El Betis de Luiz Henrique sigue apostando por la Champions (1-2)
Rayo Vallecano-Betis | La crónica
Los verdiblancos abren 2023 con una victoria clave ante el Rayo que relanza sus aspiraciones más nobles e inyectan moral cara a la Supercopa
El extremo brasileño, que hizo un golazo, y Guido recomponen la figura de un equipo que fue de menos a más
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Luis Henrique primero, más Guido Rodríguez tras el descanso, fueron los destacados protagonistas en el importantísimo triunfo que el Betis arrancó de la ratonera de Vallecas (1-2), que alimenta su aspiración de Champions y lo fortalece cara a la Supercopa de España. El extremo brasileño cuajó su mejor partido de verde y blanco, calmó los ánimos iniciales del Rayo y lo puso todo de cara con un golazo preñado de calidad (41’), y el argentino fue clave tras el descanso para reorganizar el sistema defensivo e incluso mejorar la aportación ofensiva de compañeros, léase William Carvalho o Nabil Fekir.
Tampoco es que en la segunda parte el Betis sacara lo mejor de sí, entre otras cosas porque Canales, Fekir y Borja Iglesias no se acercan a ese nivel diferencial que atesoran, pero el manejo del partido ya fue otro, el balón parado fue sólido con la ayuda de Guido y el VAR hizo justicia cuando Isi volvió a empatar en el minuto 63 y al rebobinar, González González avisó a su colega Isidro Díaz de Mera de que en el saque de la falta desde la derecha, origen del gol de Isi, el central Lejeune, que estaba en fuera de juego en el momento del saque, estorba a Guido, siempre Guido, en el despeje de cabeza del mediocentro. Ahí se libró el Betis, que también pudo sentenciar en sendos remates al larguero de Canales y Álex Moreno en los minutos 67 y 81.
Al final, los verdiblancos aguantaron de pie, sin titubeos, esa acometida final del Rayo, más impetuosa que eficaz a medida que Iraola fue metiendo delanteros: Raúl de Tomas, Nteka entre líneas, ya al final Falcao y siempre Camello, el único delantero que salió de titular.
Echando un vistazo a esa hojilla de las alineaciones, sorprendió que Manuel Pellegrini no tirara aún de Guido Rodríguez para que el campeón del mundo volviera a ejercer, como habitualmente, de sostén en el centro del campo. Guardado fue el acompañante de William Carvalho y el dúo jugó con visible incomodidad en la primera parte, sobre todo en la media hora inicial. El Rayo se hizo fuerte ahí con Óscar Trejo apoyando desde arriba a Óscar Valentín y Unai López, más el voluntarioso y generoso Isi acudiendo desde el perfil derecho.
En la zona ancha, que en Vallecas es menos ancha, los anfitriones se hicieron los dueños del balón. Y allá que enfocaron hacia la banda de Fran García y Álvaro García para ejecutar el plan que surgió de la cabeza de Andoni Iraola. Aitor Ruibal echó de menos la ayuda que suele procurar Guido cuando la cosa se pone peliaguda por esa banda. Y si el Rayo no hizo más daño en las seis u ocho veces que sentró por ese costado con peligro franco, fue por la ausencia de un rematador que acompañara al joven Camello, cuyo perfil obedece más al de un segundo punta, liviano, astuto y con capacidad asociativa.
Es lo que tiene el fútbol, que lo que ganas en una parte lo pierdes en otra. E Iraola decidió fortalecer el centro del campo en detrimento de sus piezas netamente ofensivas. En el Betis, tanto de lo mismo: Aitor Ruibal echó de menos ayudas defensivas de calidad por delante, pero quien actuaba por allí, Luiz Henrique, desentrañó, con su notable juego, que Fran García es muy bueno subiendo, pero que atrás lo pasa peor.
Luiz Henrique fue el mejor bético de la primera parte. Tampoco era decir mucho, pues el tono general de los verdiblancos fue mediocre, pero su aportación va a más. Ante el Atlético ya lo dejó claro. Y en Vallecas, en cuanto tuvo ocasión, arrancó la moto con su zancada larga y suelta, su calidad técnica y unas decisiones cada vez más acertadas. En su primera andanada, provocó el córner del 0-1.
Lo botó cerrado desde la derecha Fekir, Dimitrievski salió mal a despejar de puños, se le adelantó de cabeza, en posición un tantro forzada, el central Catena, y su despeje fue a impactar en la nuca de Balliu para que la pelota se colara en la jaula (6’).
En el primer intento, el Betis se encontró llovido del cielo un caramelo de oro, un regalazo. Pero el guion del partido no parecía escrito por Pellegrini y el Rayo empezó a cargar el juego una y otra vez por la izquierda con Fran García desdoblando a Álvaro. O viceversa.
Sin embargo, el empate provisional sobrevino de una forma inopinada, un balón que se llevó rebotado Lejeune tras despejar Carvalho acabó con un tiro duro pero centrado del defensa que Rui Silva despejó al centro. Camello, habilitado por poco, llegó antes que nadie y marcó (20’).
Con Canales y Fekir desactivados, Luis Henrique iba por libre. Y cinco minutos después de que el cántabro malograra una falta directa ideal para un zurdo tan fino como él, el brasileño hizo la jugada del partido. Recibió en una contra de Fekir y se deshizo de Fran García al pasarse la pelota con enorme calidad de un pie a otro. Su quiebro limpió la jugada, condujo con la izquierda y después de tres toques, le golpeó duro y cruzado con la derecha. Imposible para Dimitrievski.
Pellegrini volvió a corregir con acierto en el descanso. Guido por Guardado, el argentino pendiente de Trejo y serenidad para todos los béticos.
El Rayo no fue ya ese equipo punzante, intenso y decidido por la izquierda y el hecho de acumular delanteros no se tradujo en peligro. Todo lo contrario, Carvalho y Fekir tuvieron ya más la pelota y a punto estuvieron Canales y luego Álex Moreno de sentenciar. Al final, el Betis mantiene su pulso por la Champions con esos tres puntos que viajaron de vuelta a Sevilla en la bolsa de Luiz Henrique, cuyo ensamblaje es un hecho.
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