Un Betis sin alma y a la deriva
Análisis
El club y el equipo retroceden en lo económico y en lo deportivo
Cordón, 'invisible', y Pellegrini, obligado a cambiar cosas en busca de una reacción
El 21 de diciembre, clave para el futuro
Sevilla/En el mundo del fútbol resulta vital para el funcionamiento de un club el siguiente aspecto: tener alma. Y eso no lo transmite a día de hoy un Betis que da pasos hacia atrás en lo económico y en lo deportivo, como se refleja en la hoja de Excel y en la clasificación, con una preocupante sensación de club a la deriva que requiere de medidas urgentes para evitar que el bucle en el que vive instalado tenga como final un descalabro deportivo que ya se ha visto en la historia verdiblanca en más de una ocasión. Quedan 27 jornadas por delante y en el horizonte, una fecha clave para el futuro de la entidad de Heliópolis: el 21 de diciembre.
Mientras tanto, Manuel Pellegrini está obligado a hacer cambios y buscar soluciones, Antonio Cordón sigue invisible y el foco principal apunta a la deficiente gestión deportiva de los actuales rectores, Ángel Haro y José Miguel López Catalán. De ahí, que este momento actual presente similitudes a una época no muy lejana en la que pasaban jugadores, entrenadores y otras figuras a nivel deportivo, y nada cambiaba sobre la hierba a consecuencia de una espiral negativa y ambiente viciado con epicentro en el propio club que devoraba todo y que requería de aires nuevos en la cúpula.
Fallo en la hoja de ruta
El Betis sigue lastrando otra temporada la apuesta por la continuidad de un estilo de fútbol alegre y ofensivo, y los resultados se reflejan en el terreno de juego. Sobre todo, en la sangría de goles recibidos, con un dato (@pedritonumeros) demoledor: el Betis es el equipo más goleado en esta Liga (23), es el equipo más goleado en las dos últimas ligas (83), es el equipo más goleado en las tres últimas ligas (135), es el equipo más goleado en las cuatro últimas ligas (196) y es el equipo más goleado en las cinco últimas ligas (260).
El problema está más que detectado y en verano tampoco se puso remedio e incluso salió el central con más agresividad de la plantilla, Zou Feddal y su recambio, de momento, no ofrece garantías. Los resultados están dejando claro que no sólo era cuestión de hacer grupo o de hombres por encima de nombres, sino de meter el bisturí en profundidad, y la prueba es que continúa prácticamente el mismo plantel y así, las mismas carencias. Ni físico, ni carácter, ni fuerza, ni capacidad de reacción, jugadores que no andan en su mejor momento, como se vio ante el Eibar, como Joaquín, Guardado y Fekir, las pérdidas de balón del pivote defensivo, la falta de desborde por las bandas, el sufrimiento ante rivales intensos, el problema en la portería... En definitiva, una apuesta por un estilo que está en las antípodas del fútbol actual.
Por ello, Manuel Pellegrini está obligado a buscar soluciones, a cambiar cosas. Sobre todo, en cuanto a la forma de plantear los partidos, con una insistencia en el error de no tener en cuenta algunos aspectos del rival que tiene delante y jugar siempre de la misma manera, sin obviar la necesidad de mejorar en cuanto a la tardanza en la reacción (variantes tácticas y cambios). Por ello, el Betis de Pellegrini es muy similar, tras once jornadas, al Betis de Rubi. Ahora, los verdiblancos suman 12 puntos, con cuatro victorias y siete derrotas (el equipo con más derrotas en estos momentos en Primera), 12 goles a favor y 23 en contra. El último curso, con las mismas jornadas, el Betis tenía también 12 puntos, con tres victorias, tres empates y cinco derrotas, con 14 a tantos a favor y 21 en contra.
Errónea gestión deportiva
La situación actual del Betis causa poca sorpresa en función de los cambios constantes y desacertados en la toma de decisiones de la cúpula dirigente, con una política deportiva errónea a causa de un profundo desconocimiento del fútbol, con el consiguiente derroche económico que eso produce. Sirve como ejemplo los tres años de contrato a Quique Setién, los tres años a Rubi y ahora otros tres a Manuel Pellegrini, con el riesgo que eso conlleva. Unos bandazos con la entrada y salida de directores deportivos, jugadores y entrenadores que, salvo con Lorenzo Serra Ferrer (fue el filón al que se aferró Ahora Betis Ahora para ganar aquella junta a la candidatura de Rafael Salas), no ha permitido salir al Betis de una mediocridad alargada y sin atisbo alguno de crecimiento deportivo real.
En el mundo del balompié es fundamental que un club respire fútbol, que esto sea lo más importante y esté muy por encima de otras facetas que nada tienen que ver con la pelota. Y ya no hay excusas: ni los árbitros, ni el VAR, ni Serra, ni la presión de la grada, por no hablar de las usadas no hace mucho tiempo, como la deuda concursal o los problemas judiciales con el ex máximo accionista, para tapar la mala gestión deportiva. Estadio vacío, mismas carencias. Y toda esta situación viéndose venir desde hace mucho tiempo.
La junta de accionistas
Lastra el Betis a lo largo de su historia un gran problema, el de su clase dirigente. Por ello, el próximo día 21 de diciembre se presenta otra fecha importante para el futuro del club de Heliópolis. El problema principal está focalizado en la cúpula dirigente actual y cada vez son más los aficionados verdiblancos que piden un cambio de rumbo y, sobre todo, respuestas a muchos interrogantes.
En concreto, sobre la unión del resto de accionistas de referencia, con Lorenzo Serra Ferrer entre ellos, con el fin de formar una candidatura que pueda desbancar a los actuales rectores, algo complejo en la actualidad tras aquel reparto en el denominado Betis de los Béticos. Movimientos existen entre los principales actores, tanto de dentro como de fuera del club, y se han intensificado en las últimas horas, pero una vez más surgen varias cuestiones a reflexionar en todo este asunto. ¿Es más importante el ego o unirse por el bien del Betis para buscar algo mejor a lo actual en cuanto al gobierno del club? ¿Es más importante seguir en la poltrona al precio deportivo que sea o mirar por el bien del Betis y dar un paso al lado para frenar la caída actual? En la Junta se saldrá de dudas. Todo, con el objetivo de que el Betis deje de estar a la deriva, recupere el alma y abandone esta etapa deportiva oscura que dura ya más de una década.
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