Adioses a pares en la dirección deportiva

Sevilla/Como en Regreso al Futuro, el Betis tiene que volver atrás para mirar hacia adelante. Y es que el adiós de Ramón Planes al emergente (a golpe de talonario) fútbol árabe "por responsabilidad profesional y familiar", según señaló en su carta de despedida, deja un vacío a mitad de temporada, con el mercado invernal recién abierto y el club inmerso en varias operaciones por las necesidades económicas de la entidad y las deportivas de la plantilla.

Más allá de analizar los motivos que han llevado al dirigente catalán a abandonar el club en plena ola de trabajo, con el peso que debe tener el contrato de 8 millones de euros netos por tres años y medio, lo cierto es que el Betis regresa a la casilla de salida en la que se vio hace once meses cuando Antonio Cordón creyó que su ciclo en el Betis había terminado. Curiosamente no tardó en acabar enrolado en otro proyecto. Al menos, Cordón lo anunció en febrero, con el trabajo hecho ya y la ventana de fichajes cerrada hasta el verano, con tiempo para que la entidad pudiese reaccionar y sin la urgencia de tener encima un mercado inminente.

Si el extremeño dijo adiós en febrero, la llegada del ilerdense se concretó a principios de mayo. Más de dos meses de casting en busca de la figura que mejor pudiese encajar en el proyecto de crecimiento verdiblanco, de ese león dormido que despertó Cordón, quien supo exprimir el poco dinero que puso la entidad a su disposición y que hacía un tándem con Manuel Pellegrini que trabajaba al unísono. No ha pasado eso en algunas ocasiones con un Planes que, curiosamente, como ahora, ya dejó el Getafe –aprovechando el conocimiento que tenía del contrato de Altimira para pagar su cláusula días antes de que se elevara– pese a tener contrato en vigor para seguir avanzando en su carrera, como hace ahora con el Betis, si bien la aventura árabe no sea deportivamente un paso adelante.

Once meses después, el club heliopolitano abre de nuevo el casting para cubrir el puesto de director deportivo, una figura que para el técnico chileno "es importante que exista en una institución". "Ojalá el club mantenga el nivel para hacer lo mismo sin Antonio estos años", dijo el Ingeniero cuando Ángel Haro y José Manuel López Catalán buscaban otro responsable de la dirección deportiva. Por el camino entonces el club también perdió dos figuras importantes como Alberto Benito, que dejó la secretaría técnica del Betis para irse con Emery al Aston Villa, y José Ignacio Navarro, colaboradores estrechos de Cordón que hicieron las maletas antes del aterrizaje de Planes, quien llegó también con personal de su confianza: Manu Fajardo, que deshoja la margarita entre seguir, quizá ascendiendo en el escalafón y dejando la secretaría técnica por el puesto de director deportivo, José María Barba, Gonzalo Novillo y Roger Porta.

En cualquier caso, y a la espera de la decisión de Fajardo de continuar o seguir al lado de Planes en Arabia Saudí, no es la intención de los dirigentes béticos la de darse mucha prisa. Quieren tomar una decisión meditada y aprovecharán este paréntesis para fichar, hacer y deshacer en primera persona, como han hecho otras veces, en el mercado de fichajes invernal en el que el Betis debe recomponer una plantilla con importantes agujeros cara a una segunda vuelta en la que, sin la Copa, se juega mantener ese crecimiento pregonado con una nueva clasificación europea que este año estará más cara con la irrupción del Girona y el regreso del Athletic a la zona noble de la clasificación. Quizás la Conference League, denostada en su momento, sea un camino más cómodo para ello según los sorteos, aunque está claro que sin refuerzos el Betis, como dijo Pellegrini, "a lo mejor los objetivos son más altos que la realidad".