Los nombres propios del Betis: del absentismo de William al desparpajo de Rodri
Athletic - Betis
No fue ni mucho menos un partido, el de San Mamés, del que los aficionados béticos vayan a guardar un buen recuerdo. Varios de los jugadores llamados a soportar gran parte del peso, por jerarquía y sueldo, decepcionaron. Llamativo fue el caso de William Carvalho, que no aportó nada ni en defensa ni en ataque. Pocas explicaciones, en cambio, hay que pedirle a Rodri en su debut como titular. Cumplió con creces y se asoció con Joaquín, cuya cara desencajada reflejó que a él sí que le dolió.
William Carvalho
Como si la discusión no fuera con él. Muchas más sombras que luces describe la trayectoria del centrocampista portugués en el Betis. Y para sombrío, su partido en San Mamés. No ganó una disputa en la zona ancha, no se descolgó... e incluso pecó de una pasmosa indolencia en alguna que otra acción, como en la ruleta que le hizo Capa o, sobre todo, la llegada de Muniain que acabó en gol del navarro tras su apertura a la izquierda para que se la devolviera Villalibre. Pellegrini debió pensar que ya era suficiente. Lo pensó tarde.
Joaquín
Las gotas de amor propio cayeron de él. No había más que verle el rostro desencajado en la segunda parte para adivinar el ominoso partido que estaba perpetrando el Betis en San Mamés. A él, más que a nadie, le dolía lo que estaba sucediendo y por eso trató de rebelarse mientras le quedaban fuerzas para ello. Junto a Rodri, por el perfil derecho, produjo lo único positivo de los verdiblancos en el inicio de la segunda parte.
Rodri
Bullicioso, implicado y con una zurda de buen toque. Canales es Canales y no iba a ser Rodri, en su primer partido como titular, quien iba a cubrir el enorme vacío que ya deja el cántabro en el equipo. Pero el extremeño cumplió con personalidad y descaro. Se movió mucho para recibir el balón incluso en zonas retrasadas e hizo daño cuando cayó a la derecha y se asoció con Joaquín. Si el bético se fue a la cama iracundo, no fue por el chaval.
Claudio Bravo
Mejor no saber qué se le pasa por la cabeza. El competente portero volvió a recibir demasiados goles después de una actuación ni mucho menos negativa. Incluso hizo dos buenas paradas justo antes de que marcaran Capa el segundo y Muniain el tercero, aunque cierto es que pudo hacer algo más en el cuarto. Mejor no saber qué se le pasa por la mente mientras ladea la cabeza al sacar los balones de la red.
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