Con la infantería y la artillería

A falta de ocho jornadas para el final del campeonato, ni esa final de la Copa del Rey que ya se visualiza en el horizonte distrae al Betis de Manuel Pellegrini. El chileno ha inyectado el gen de la competitividad en sus jugadores y así ocurrirá de nuevo en su visita al Cádiz, una salida con más aristas de las que marca la clasificación, en la que los verdiblancos buscarán esos tres puntos que los mantengan apuntando hacia la zona Champions.

Acudirá el Betis acompañado por parte de su fiel infantería, que no sólo acudió a las taquillas del Benito Villamarín sino que también se movió para comprarlas en las del Nuevo Mirandilla, con lo que se espera sobre un millar de béticos en las gradas. A ese colorido verdiblanco se añadirá el de la afición amarilla, ilusionada de nuevo con la posibilidad de seguir en Primera, tras la reacción experimentada desde la llegada de Sergio González al banquillo.

El técnico ha insuflado nuevos ánimos al conjunto amarillo después del desgaste que acabó forzando la salida de Álvaro Cervera y eso ha convertido al Cádiz en un equipo peligroso. El Villarreal de Unai Emery, otro aspirante a la zona europea, ya cayó en la Tacita de Plata justo antes de la pausa liguera, en una demostración de lo que le aguardará al Betis en este horario tan poco futbolístico de las dos de la tarde.

Si esa mutación del Cádiz augura un duelo distinto al de tiempos recientes, Pellegrini acude con la confianza que le transmite su equipo. La goleada ante Osasuna demostró que el Betis llega en buenas condiciones, tanto físicas como mentales, a esta fase de la temporada e incluso el técnico contará con la recuperación de efectivos que se perdieron la última cita liguera. Aun con la importante baja del portugués William Carvalho, que cumplirá un partido de sanción por acumulación de amonestaciones, Pellegrini contará de nuevo con la magia de Nabil Fekir y Sergio Canales, sus dos futbolistas más indiscutibles.

Tanto el francés, que se ha perdido los dos últimos partidos ligueros por aquella expulsión ante el Athletic, como el cántabro, ya recuperado de las distintas molestias que lo habían mermado incluso antes del parón de selecciones, llegan con hambre de fútbol, lo que siempre supone una garantía para ese caudal ofensivo del que hacen gala los verdiblancos.

Al cuarto equipo más goleador de Primera no le importa actuar de visitante para enseñar su potencial, como ya hiciera ante Espanyol o Levante, entre otros. Además, el técnico bético también contará con Borja Iglesias entre las alternativas a elegir, con lo que se garantiza disponer de un amplio fondo de armario tanto para elegir el once inicial como para luego mover el banquillo si fuera necesario.

El buen rendimiento ofrecido por el Betis en el regreso a la competición provoca que Pellegrini también quiera premiar a alguno de esos jugadores que han sabido aguardar su oportunidad. Esa competencia interna que se ha generado en el vestuario ha sido el mejor alimento para que el equipo bético rinda en todos los torneos, de ahí que el chileno pretenda mantenerla en esta recta final de la temporada. Bellerín, que se juega un puesto con Sabaly, Aitor Ruibal, que siempre ha respondido cuando se le ha necesitado, o el capitán Joaquín, un recambio de lujo a disposición de Pellegrini, tiraron del carro junto a habituales como Bartra, Guido Rodríguez o Álex Moreno, quienes se han ganado por derecho propio su condición de titulares.

De cara al duelo en Cádiz, el primer mandamiento bético pasa por abstraerse de la final copera. Aunque en el vestuario esa fecha lleva marcada desde hace tiempo, las aspiraciones ligueras obligan a dejarla a un lado hasta ese 23 de abril que quita el sueño de los béticos. El altísimo ritmo impuesto por el Atlético de Madrid y el Barcelona han sumado dos rivales más en esa pelea por la Liga de Campeones, en la que el Betis quiere meterse hasta el final, a la espera de aprovechar el fallo de alguno de los favoritos.

Para aguantar ese ritmo de puntuación se hace necesario sumar ante este mejorado Cádiz de Sergio González, un conjunto que ahora propone más argumentos con la pelota, lo que hace prever un duelo más abierto y con alternativas.

El Betis de Pellegrini ya ha demostrado que sabe adaptarse a todo tipo de escenarios. Esa madurez competitiva quizá sea la mayor virtud que ha conseguido el equipo bético, que ahora sí tiene esa fiabilidad propia de los equipos que se instalan en la zona alta de la tabla. Con casi un millar de béticos en las gradas del Nuevo Mirandilla y en vísperas de un día grande en la ciudad como el Domingo de Ramos, el Betis quiere prolongar su estado de felicidad y seguir soñando con la Champions.