La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La Sevilla fina en la caja de Sánchez-Dalp
Betis-Leganés | La contracrónica
Sevilla/Giovani Lo Celso juega muy bien al fútbol y allí donde ve un espacio mete un pase. Y así se comprobó cuando tras recibir el balón de William Carvalho vio el hueco a la espalda de la zaga del Leganés para que Tello aprovechara la autopista que tenía por delante para poner un sensacional pase que Loren no desaprovechó.
El futbolista de Rosario, liberado del candado de la primera parte al jugar como pivote –puede jugar ahí como hizo en el PSG pero jugando con libertad de mediocampo hacia delante, en la zona de mediapunta, rinde más y mejor– ofreció su clase, visión de juego, toque exquisito con la pierna izquierda...
El jugador formado en la cantera de Rosario Central es ese futbolista que los amantes al fútbol sudamericano descubren en esas madrugadas de fútbol de parabólicas, de seguir la Superliga Argentina, de ver partidos del cuadro rosarino, en su estadio, el Gigante de Arroyito – con una de las mejores hinchadas del balompié de allí– y así apareció en escena en 2015 este futbolista que llegó al Betis en el cierre de mercado de fichajes, y que tiene calidad para que poco a poco Quique Setién lo vaya exprimiendo.
El Chacho Coudet, hoy entrenador de Racing de Avellaneda, no dudó en darle una oportunidad tras conocer de la calidad de Lo Celso en las inferiores del equipo Canalla (así se le conoce a los hinchas de Rosario Central) y muy pronto empezó a llamar la atención de los equipos grandes de Europa, acabando finalmente en el PSG. Y de París a Heliópolis para bailar tango con el balón.
Así lo hizo en la primera parte, en el rol de pivote por detrás de Canales. No se complicó entonces Lo Celso, tocando de primera siempre la pelota asegurando el pase. Tic-tac, pase y pase, hasta que una de las pocas veces en las que pudo subir al ataque, en el minuto 38, tras amagar para un lado y seguir de frente intentó un centro chut que se fue desviado. Y en la muralla del Leganés se topó más de una vez hasta que en la segunda mitad ya empezó a intercambiar posiciones con Canales, estando éste más atrasado y el internacional argentino un paso por delante que fue definitivo cuando el futbolista cántabro fue cambiado.
Ahí apareció la seda de Lo Celso para hacer lo que más le gusta, ver el hueco y poner el balón en el espacio a un Tello veloz en un contraataque que acabó en gol para un Betis de tanto toque, toque y toque...
Victoria lograda en un contragolpe lanzado por Lo Celso, algo que debe aprovechar el conjunto verdiblanco mucho más porque tiene mimbres para ello, como ese número 21 que, en la segunda parte, llevó la magia canalla al coliseo de la Palmera. De Rosario a Heliópolis, un ángel.
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