Afinando las cuentas

Sevilla/Si la pandemia del Covid-19 ha suspendido las competiciones, la actividad en el Betis ha aumentado en el área financiera. Al acuerdo negociado con la plantilla para la reducción de sueldos que permitieran ajustar el presupuesto de la temporada 2019-20 a la nueva realidad se une ahora el plan para la próxima campaña, una labor que siempre se inició por estas fechas y que ahora cuenta con el añadido de la incertidumbre generada sobre los principales ingresos ordinarios.

A la espera de que la reanudación del fútbol mantenga las rentas por derechos de televisión, la principal partida para la mayor parte de los equipos, en el Betis también se está muy pendiente de lo que suceda en las gradas. Un fútbol sin público mermaría aún más la economía de la entidad heliopolitana, que tiene en los abonos su segunda mayor partida de ingresos ordinarios, a lo que habría que añadir otros conceptos como las taquillas.

Si el regreso del fútbol se produce en esta campaña todo apunta a que será sin aficionados en las gradas, una cuestión ya contemplada tanto por el Betis como por los demás equipos del campeonato, el principal problema en este aspecto apunta a la próxima campaña. Los expertos en epidemiología vaticinan que no será posible acudir a los estadios hasta que no se puedan garantizar las condiciones sanitarias, algo que ahora mismo sólo se vislumbraría con una vacuna que permitiera frenar a la Covid-19 y para lo que tampoco existe una fecha a corto plazo.

El club verdiblanco había aumentado su cifra de negocio en las últimas temporadas y buena parte de ese crecimiento había venido amparada por unos mayores ingresos tanto en abonos como por competiciones. La ampliación del Gol Sur del Benito Villamarín había permitido que el Betis aumentase sus vías para generar beneficios, a la vez que le permitía mantener una política de precios asequibles tanto en abonos como en entradas.

Así, en la temporada 2018-19, el Betis alcanzó un récord de 106,6 millones de euros de ingresos, también favorecido por su presencia en la Liga Europa. De esas cantidades, 62,34 correspondieron a los derechos televisivos; 13,7 millones a su participación europea; más de 13 millones a los ingresos por abonos; 6,2 por competiciones –un millón de los mismos lo dejó la taquilla del Betis-Valencia en la ida de la semifinal copera–; y 10,64 correspondieron al apartado de comercialización y márketing.

Para la actual campaña, el Betis había presupuestado una cifra de negocio de 92,11 millones de euros, de los cuales 62,5 correspondían a la televisión; 13,66 a la partida de abonos; 5,75 por competiciones; 7,33 a publicidad y 2,86 a comercialización.

Pese a estas buenas cifras, en las cuentas de la entidad de este año también se apuntaba un fondo de maniobra negativo a 30 de junio de 2019 de 69.589.293,71 euros, aunque el mismo se justifica por los beneficios que se obtuvieron en el pasado ejercicio (0,5) y que también se apuntaban para el actual (6.5), lo que acumularía seis años con resultados positivos.

"Se ha generado, en gran parte, por las inversiones en inmovilizado intangible deportivo realizadas en el ejercicio y, en menor medida, por las inversiones en inmovilizado material", se indicó en el apartado 2.3 de las cuentas, donde se añadió que "la sociedad prevé obtener en éste y en el próximo ejercicio beneficios operativos significativos, por lo que tras hacer frente a los compromisos de pago por sus operaciones genera un excedente de tesorería para hacer frente a sus compromisos de pago por inversiones".

"Considerando lo anterior y teniendo en cuenta las previsiones de tesorería realizadas bajo hipótesis conservadoras para la temporada siguiente, se mitigan todas las dudas que pudieran surgir sobre potenciales riesgos de tesorería y sobre la situación financiera de la sociedad por razón del fondo de maniobra negativo, por lo que los administradores han preparado las cuentas anuales atendiendo al principio de empresa en funcionamiento", explicó la entidad.

La inesperada crisis sanitaria ha obligado a buscar fórmulas para paliar las posibles pérdidas –la plantilla dejaría de percibir el 15% de esa partida de 73,3 millones de euros presupuestada en las cuentas–, pero también se mira al próximo año y esa posible reducción de ingresos por abonos y taquillas que también mermaría al club verdiblanco.