Un Betis encorsetado
Análisis
La exhibición de Messi no tapó el pésimo partido de los verdiblancos, que siguen pagando las carencias y la falta de soluciones de un estilo desesperante, sin variantes ni alternativas
Sevilla/La naturalidad con la que se asumió en el Betis la derrota ante el Barcelona requeriría de un profundo análisis en Heliópolis. La exhibición de Messi, tan aplaudido por una gran parte del Benito Villamarín –hasta se coreó su nombre–, hizo que con el 1-4 final pasaran desapercibidas una vez más las carencias tácticas del cuadro que entrena Quique Setién, muy mal trabajado en muchas facetas del juego, encorsetado a un estilo que provocó impotencia y una pobre imagen de los verdiblancos ante los barcelonistas.
Una incapacidad de reacción desde el banquillo que provoca que jugadores importantes sigan pagando la falta de variantes en el juego, como Carvalho, que tampoco anduvo fino, mientras que otros no terminan de abandonar un estado de forma bajísimo, como Bartra y Lo Celso. Otros, como Canales y Mandi, estuvieron desconocidos.
El Betis sigue siendo a día de hoy un equipo muy previsible. Cualquier rival sabe cómo jugarle, y hasta el Barcelona de Ernesto Valverde lo vio claro desde el principio. Los heliopolitanos sufren ante rivales que parten con el clásico 4-4-2 –el esquema que más daño le hace al 3-5-2–, ya sea con extremos o con jugadores de banda que caen hacia dentro para que los laterales suban, y el técnico del Barça aprendió del partido de la primera vuelta y metió a Arturo Vidal y Rakitic, con Arthur y Busquets, para que Jordi Alba y Sergi Roberto encontraran el camino por las alas.
Esto quedó claro con la alineación una hora antes del partido, pero el Betis no reaccionó y saltó al campo como casi siempre, sin sorprender al rival, sin apenas modificaciones tácticas conociendo el once de enfrente... "Cuando hemos visto la alineación hemos intuido que, jugando con Vidal y Rakitic, íbamos a tener problemas para encontrar espacios. Nos ha costado, sus ocasiones han sido por errores nuestros debidos a su presión. En las contras nos han sorprendido relativamente. Ellos saben que podemos hacer daño con el balón, tienen la experiencia del partido de ida. Se había puesto bien el encuentro, pero te meten un gol de falta y otro que no era nada fácil. El desequilibrio en este sentido no te deja muchas opciones", comentó Setién en rueda de prensa tras el partido. Desequilibrio, presión alta del Barcelona provocando malas entregas de los heliopolitanos, superioridad numérica azulgrana siempre en la medular, sin espacios para que el Betis rompiera líneas... ¿no hubo tiempo para reaccionar desde el banquillo bético?
Sólo Tello percutió alguna vez y Jesé tuvo un balón claro en todo el partido dentro de la isla que fue arriba entre Piqué y Lenglet. Y una vez más, con 0-2, ninguna variación del dibujo, ningún plan B... Máxima impotencia en un Betis con un ritmo bajo de juego e incapaz de romper líneas, con un fútbol muy pobre, sin saber responder con algún retoque dentro de su idea de juego y con cambios otra vez tarde (con 0-3 entraron Emerson y Lainez en el 67' por Joaquín y Lo Celso, y Loren en el 75').
Otro planteamiento y lectura de partido desde el banquillo muy flojos, con un Betis incapaz de cambiar el rumbo (ya no sólo con el Barça, sino con cualquier otro rival, como se ha visto en el Villamarín en más de una ocasión), si no es por alguna acción aislada de alguno de los jugadores de calidad del plantel (pocas veces por mano de entrenador). Una calidad individual de la que ha vivido el Betis estos meses atrás hasta que algunos han pegado un bajón importante de rendimiento.
Mientras, otros jugadores importantes el curso pasado han vuelto a desaparecer de las convocatorias, como Javi García, Feddal y Sergio León. Ahora, el Betis tiene por delante diez jornadas para conseguir lo mínimo que se le debe exigir a un club como el verdiblanco, jugar de nuevo competición europea.
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