Un Betis-Sevilla del color de la hierba

El derbi sevillano | Presentación

Hace décadas que el Betis no es tan favorito ante el Sevilla, que apelará a su mística especial en Heliópolis

¿Cuándo fue el primer derbi de la historia entre el Sevilla y el Betis?

¿Derbi o derby?

El último Betis-Sevilla, de Copa, parado antes de que se reanudara el día siguiente.
El último Betis-Sevilla, de Copa, parado antes de que se reanudara el día siguiente. / Antonio Pizarro

Sevilla/Si el decimoctavo de la clasificación de Primera visitara el estadio Benito Villamarín este domingo y se llamara Elche, Valencia o incluso Villarreal, aun con la plantilla que tiene el actual decimoctavo de la tabla, el Betis sería muy, muy favorito en el partido. Pero se trata del Sevilla. Se trata de un derbi. Un derbi sevillano. Y en Heliópolis, donde los sevillistas, en la Liga, han doblado las rodillas sólo tres veces en este siglo XXI: temporadas 2004-05 (1-0), 2005-06 (2-1) y 2018-19 (1-0). Diecisiete veces se han visto las caras en este siglo en la máxima categoría con los verdiblancos como anfitriones (éstos faltaron en las campañas 2009-10, 2010-11 y 2014-15) y en cinco ganaron los visitantes y en nueve empataron.

El Betis, en cualquier caso, es favorito. Por algo atesora 13 puntos más tras 12 jornadas. Por algo ha ganado en siete jornadas, por sólo dos de su acérrimo rival. Pero ojo. Disfruta de una mística especial el Sevilla cuando holla el vasto terreno de juego heliopolitano. Suele competir como en ningún otro desplazamiento. Se siente a menudo mejor de lo que es. Y a eso se agarran en Nervión para intentar discutir toda lógica. Tan buenos ratos han pasado sus aficionados en casa del vecino, que superan las 9.000 las peticiones para adquirir las quinientas y pico entradas que el Betis ha puesto a disposición para los sevillistas .

Pero ahí acaba el lado feliz de este derbi para el sevillista. Con el mero fútbol sobre la mesa, que es al fin y al cabo lo que tiene más peso específico, el Betis gana por donde quiera que se mire.

Otra baza psicológica

El hecho irrefutable de que el Sevilla suele pescar en el Villamarín tiene un considerable contrapeso con lo que sucedió en el último derbi en el sur de la ciudad, que acaeció a mediados de enero y con el pase directo a los cuartos de la Copa en juego, nada menos. El Betis fue mejor antes y después del palo a Joan Jordán. Con público y sin público. Y para más inri, acabó levantando la Copa en la otra punta de Sevilla tres meses después. Casi nada. Como para que la afición bética no reciba a los de rojo este domingo con el pecho hinchado y un aire de superioridad.

Antagónicos

Desde que se enfrentaron hace un año, el Betis ha ganado 16 de 30 jornadas y el Sevilla sólo 7

El Sevilla ya empezó a dudar en el salto de 2021 a 2022, pero fue cuando fue descabalgado de la Copa ante el eterno rival cuando se acentuó esa tendencia a la baja. Acusó el fortísimo golpe y no digirió bien el extraño capítulo del palo de PVC, la suspensión del partido, que transigiera con jugar el día siguiente sin público... Fue como si le cambiara el paso. Desde la eliminación hasta el final de la temporada, eliminó con demasiadas fatigas al Dinamo de Zagreb en la Liga Europa, cayó luego con el West Ham en octavos y en la Liga, mantuvo a duras penas la cuarta plaza por su gran primera vuelta.

Mientras el Sevilla ha ganado 7 partidos de los 30 de Liga que ha jugado desde que cayó en la Copa, el Betis ha vencido en 16 de esos 30. Más del doble. Ese contraste refleja las distancias futbolísticas entre uno y otro hoy. Nada menos que 13 puntos de diferencia, una distancia que no se daba desde mediados de la década de los noventa. Ni siquiera que el Sevilla se llevara el último derbi, en la Liga en Nervión (2-1), va a mermar la confianza del Betis de Manuel Pellegrini.

Defensas opuestas

El Betis, en casa, se ha sentido poderoso, imbatible, pero viene de que el Atlético de Madrid haya quebrado esa tendencia. Hasta la visita de los colchoneros, derrotó a Elche, Osasuna, Villarreal, Girona y Almería. En ningún caso apareció ese Betis exuberante que a veces tanto hizo disfrutar a los suyos la pasada campaña. Si acaso, ante el Almería un rato. Pero este Betis es más sólido. En la Liga precedente, el Sevilla compareció en Heliópolis un 7 de noviembre, hace casi un año, en la misma jornada 13ª. Y si entonces los béticos habían encajado 15 tantos en las doce jornadas previas al choque, hoy son el segundo mejor equipo del campeonato en defensa, con 8. Es el doble de seguro.

Tras 12 jornadas

Ocho goles había recibido el Sevilla antes del último derbi en Heliópolis, los mismos que hoy el Betis

Todo lo contrario le ocurre al Sevilla, que añora una barbaridad a Koundé, Diego Carlos y a Fernando Reges, quien sigue ausente aquejado de un virus. El equipo de Lopetegui, antes de ganar el derbi 0-2 con los tantos de Acuña y Bellerín en propia meta, había recibido sólo 8 goles, una solidez que lo llevó a ser el menos goleado al final del ejercicio. Nada menos que 11 menos que los que lleva en su disparatada Liga, en la que sólo ha dejado la portería a cero una sola vez, en Mallorca. Los papeles se han invertido en una virtud absolutamente vital para que un equipo esté arriba, la seguridad defensiva.

En el Betis faltará Luiz Felipe, que ha tardado poco en tomar el liderazgo de la zaga, pero viene de hacer un notable partido sin la pelota en San Sebastián, con Sabaly, Pezzella, Édgar y Álex Moreno muy firmes y Rui Silva creciendo cada vez más en la portaría.

El Sevilla, en cambio, se aferra al gran desempeño habitual de Bono y tiembla por las ausencia de Marcao, llamado a cimentar la renovada zaga. Nianzou volvió a entrenar este pasado viernes, pero... Con Sampaoli, en salidas de fuste (Dortmund, Bernabéu, Manchester), el equipo ha competido y defendido más o menos bien, pero de nuevo va a comparecer la defensa de los primeros partidos de esta Liga, con la que todo empezó a torcerse. Y el empecinamiento del preparador argentino en tratar de que Bono inicie las jugadas es una invitación a que Pellegrini ordene una presión feroz.

El chileno aprendió la lección del último Betis-Sevilla de Liga, en el que salió un Betis tibio y contemplativo, y en la Copa apretó muy arriba desde el tañido inicial, lo que le salió de perlas.

Frenesí y parsimonia

Y si en defensa se han invertido las tendencias de la pasada campaña (con 30 goles encajados acabó el Sevilla y con 40 los verdiblancos), en ataque se ha agudizado la superioridad de los heliopolitanos: llevan 16 goles, tres menos que la pasada Liga a estas alturas, pero es que el Sevilla suma 11, casi la mitad que hace un año (20).

El Betis actual ha sacrificado brillo por pragmatismo. También hay que valorar la dilatada ausencia de su mejor goleador, Juanmi, y que nadie secunda a Borja Iglesias (8 tantos) en la faceta realizadora. La intensidad y confianza del gallego se hace extensiva hoy a todo el equipo, que mantiene su verticalidad y profusión de piezas que van al remate en cuanto pueden, sobre todo por el caudal que genera Álex Moreno por la izquierda.

Por sí mismo, al Betis le conviene un partido de alto ritmo, de balón muy vivo. Y desentrañando el juego del Sevilla, más aún: el equipo de Sampaoli adolece de una alarmante falta de fuerza para las disputas y duelos cuando el ritmo es alto y sus piezas con algo de velocidad son contadas (Rafa Mir, Lamela y En-Nesyri), por lo que el Betis puede apretar y asumir riesgos.

Un novato con silbato

El murciano José María Sánchez Martínez ya cuenta con una amplia experiencia en Primera, pero hasta este domingo no va a probar el ácido sabor de un derbi sevillano. ¿Pesará más que vive su octava campaña en la élite y que tiene mucho carácter, o que jamás ha lidiado un toro así y lo desconoce? Al Betis le ha pitado 18 partidos (8 victorias, 2 empates, 8 derrotas, con 59 amarillas y 48 a los rivales) y otros 18 al Sevilla (8 victorias, 8 empates y 5 derrotas, con 47 amarillas y 51 a los rivales).

Seis jugadores en el punto de mira

Claudio Bravo. Visto que Rui Silva jugó el jueves, hoy le debe tocar el turno al chileno, que saldrá dispuesto a borrar su mala actuación del último Sevilla-Betis.

Guido Rodríguez. En su acción acaso más torpe desde que juega en el Betis, vio la segunda amarilla por aquella falta a Mir. Querrá resarcirse.

Nabil Fekir. Tras volver de su lesión ha marcado las diferencias en unas apariciones comedidas, dosificadas, orientadas a que este domingo dé ya rienda suelta a su genio.

Yassine Bono. El internacional marroquí sigue salvando puntos y es sin duda el jugador de más nivel que hoy tiene la plantilla sevillista. El año pasado lo echó muchísimo de menos su equipo en la Copa. Eso sí, ojo si arriesga con los pies...

Joan Jordán. No va a ser un partido más para el catalán, sobre el que flotará una nube extraña, quizás tóxica, por lo que le pasó. A ver cómo lo gestiona.

Erik Lamela. Entre la propensión de Sampaoli a jugar con un ‘falso nueve’ y que pocos llegan al remate y convierten, su papel se antoja clave.

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