Un póquer de felicidad

Barcelona - Betis | Crónica

El Betis de Setién añade otro triunfo histórico a su colección, con una lección de fútbol y goles en el Camp Nou

Ni la reaparición de Messi bastó para contener la avalancha bética

Joaquín celebra su tanto con William Carvalho ante un desolado Sergi Roberto.
Joaquín celebra su tanto con William Carvalho ante un desolado Sergi Roberto. / Efe
Samuel Silva

11 de noviembre 2018 - 19:08

Barcelona/El Betis firmó una obra de arte en el Camp Nou. Un póquer de goles en tan egregio escenario no aparece al alcance de demasiados equipos, pero sí para éste que dirige Quique Setién, que añadió así otra victoria más de postín a su colección. Santiago Bernabéu, Sánchez-Pizjuán, San Siro y ahora el campo que pertenece al Barcelona. Casi nada en año y medio en el banquillo del equipo de las 13 barras, que ayer las defendió como a su entrenador más le gusta.

Para ganarle al Barcelona, y más en el día que reaparecía Leo Messi, se debe exhibir una personalidad infinita. Y no tembló nunca el Betis, ni siquiera tras esos unos primeros minutos de dudas. La puesta en escena fue la que pretendía Setién y ahí se empezó a gestar el triunfo. La madurez de este grupo de jugadores, dirigidos por Guardado y Joaquín y con exhibiciones de William Carvalho, Júnior y Lo Celso, entre otros, permitió que los verdiblancos añadiesen un nuevo golpe a cada intento de reacción azulgrana.

No hubo dudas en elBetis, como si los de Setién no llevasen cuatro jornadas sin ganar. El equipo se aisló y afrontó el duelo ante el Barcelona de la única manera posible para llevarse los tres puntos y apretar más la Liga. Si tanto ha hablado el entrenador de la falta de eficacia de los suyos, la misma reapareció en uno de sus esos días señalados. El plan diseñado en la pizarra se cumplió a la perfección. Los verdiblancos manejaron la pelota con solvencia, en corto o en largo según demandase la acción. El Barcelona, poco acostumbrado a correr detrás del balón, sufrió en los repliegues, con esos toques que el Betis fue dando al balón hasta plantarse en oleada en el área de Ter Stegen.

El Betis desarboló alBarcelona en acciones como la del 0-1, en la que a los azulgrana no les valió su tradicional presión en campo contrario para recuperar el balón con celeridad. Enfrente había un equipo armado, concentrado y dispuesto a cuidar el balón con el mismo mimo que su rival. “Si tú quieres ganarme vas a tener que hacer muchas cosas bien”, parecían decirle los verdiblancos a ese Barcelona en el que Messi casa pasaba inadvertido.

Tras un mal saque de córner azulgrana, el Betis abrió el marcador con un contragolpe de manual. Guardado y Loren mantuvieron el balón hasta encontrar a William Carvalho, quien ya sí cambió el ritmo de la jugada con un excelente pase en profundidad a la carrera de Júnior. La resolución del hispano-dominicano también estuvo a la altura, con un amago ante Sergi Roberto para generarse espacio y rematar con la derecha al primer palo, donde menos la esperaba Ter Stegen.

El gol hacía justicia a esa atrevida propuesta bética. Casi hombre a hombre, con Guardado muy pendiente de Arthur y Lo Celso de Busquets, los helipolitanos dificultaron el juego azulgrana. Ante esa asfixia, Messi parecía como el mejor antídoto, pero tampoco encontró el argentino la manera de romper la buena colocación del Betis.

Mientras el Barcelona intentaba desentrañar la fórmula del encuentro, los verdiblancos aprovecharon para seguir con su plan. El 0-2 llegó en otra salida guiada por William Carvalho que abrió a Júnior en el momento justo para que el carrilero sólo tuviera que ponerla en el área. El despeje de la zaga azulgrana, fallido, dejó la pelota en los pies de Tello, que se había incorporado por el lado contrario, quien asistió perfectamente a Joaquín para que el portuense, a sus 37 años, celebrase un nuevo gol en el Camp Nou.

El descanso llegó con el público local en silencio, sin entender nada de lo que estaba pasando, con unos jugadores de verdiblanco consiguiendo lo que el Barcelona suele hacer tan a menudo en su estadio. Para cambiar la tónica, Valverde apeló al carácter guerrero de Arturo Vidal, con lo que dejó a Arthur en la caseta. Y los azulgrana parecieron entrar con energía en el segundo tiempo, con sendas ocasiones de Vidal y Messi, en lo que pareció un primer aviso ante el despliegue de la caballería.

Pero ahí emergió el mejor Betis para recuperar el pulso al encuentro. No bastaban 45 minutos casi perfectos para superar a este Barcelona y así lo entendieron los verdiblancos, que intercambiaban el mono de trabajo con el chaqué al ritmo que lo exigía el partido. También lo leyó el banquillo, que introdujo a Canales por un Joaquín ya sin oxígeno, en un movimiento decisivo en el desarrollo de los acontecimientos.

Lo Celso y Tello tuvieron ese tercer gol que casi hubiera significado la sentencia, pero sería Messi, de penalti, el que metiera picante al encuentro. Quedaban 22 minutos por delante, todo un mundo, y el Barcelona hallaba ese gol que lo hacía creer en la remontada.

Pero era el día del Betis, que seguía con ganas de fiesta. Tras una elaborada jugada con múltiples toques, apenas tres minutos después del 1-2, la pelota le cayó a Lo Celso dentro del área y el argentino disparó con la derecha, en lo que parecía un balón sencillo para Ter Stegen, al que se le acabaron doblando los guantes para la estupefacción de los suyos.

Tampoco así se dio por vencido el Barcelona, que volvió a recortar distancia con una combinación entre Messi, Jordi Alba yArturo Vidal (79’). No pesó ese gol alBetis, que quiso el balón como mejor manera de defender, lo que le costó la expulsión a Rakitic sólo dos minutos después del 2-3. Casi de inmediato sería Canales, tras asistencia de Júnior, el que pusiera el 2-4 y ya sí la sentencia, pese a que a Messi le diera tiempo de anotar otro tanto casi al final.

El Betis había necesitado un póquer de goles para tumbar al Barcelona y firmar otra tarde de felicidad en verdiblanco. Setién sale fortalecido, a la espera de enganchar triunfos que lleven alequipo a la zona alta, pero la victoria en el Camp Nou, otra más, fue toda una obra de arte.

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