El Betis de Pellegrini es hoy un 'tsunami' verdiblanco (2-0)
Betis-Getafe | La crónica
El equipo verdiblanco, que debió golear a un doloroso Getafe, gana al fin en casa gracias a otros dos goles de Willian José
El delantero brasileño y William Carvalho se suben a la dinámica ofensiva de un equipo que remató 18 veces, 4 de ellas a los palos
Vídeo resumen del Betis-Getafe
A la cuarta ocasión, el Betis pudo brindar un triunfo a su gente en el Benito Villamarín. El 2-0 final ante el Getafe no refleja ni por asomo la superioridad de los verdiblancos sobre un equipo, el de Míchel, que no ha sido capaz de agarrar un solo punto de los 21 por los que ha litigado. Tal fue el torrente ofensivo del sincronizado equipo de Manuel Pellegrini, que no hubiera sido extraño abrochar la exhibición con una manita. Hasta cuatro balones se estrellaron en los postes de David Soria. Y que el buen portero madrileño fuera de largo el mejor de los suyos testimonia el partidazo de este desatado Betis, que ha sido capaz de rematar 40 veces en sus dos últimas apariciones ante su gente, 22 ante el Espanyol y 18 ante el Getafe. Arrebatador. Incontestable.
El Betis de la hora divierte y se divierte. Tiene un concepto del juego eficaz, pragmático, pero vistosísimo a la vez. Claro que no son incompatibles ambas virtudes. Cuando mira a la portería contraria lo hace sin miramientos, sin un toque de más, sin una combinación que sobre, ahí su sentido práctico. Pero lo hace con tanto gusto como eficacia. Es un placer ver conducir la pelota y dibujar un eslalon a Fekir, también lo es un cambio de juego milimétrico de Canales. Y ante el Getafe, se sumaron a la fiesta William Carvalho con sus galopadas poderosas y preñadas de mala intención y Willian José con sus movimientos y toques de espalda al arco, su lectura de los ataques y su sentido para el remate.
No había empezado el Betis con un alto ritmo e incluso se animó el Getafe a tener la pelota y salir con una peligrosa internada de Olivera que cortó Bellerín (12’). Pero el saque de ese córner a favor de los madrileños despertó el instinto matador de los heliopolitanos, que de nuevo montaron un veloz contragolpe tras defender esa jugada a balón parado. Y como en la ocasión en Pamplona que falló Borja Iglesias tres días antes, los atacantes locales salieron como galgos hacia la portería de David Soria por los pasillos interiores, hasta el punto de crear superioridad sobre los defensas. Falló ese último pase, pero el partido ya rompió en lo que deseaba todo bético.
Trataba el Getafe de reponerse del susto cuando William Carvalho metió su larga pierna con habilidad ante Timor, le robó la pelota en el mediocampo y adelantó a Fekir para que el francés prendiera el primer fuego en el área. Aceleró con el balón cosido a la bota, recortó a su izquierda para soltar el latigazo y, de forma inopinada, quien chutó fue Willian José, que acompañaba de cerca la jugada y llegó antes a la pelota que Djené, su marcador, y también que su compañero Fekir. Fue un latigazo junto al palo derecho de Soria violentísimo, inapelable (14’).
Míchel alineó a cinco defensas. Iglesias y Olivera, aun con cierta proyección, se metían junto a los centrales en cuanto el Betis tenía el cuero. Un 5-3-2 con tres medios arrugados que pronto dejaron entregados a su suerte a los dos delanteros, Macías y Enes Ünal. Los medios de azul fueron tres conos que Carvalho, Fekir y Willian José, sobre todo, sortearon una y otra vez. En otra aproximación, Fekir envió un plátano a la cruceta (20’). Guido se las bastó él solo para sostener tan tímida amenaza, Édgar le bajó los humos a Enes Ünal en sus dos primeros intentos y Carvalho tuvo licencia para hacer lo que le gusta.
No bajó el pistón el Betis tras el descanso, cómo dejar de disfrutar. También Guido se puso exquisito con su taconazo a Rodri, que conectó con Fekir. El mago francés adelantó a Bellerín, que se desdoblaba. Centró el lateral, el despeje de un defensa rebotó en otro y Willian José sólo tuvo que remachar.
Pellegrini reservó a Canales. Luego a Willian José y Borja quiso reivindicarse. El gallego estrelló dos balones en el poste, la segunda ocasión, después de que Rodri, otro diablo verde por la derecha, apuntara también a la madera. El beticismo no vio el momento de dejar de aplaudir, de exclamar y lamentar que no cayeran más goles. Se divirtió casi tanto como su equipo. Willian, con ene, y William, con eme, se apuntan a una fiesta que apunta a un sitio: la zona alta de la tabla.
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