Objetivo: la cuarta plaza
Betis
El Betis, tras el fracaso en Europa ante el Rennes y la decepción de Valencia, tiene el reto de luchar por entrar en Champions
El estilo de juego, un yugo para un equipo verdiblanco encorsetado
Sevilla/Noche dura, amarga, de las que cuesta coger el sueño, la que vivió el bético en la resaca de lo sucedido en Valencia. Sobre todo, por la forma en la que su equipo cayó eliminado, en una segunda parte donde se vio un Betis que no estuvo altura.
Sí lo estuvo la afición, esos más de mil béticos que estuvieron presentes en la capital del Turia y que de vuelta a Sevilla viajaban con una mezcla de orgullo y enfado. Un enfado en la derrota, en unas semifinales de Copa, que es el mejor síntoma de querer crecer, de no esperar a otros 14 años para volverlas a disputar.
Síntoma de ambición, de exigencia, porque el conformismo y el el justificar lo sucedido en Mestalla mirando al pasado lleva a la mediocridad (es de perdedores). Y todo en un mes de febrero que se presentaba muy ilusionante para el beticismo, que ahora se aferra a la posibilidad de que su equipo pelee en lo que resta de Liga por estar en Europa la próxima temporada, con la opción de la cuarta plaza presente.
El Betis sigue viviendo encorsetado a un estilo de juego, en un toque y toque que no cambió ante el Valencia ni con el 1-0. Una forma de jugar inamovible basada en una idea de Quique Setién que empieza a tomar forma de yugo sobre los futbolistas, como se vio en una segunda parte donde volvieron a relucir todas las carencias que hay desde el mando de la nave bética en el banquillo.
La elección de la convocatoria final (sin Sergio León), la toma de decisiones en el once (Francis en la izquierda y Joaquín de carrilero con tres laterales derecho en la plantilla), los cambios (mal y tarde), con Lainez sin jugar y Feddal como delantero centro, la ausencia de un Plan B, de no entender que dentro de un partido hay varios partidos, de un trabajo defensivo que a nivel táctico se nota que el equipo bético está muy poco trabajado… En definitiva, ausencia de una serie de cuestiones más que necesarias para que un equipo pueda competir en la élite.
Y la prueba de todo esto ha quedado patente en el manejo de Setién en las eliminatorias ante el Rennes y el Valencia, donde el Betis volvió a demostrar que sus recursos no están siendo exprimidos y aprovechados al máximo. Y de nuevo, tras un buen discurso del técnico cántabro en la previa, a las excusas en la sala de prensa de Mestalla, como la falta de gol, algo que choca con la realidad -¿cuatro goles al Rennes y dos al Valencia no son suficientes?-, siendo la mano del entrenador verdiblanco la que no ha aparecido por ningún lado.
También volvió a dar la cara en Mestalla la mejorable planificación deportiva del Betis en el mercado de invierno en una plantilla un tanto descompensada en algunas posiciones, pero aun así con recursos más que suficientes para haber eliminado al Rennes y para que no hubiera pasado lo que pasó con un 2-0 a favor en Heliópolis ni el jueves en el segundo acto ante el Valencia. Por eso, viendo cómo han transcurrido las dos eliminatorias, el bético echó en falta un poco más de esa labor en la sombra tan necesaria pero efectiva en el fútbol por parte del director deportivo, a la hora de apretar en la toma de decisiones para encarar los partidos.
Así, el Betis, que dio el curso pasado el salto de la a Europa, tiene ahora por delante la necesidad de estar en Europa la próxima temporada para poder mantener en la plantilla jugadores de calidad, con fichas altas y con ambición de seguir compitiendo en el Viejo Continente. Por eso, el Getafe aparece como cita trascendental para alimentar esa aspiración de pelear por la cuarta plaza en una Liga tan igualada. Una cuarta plaza que sería un paso para un crecimiento estancado por el Rennes y el Valencia, dos eliminaciones que invitan a una reflexión autocrítica y de exigencia en Heliópolis de cara al futuro para poder seguir compitiendo en la élite.
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