Borja Iglesias sella el pasaporte para el Betis (2-1)
Betis-Granada | La Crónica
Dos goles del gallego, el segundo con polémica, le dan un merecido triunfo al Betis ante un Granada que le puso complciado ese vital paso a los verdiblancos
El beticismo explotó de júbilo en el minuto 87
Así hemos contado el partido
Paso de gigante del Betis para sellar su pasaporte para jugar en las competiciones europeas la próxima temporada y un protagonista principalísimo, Borja Iglesias, autor de los dos goles que le dieron el triunfo a la escuadra de Manuel Pellegrini. El delantero gallego marcó las diferencias en un partido bastante competido entre dos estilos de fútbol diametralmente diferentes, pero al final todo se decide por los goles y fue el nueve verdiblanco el que consiguió anotarlos en el acta de Soto Grado entre las protestas del Granada, que se quejaba del libre indirecto sancionado en el toque de Gonalons hacia Aarón Escandell. ¿La opinión de quien esto suscribe? Fácil, que jamás se sanciona ese pase al portero, pero que el reglamento lo considera una acción punible y este juez sí lo decretó así.
El Betis, que seguro que hubiera protestado si hubiera sido al revés, se limitó a sacar provecho de esa situación ventajosa y, ojo, con el reglamento en la mano correcta por parte del árbitro. Soto Grado situó el balón sobre la raya del área chica. El primer disparo de Borja Iglesias se estrelló sobre la nutrida barrera, pero el segundo, con un zurdazo tremendo con todo el corazón, se fue a lo más alto de la red para que todo el Betis festejara con alborozo que Europa se había convertido desde ese momento en un objetivo a un paso de ser rubricado para darle lustre a una temporada con muchos méritos.
Porque ese zurdazo de Borja Iglesias no hacía sino acercar el premio que los hombres de Pellegrini se han ido mereciendo durante este segundo tramo del campeonato liguero. Es más, los seis empates consecutivos se convertían ya en ese momento en siete jornadas sin perder para que el Betis se sitúe en la sexta posición de la Liga y sólo con el Celta, rival en la última jornada, como único que puede inquietar en estos momentos para que el pasaporte sea definitivamente sellado. Algo que debe suceder más pronto que tarde si los verdiblancos siguen con este nivel.
Borja Iglesias, además, subsanaba el error de Bartra, que había posibilitado con su regalo a Machís que la inquietud se incrementara cuando el Betis lo tenía todo a favor para no sufrir sobresaltos y sí aprovechar alguna contra para haber sentenciado. Pero no, a este equipo le va la marcha y vivir en situaciones de máxima tensión y el central catalán daba un pase atrás hacia Bravo sin mirar si había un rival y habilitaba a Machís para que todo fuera aún más complicado.
Tanto que el Granada ahí sí tuvo algún cabezazo inquietante, pero no fue capaz de acertar y eso, al final, es lo único que vale, pues Borja Iglesias sí la metió dentro después de un par de intentos anteriores del propio delantero gallego, aunque con poco ángulo, y de Guido Rodríguez desde fuera del área.
Es el resumen del último tramo, pero la primera mitad iba a responder a la perfección al duelo que se esperaba en el Benito Villamarín. El equilibrio entre dos concepciones diferentes del fútbol fue absoluto, aunque hay una cuestión fundamental en este deporte que se juega con los pies, preferentemente, y ésta es disponer de un delantero con calidad para convertir en oro todo lo que se pueda generar en otras zonas del campo. La referencia es por Borja Iglesias.
Si ambos equipos habían estado bastante equilibrados sobre el césped en todos los aspectos, tanto en las llegadas como en la manera de defender, quien se iba a encargar de desequilibrar la balanza era el punta gallego con un auténtico golazo. Porque no es fácil, aunque así lo hiciera parecer, ejecutar de la forma en la que lo hizo Borja Iglesias. Primero, control de espaldas para ganarse un metro de distancia respecto a los defensas; después, volverse y tener ya en su cabeza que el golpeo seco iba a buscar la red como si se tratara de un pase fortísimo al recogepelotas que estaba en la esquina de atrás.
El Betis se había puesto por delante en el marcador cuando más complicado parecía que tenía las cosas, porque el partido no tenía un dominador claro entonces y sí parecía un cara o cruz, más por los aciertos de ambos equipos que por acciones de errores flagrantes de unos y otros. Claro que para que existan oportunidades de gol tienen que producirse pequeños fallos y eso le sucedió tanto a Guido Rodríguez como a Gonalons, pero después los delanteros de unos y otros les iban a poner aspectos positivos para que se contabilizaran dos claras oportunidades para Luis Suárez, con paradón de Claudio Bravo previo al gol anulado por fuera de juego; y de Ruibal, aunque Foulquier logró evitar el remate tras una magnífica jugada.
Pero lo único que iba a subir al marcador fue el gol de Borja Iglesias y eso, lógicamente, dejaba todo abierto para una segunda mitad que anunciaba emociones intensas. Aumentaron con el error de Bartra en ese pase atrás sin mirar, pero aún quedaba la traca final. Libre indirecto por cesión de Gonalons a Aarón Escandell y el segundo intento de Borja Iglesias se va a lo más alto de la red entre la explosión de todo el beticismo. El Betis es sexto y ya lo esperan en una comisaría para darle validez a su pasaporte continental.
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