Hora de echar raíces arriba

Sevilla/En Pamplona, una plaza siempre complicada, el Betis restañó el jueves la herida abierta por ese gol del espanyolista Cabrera cuatro días antes. Lo hizo con su ya característico fútbol ofensivo y vistoso, sin reservas, sabiendo aguantar los embates rojillos de la segunda parte para dar el golpe de gracia con las sustituciones. La victoria, oportunísima para acallar cualquier atisbo de duda, carga de moral al equipo verdiblanco y de ilusión a su copiosa y animosa hinchada. Y como esto no para, o al menos no lo hará hasta el fin de semana próximo con el segundo paréntesis que abren las selecciones este curso, el Betis vuelva a su casa para jugar un partido en el que es claro favorito.

Ya era favorito hace una semana ante el Espanyol y así lo demostró pasando por encima de los barceloneses, que se mantuvieron en pie aún no saben cómo tras 22 remates en verde y blanco y se agarraron a esa afortunada jugada final para pescar un punto. Aquello fue un accidente. Así lo proclamó Manuel Pellegrini y con él su entorno cercano. El experto y competente entrenador chileno se apresuró a resaltar que el equipo, pese al tropiezo, estaba en el camino adecuado. Y ante Osasuna, lo demostró. Su Betis está madurando. Está rompiendo en un equipo más rico, sobre todo con el balón en los pies. El fútbol que ya destila sugiere que ya está en disposición de subir un escalón. De echar raíces entre los seis mejores de la clasificación, morar en la azotea de la tabla de aquí a mayo.

La pasada campaña, después de un boyante comienzo con aquellas victorias en Vitoria y ante el Valladolid en casa, la posterior derrota ante el Madrid torció su camino hasta describir una línea descendente que se quebró en Pamplona, precisamente. Y de nuevo en la capital navarra se fraguó una victoria bética que, en lugar de apagar un fuego, alumbra un objetivo: empadronarse entre los mejores. Tiene plantilla. Tiene un enorme entrenador. Y por tanto, tiene un sólido plan.

Suma el Betis 9 puntos de 18 posibles, el 50 por ciento del botín. Una cosecha magra que no es acorde con el fútbol que ha sido capaz de desarrollar. Las sensaciones vuelan por encima de los registros. Por ello, es hora de ir paliando ese déficit en la clasificación. Ganar hoy lo va a colocar en el carril que conduce al retorno a Europa. Y lo pondrá, además, cara a cara con el reto principal que tiene el equipo esta temporad: ser capaz de compaginar los tres frentes y mantener la línea de competitividad.

El Ingeniero prepara cada partido con su aguda mirada pendiente también de lo que le depara el destino tres o cuatro días después. Hoy llega el Getafe, es muy necesario hacerse fuerte en el Benito Villamarín de una vez y brindarle por fin una victoria al beticismo que acude a su templo, pero el jueves toca jugar en Budapest ante un Ferencvaros que ya cayó con todo el honor en Leverkusen. Y el domingo siguiente, viajar también a Villarreal, donde aguardará el campeón de la Liga Europa con ganas de ajustar cuentas.

Quiere ello decir que el Betis de hoy va a estar condicionado por el esfuerzo del jueves en Pamplona, pero también por esos dos partidos a domicilio antes del segundo parón por selecciones.

Pezzella va a retornar tras cumplir su sanción por su roja ante el Espanyol, lo normal es que también vuelvan a los laterales Bellerín y Miranda. Budapest y Villarreal invitan a reservar esta noche a puntales como el propio Guido Rodríguez, que acabó exhausto tras su enorme trabajo en Pamplona, o al propio Canales para que emergentes valores como Rodri retomen su protagonismo entre líneas.

Inmejorable noticia para Pellegrini es que el abanico se le vaya ampliando, como así parece: Borja Iglesias tiene sus idas y venidas, como siempre desde que viste de verdiblanco, pero ya sabe que tiene a dos compañeros de línea que aprietan muchísimo, Willian José y Juanmi. Ambos recitan el idioma del gol, como mostraron en Pamplona. Y si encima se sube a la ola Carvalho, quién sabe dónde puede llegar este Betis.

Por lo pronto, para nobles objetivos, deben los heliopolitanos hacerse fuertes en casa y ganar por fin como local a este Getafe que, precisamente por llegar con pinta de cordero degollado por sus 0 puntos de 18, merece todo el respeto. Y más.