandi como pivote se salda con otro sonrojo para el aficionado verdiblanco.
El Betis nunca estuvo en el partido y encajó de nuevo cuatro goles sin un atisbo de orgullo.
Que acabe de una vez la temporada. Que alguien al que le duela el Betis de verdad le ponga remedio a la situación. El aficionado de a pie, el que ha visto como ningún dirigente ha dado la cara tras el ridículo ante el Alavés, no se merece tanto sufrimiento. Otros cuatro goles encajados en la visita a Butarque producen ya un sonrojo que casi no se alcanzó en la temporada de los 25 puntos.
El Betis carece de autoridad. En los despachos, por unos dirigentes más preocupados en perpetuarse que en construir un equipo de fútbol –y de baloncesto–. Con un director deportivo, Miguel Torrecilla, que mucho está tardando ya en salir a pedir perdón al bético por una planificación sin pies ni cabeza. En el vestuario, con un entrenador, Víctor Sánchez del Amo, que sólo está pendiente de agradar a los superiores para intentar mantenerse en el cargo, pero al que ante el Leganés ya se le hizo de noche completamente. Su discurso del crecimiento quedó en evidencia más que nunca, incluso para aquellos que no lo habían querido ver tras otras goleadas similares ante Granada, Las Palmas o la mencionada del Alavés.
El experimento de Víctor, con Mandi de pivote en un 4-4-2 inédito desde su llegada, acabó con lo poco rescatable del Betis de los últimos tiempos, esa salida inicial con una presión alta que incomoda a los rivales. Los jugadores, sin saber siquiera su ubicación en el campo, corrían detrás de la pelota sin ton ni son. Nunca lo habrá tenido el Leganés tan sencillo en un día tan importante para colocarse en ventaja.
Pese a un aviso inicial de Álex Alegría, con un remate muy inocente a un pase de Rubén Pardo, el Betis se descompuso en la primera arremetida local. Ni Pezzella con una falta a la desesperada frenó el ataque del Leganés, que acabó en un centro de Tito. El baló tocó en el brazo de Álex Martínez, que, si bien le había dado la espalda a la acción, separó el mismo justo cuando pasaba la pelota. Trujillo Suárez, tras recibir la ayuda de su asistente, señaló el punto de penalti para que Szymanowski se la pusiera imposible a Adán. Sin reacción por parte del equipo que vestía de verde, el 2-0 llegó poco después. Otra acción mal defendida, en este caso por Tosca, dejó a El Zhar solo ante el meta verdiblanco, al que se adelantó con un ligero toque para llevar el delirio a la grada. Sin un fútbol brillante pero sí efectivo, los de Garitano se ponían con todo el viento a favor.
El Betis, a partir de encajar el segundo tanto, se recompuso, aunque más por el miedo a equivocarse que tenían los locales, que cedieron la pelota y los espacios para resguardarse cerca de Herrerín. Quizá ese exceso de conservadurismo le pudo costar caro, aunque tampoco el Betis estaba para demasiadas alegrías. Un disparo mordido de Jonas Martin, un centro de Rafa Navarro tras un buen regate sobre Diego Rico o una falta enviada al limbo por Álex Martínez fueron los mejores acercamientos béticos.
La tónica no se alteró en la caseta. Tampoco Víctor tocó alguna tecla para variar la dinámica, como si le hubieran gustado los primeros 45 minutos de los suyos. El Betis continuó con un dominio estéril de la pelota, incapaz de superar la presión inicial del Leganés. De Pezzella a Tosca, de éste a Mandi y vuelta a empezar.
Ese fútbol sin mordiente ya provocó la reacción del entrenador, que introdujo a Joaquín y Cejudo. Para nada. Una pérdida de Rubén Pardo ante la presión de Gabriel finalizó con un disparo del brasileño desde más de 40 metros que se coló como un misil en la portería de un Adán que seguía el juego en una posición adelantada.
No acabó ahí el esperpento de los de verde. Otra pérdida, esta vez de Rafa Navarro en el lateral derecho, provocó el eslalon de Szymanowski ante la pasividad de Pezzella y Mandi, que vieron como el argentino llegaba al corazón del área para superar con un toque de clase la salida del meta verdiblanco.
Ni siquiera un remate de Álex Alegría, el único con cierto peligro en todo el partido, permitió anotar el gol del honor. El Betis ya se lo había dejado con mucho tiempo de antelación en Butarque. Como también lo han perdido todos aquellos que defienden este proyecto deportivo, los de dentro y los de fuera. No es una cuestión de personalismos, ni de una batalla contra los que mandan. Simplemente que el Betis y sus aficionados no se merecen esto. Butarque finiquitó este proyecto. Otro más. Es hora de que pase el siguiente.
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