La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Sevilla se ha quedado pequeña
Betis-Sevilla
Fin de unas vísperas complicadas de sobrellevar para quien entiende el fútbol como un mero deporte en el que rueda un balón, se enfrentan once jugadores contra once y hay un juez supuestamente encargado de acertar en sus decisiones y que no siempre lo hace. Betis y Sevilla se enfrentan esta noche en el Benito Villamarín en un derbi inédito, en una eliminatoria a partido único que jamás se había dado, y lo hacen con un ambiente particularmente cargado por los lamentos de los locales por los perjuicios arbitrales que han padecido, particularmente en la última jornada liguera contra el Rayo Vallecano.
Negar que el Betis fue ampliamente zarandeado por el debutante Muñiz Ruiz en Vallecas sería vivir en otro mundo y casi no haber visto jamás un partido de este bendito deporte que responde por fútbol. Por cierto, es el mismo árbitro al que Julen Lopetegui casi se lo quería comer tras el Sevilla-Alavés, como hiciera Manuel Pellegrini en Vallecas, ambos frutos de la impotencia ante sus decisiones.
Así que todos tienen motivos para el lamento en lo referente a las decisiones arbitrales y no hay más que mirar las tablas que se confeccionan al respecto con lo que hubiera pasado de no existir ese gran invento llamado VAR y que sirve, la mayoría de las veces, para arreglar errores personales. No sucede todas las veces, por supuesto que no, pero aléjense de quienes quieran derrocar una herramienta que le puede hacer tanto bien a este deporte, ya que antes los fallos eran incluso peores y no se solucionaban nunca.
Tres párrafos de la presentación de este Betis-Sevilla que se da por primera vez en una eliminatoria a partido único dedicado al tema de las polémicas arbitrales y conviene saltar ya a otro elemento. Por ejemplo, al hecho de que se juegue por primera vez a vida o muerte, siempre figuradamente para que no haya malos entendidos con el uso de un lenguaje que no tiene nada de trascendental. Es la décima eliminatoria oficial que disputan béticos y sevillistas, por mantener siempre el orden dictado por el sorteo, de las cuales ocho fueron de la Copa del Rey y una de la Liga Europa y siempre se litigaron a doble partido, lo que suponen un total de 18 encuentros.
El balance, hasta ahora, establece que el Sevilla se clasificó en siete ocasiones y el Betis lo hizo en dos. Ahí, por supuesto, se incluye la famosa tanda de penaltis de la Europa League. Esta vez, sin embargo, las circunstancias serán diferentes, ya que todo debe quedar dilucidado en noventa minutos, 120 en el segundo paso o en otra tanda de lanzamientos desde el punto de penalti, que vaya usted a saber qué es lo que deparará el juego.
Juego, maravillosa palabra después del tránsito por tanto fango. ¿Qué tipo de partido se puede esperar esta noche en el Benito Villamarín? El precedente de la Liga está muy cercano, poco más de dos meses han pasado desde que el 7 de noviembre se vieran las caras ambos equipos sevillanos en el mismo escenario, y sí se puede barruntar que el Betis se ha conjurado para que los acontecimientos no se desarrollen dentro del campo de la misma manera.
La tropa de Pellegrini no fue fiel aquella noche a su credo balompédico y transmitió miedo desde el primer minuto, carencia de la osadía que la ha caracterizado a lo largo del presente curso. Así que si han pregonado ahora que aprendieron la lección, se puede esperar a un Betis con más brío, con más ardor a la hora de partir en busca de la clasificación por la vía de urgencia.
No sucederá lo mismo, sin duda, con el Sevilla, que tratará de ser fiel a la manera de entender el fútbol por parte de Lopetegui y de todos los miembros de su ejército. Los sevillistas llegan como la única alternativa actual al Real Madrid en la Liga y aunque eso es lo que más les obsesiona, sí tratarán de mandar en el juego a partir de la posesión del balón, de no correr muchos riesgos a la hora de poder verse sorprendidos en las contras, además de aprovechar sus recursos ofensivos para tratar de ponerse por delante.
Son las marcadas filosofías de dos equipos, Betis y Sevilla, que, no se olvide el dato, caminan por la Liga en la tercera y la segunda plaza, respectivamente, lo que quiere decir que están desarrollando un campeonato casi perfecto en ambos casos. En la Copa han tenido algunas dificultades más, particularmente el Sevilla, que tuvo que superar una prórroga y hasta una tanda de penaltis en dos de las tres eliminatorias ante rivales inferiores. Los verdiblancos también pasaron en una prórroga en Talavera antes de que el capricho de las bolas quisiera que se enfrentaran al rival de siempre de la ciudad en el primer choque contra uno de su misma categoría.
Siguiente cuestión, el Covid. La ola de contagios ha sido virulenta en toda la sociedad y los equipos de fútbol, lógicamente, no se han librado de ella. Habrá que ver, pues, qué futbolistas estarán a disposición de Pellegrini y Lopetegui esta noche, algo que probablemente no se sabrá hasta que les den las alineaciones al vasco De Burgos Bengoetxea, el árbitro encargado de repartir justicia.
Da igual, jugarán once contra once, eso es lo único seguro. Dentro de que ambos parecen tener casos, los sevillistas han tratado de esconder más sus cartas y ni siquiera se tiene certeza absoluta de quiénes son los afectados. La rumorología indicaba que Acuña y Ocampos podían estar contagiados, aunque nadie ha podido confirmarlo absolutamente. En la parte bética se ha hecho hincapié en que Bartra no ha estado en ninguno de los entrenamientos de la semana y en este caso sí había imágenes de los primeros 15 minutos de la mayoría de las sesiones.
En fin, cabe insistir en que jugarán once contra once, aunque es verdad que los sevillistas tienen un amplio número de bajas con las lesiones de Suso, Lamela, Delaney y Jesús Navas y la presencia de Bono, Munir y En-Nesyri en la Copa África con Marruecos. En el Betis tampoco estarán por lesión Joaquín, Paul y Montoya, recién operado, además de un Willian José que sólo ha realizado un entrenamiento.
Otra cosa serán los futbolistas que tengan o puedan tener de aquí a la hora del litigio el coronavirus en cualquiera de sus variantes, que eso ya casi pertenece al reino de la bruja Lola a la hora de acertarlos.
Y el último factor en las vísperas tiene que ver con el público. Con las restricciones actuales al aforo, la idea inicial de la dirigencia del Betis era darle prioridad absoluta a los suyos, que serán más de 43.000 de los 45.000 permitidos. Sin embargo, al final sí se abrió la posibilidad a una asistencia de sevillistas en un número oficial de unos 400, lo que le dará mayor colorido al espectáculo.
Derbi inédito, pues, por el hecho de ser a partido único, el Benito Villamarín resultó elegido como escenario por el orden de las bolas de los dos equipos en el sorteo en la Federación Española y desde las nueve y media todo será fútbol, con todos sus avíos, incluido un árbitro. El que marque más goles, incluso desde el punto de penalti para desempatar en caso de que fuera necesario, ganará. Tan fácil como eso, así que es el momento de asistir a una de las pasiones que se viven con más fuerza en Sevilla, el derbi.
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