“México despilfarró la herencia recibida de España”
Marcelo Gullo | Politólogo, analista y escritor
Este argentino, uno de los principales defensores de España frente a la leyenda negra, saca ahora un nuevo libro: ‘Lo que América le debe a España”
Marcelo Gullo (Rosario, Argentina, 1963) llega al bar del hotel NH Plaza de Armas y pide jamón y queso sin pan. “Vengo del Ave hambriento” dice, antes de iniciar una de esas cabalgadas dialécticas en las que son tan hábiles los argentinos. No hay duda de que estamos ante un auténtico pico de oro. Peronista, católico, panhispanista y provida, este politólogo y escritor, formado en Relaciones Internacionales en algunas de las instituciones más prestigiosas de Europa, lo mismo arremete contra el progresismo que contra el neoliberalismo, porque “son ideologías de subordinación que esclavizan al pueblo”. En estos tiempos de reedición por parte de los líderes populistas de la leyenda negra, Gullo defiende con argumentos y contundencia la labor de España en América: “España no conquistó América; España liberó América”, ha llegado a decir. Entre sus libros destacamos: Madre Patria. Desmontando la leyenda negra desde Bartolomé de las Casas hasta el separatismo catalán (con prólogo del ex vicepresidente Alfonso Guerra) y Nada por lo que pedir perdón. La importancia del legado español frente a las atrocidades cometidas por los enemigos de España (prólogo de Carmen Iglesias). Ahora, sale a la luz con Espasa Lo que América le debe a España: El legado español en el Nuevo Mundo.
–Usted es católico, argentino y un profundo conocedor de la Historia de América. ¿Qué opina sobre las descalificaciones del papa Francisco hacia la conquista y evangelización del continente?
–Estoy desconcertado. Reivindicar a Gengis Kan y criticar a Hernán Cortés; poner como ejemplo de convivencia entre los pueblos a uno de los imperios más salvajes que ha conocido Eurasia, como fue el mongol, y denigrar al español demuestra, cuando menos, una desubicación histórica absoluta. Estamos ante algo completamente novedoso, jamás nadie había llegado tan lejos. Sin dejar de ser católico se puede decir que, en materia de Historia, el Papa tiene tanta autoridad como en materia de fútbol. Esas afirmaciones son una puñalada por la espalda a España, un país que dio todo por la catolicidad, más de 200.000 misioneros que se distribuyeron por América y Filipinas, muchos de ellos martirizados; hombres que fueron con la mejor fe del mundo. Sin España, la Iglesia Católica sería una muy minúscula iglesia europea. Si la Iglesia es universal desde el punto de vista sociológico se lo debe a España.
–Algunos ven la evangelización de América como la imposición de un yugo. Sin embargo, como tantos, usted la considera una fuerza liberadora.
–Claro. No se trata de hacer una leyenda rosa. Pero lo cierto es que los dioses de la América precolombina eran dioses de la muerte, que exigían tributos en sangre. Esto sirve no sólo para los aztecas, que ejercían un imperialismo antropófago, sino también para los pijaos, en Colombia, o los incas, que si bien no eran caníbales, sus dioses exigían tributos de sangre (dejaban a niñas de 14 años encima de una montaña para que se murieran de frío). Cuando entierran al inca Pachacútec lo hacen con 5.000 niños vivos. Era una cultura del terror. En el arte precolombino, todos los rostros son de terror, de pavor, de miedo. No hay alegría. Sin embargo, en el arte postcolombino los rostros son alegres. ¿Por qué? Porque llegaron estos humildes frailes españoles, sevillanos, cordobeses o gallegos que dijeron que había un Dios padre que no quería sacrificios humanos. Evidentemente el cristianismo provocó la liberación espiritual de América. Y los indios aceptaron esto voluntariamente.
–Recientemente, un actor llamado Carlos Bardem se dedicó a jugar a los historiadores y generó una polémica en las redes diciendo que el “imperio español nunca existió”.
–Parece claro que existió una realidad, que un continente nuevo empezó a hablar la lengua de España y a profesar una religión nueva. América era una Babel lingüística y religiosa, con más de 200 lenguas distintas más los dialectos. España hizo España fuera de España. ¿Por qué? Porque se mestizó. Los ingleses aplicaban el lema “el mejor indio es el indio muerto”. Si va a Boston a tomarse una cerveza no va a encontrar un solo mestizo indioanglosajón, pero si vamos a Lima, Caracas o Bogotá pasarán junto a nosotros un montón de mestizos indioespañoles. Insisto, España crea España fuera de España, crea la Hispanidad. Podemos discutir si a eso le llamamos imperio español o no, pero desde luego existió y existe la Hispanidad.
–Tenemos la visión de un imperio español formado sólo por frailes y soldados. Sin embargo, fue un gran imperio constructor de infraestructuras y fundador de instituciones. Un imperio de ingenieros, como se demuestra en el último libro de Felipe Fernández Armesto y Manuel Lucena.
–Lo que pasó es, sencillamente, el proceso de desarrollo más importante de la historia de la humanidad. Jamás se crearon tantas infraestructuras en un periodo de tiempo tan corto. Jamás se levantaron tantas universidades, tantos colegios, tantos hospitales, tantos acueductos, tantos caminos, tantos puertos... Y ciudades, las más modernas del mundo en ese momento, en las que se usó la cuadrícula romana. Las ciudades americanas que fundan los españoles son la vanguardia urbanística del momento,. En estas corre el aire, se pueden instalar desagües... Es un proceso de una velocidad vertiginosa.
–Pues sigue funcionando ese mito de que el subdesarrollo actual de las naciones americanas se debe a su pasado español. El famoso “si nos hubiesen colonizados los ingleses ahora seríamos países desarrollados”.
–Cuando el presidente Evo Morales fue a Buenos Aires y le dieron un doctorado honoris causa, yo me acerqué y con mucho respeto le dije: “Mire, presidente, si a América y a Bolivia hubiese llegado Inglaterra en vez de España, estoy seguro de que yo estaría dando clases en esta universidad, pero también de que usted no estaría acá recibiendo un honoris causa. Estaría como están los apaches o los comanches, en una reserva en Arizona o en Nuevo México. Y seguramente, como la mayoría, borrachos”. Por poner un ejemplo: la gente apenas sabe cómo se comportó Inglaterra con los australianos. Y no me refiero a los aborígenes (en Tasmania los mataron a todos, solo sobrevivió una mujer). Me refiero a los blancos, a sus primos. Cuando estalló la Gran Guerra los ingleses reclutaron a todos los mayores de 18 años de Australia y los llevaron a las primeras líneas de los frentes. Como se vio en Galípoli, primero desembarcaban ellos y después los ingleses. Australia quedó despoblada de varones jóvenes. Por eso, cuando llegó la Segunda Guerra Mundial, las mujeres australianas escupían en la cara a los soldados ingleses.
–México tiene muchísimo peso en su libro. ¿Por qué?
–Porque si hay un lugar donde se ha falsificado la historia y se comprueba que el origen de la mala política es la falsa historia, es México. México es el lugar por antonomasia de la falsificación de la historia en Hispanoamérica y de la leyenda negra. Los presidentes mexicanos dicen que la culpa de su subdesarrollo la tiene España, pero lo cierto es que, cuando se independizan, no hay ninguna ciudad en EEUU –ni Boston, ni Filadelfia, ni Nueva York– que se pueda comparar con Ciudad de México. Humboldt, que era antiespañol y anticatólico, cuando va en 1808 a México dice que es la ciudad más importante del mundo y que allí se comía mejor que en París. Pero no lo dice con respecto a las clases altas, sino con respecto a las populares. Afirma que un minero indio gana más que un minero en Alemania o Inglaterra. México era una potencia cuando EEUU eran 13 colonias miserables. Lo que hicieron los presidentes mexicanos es lo que esos nietos que dilapidan la herencia de sus abuelos y después le echan la culpa al abuelo. México despilfarró, tiró por la borda la herencia de España, porque se dejó robar por los EEUU el 60% de su territorio. No se dejó robar piedras y arena, sino California. La perdió en 1848 y un año después EEUU era, gracias a este territorio, el primer productor de oro del mundo. Y en 1910 EEUU era el principal productor de petróleo del mundo, gracias a Texas. La culpa del subdesarrollo de México no la tiene España, sino la clase política mexicana, que no fue capaz de mantener la herencia recibida.
–Pocos estados americanos como el de México han hecho tanto por intentar terminar con el alma católica de su pueblo.
–Esto tiene una explicación histórica. Cuando se produce la independencia de México, llega al país un agente norteamericano, un embajador extraoficial llamado Joel Roberts Poinsett, que reclutará, a base de dinero, a los que van a ser después los líderes de la república mexicana. Se forma una élite mexicana que, en realidad, es antimexicana, porque, formada por Poinsett, odia a España y odia la religión de su propio pueblo. En el fondo odian al pueblo mexicano. Esa élite, por mandato norteamericano, decidió que había que extirpar el catolicismo. ¿Por qué? Por una razón política. Los EEUU saben que en el origen del poder de las naciones siempre hay una fe fundante, aquella sobre la que se construye la escala de valores, una cultura que sirve tanto para personas religiosas como ateas. Si al país se le extirpa esa fe fundante empieza a desgranarse. EEUU quiere extirpar la fe fundante de México, el catolicismo, para destruir el poder nacional mexicano. La clase política mexicana, hasta el día de hoy, ha cumplido esa misión. Pero ante esto se sublevó el pueblo mexicano, los más humildes de todos, las masas harapientas indígenas, que salen fusil y machete en mano, entre 1926 y 1929, para combatir al falso ejército mexicano.
–Se refiere a las guerras cristeras, un movimiento popular en defensa del catolicismo que fue masacrado por las autoridades republicanas. Es un hecho muy desconocido en España.
–La guerra cristera es la prueba más importante de que las masas indígenas eran cristianas por su propia voluntad. Cuando el gobierno mexicano intentó extirparles la fe esas masas se echan al monte y pelean tres años. Son traicionados por dos obispos, se entregan y son masacrados como moscas. Solo en el primer año mataron a cinco mil dirigentes cristeros. El ejército mal llamado mexicano cometió todo tipo de violaciones de los derechos humanos. Mataron niños, los torturaron, hicieron barbaridades enormes...
–¿Quién entendió mejor la realidad del imperio, los Austrias o los Borbones?
–Los Austrias, porque dejaron una libertad enorme para que los pueblos hispanoamericanos se autoorganizaran. La primera vez que hubo en el continente una votación popular para elegir un representante se debió a Carlos V, que mandó que se eligiera al gobernador de Asunción de Uruguay mediante el sistema de “cada hombre un voto”. “Basta con que no hagan demasiado bulla”, dijo. Los cabildos eran instituciones muy democráticas. En América hubo mucha más libertad que en España, muchísima más.
–No me gustaría acabar la entrevista sin hablar de un personaje sevillano, para algunos fundador de los derechos humanos, para otros un mentiroso e impulsor de la leyenda negra. Me refiero, claro está, a Fray Bartolomé de las Casas.
–El juicio más importante sobre Las Casas lo hizo un franciscano, Fray Toribio de Benavente, también conocido como Motolinia. Siempre iba descalzo, vivió con los indios y aprendió su lengua y comía sus alimentos. Le escribió una carta al emperador en la que afirmaba, refiriéndose a Las Casas, que no sabía cómo le podían hacer caso a “ese hombre mentiroso” y “disfrazado de sacerdote”. Las Casas nunca aprendió la lengua de los indios, nunca convivió con ninguno salvo el que tenía como amante, como dice Juan José Sebreli en su libro Asedio a la Modernidad. Se hizo traer los mejores vinos de Europa y cobró el sueldo más alto. Uno puede vivir como un señorito y decir la verdad, pero como dice Fray Toribio –que también denunció a los españoles que se portaron mal– “él nunca dice cuándo ni quién mató”. Nunca hay fechas ni nombres. Miente en cosas innecesarias, como la descripción de los ríos, pero sobre todo miente en ocultar que la América precolombina era un infierno, no un paraíso donde la gente andaba desnuda comiendo mangos y haciendo el amor.
–¿Por qué la leyenda negra sigue tan viva?
–Ninguna mentira continúa en el tiempo si no es útil a alguien. La leyenda negra ha sido funcional a distintos poderes a través del tiempo, tanto de derechas como de izquierdas: a los ingleses, a las oligarquías americanas, a los marxistas, a Fidel Castro, al chavismo y el nuevo populismo...
–Actualmente, en España también hay gentes que compran la leyenda negra.
–Hay políticos y profesores españoles que odian a España. Odian la conquista de América y la reconquista. Creen que España es un error que no debería haber existido y trabajan para que deje de existir.
–¿Qué opinión le merece eso que llaman Memoria Histórica en España?
–Es como el que ve con un solo ojo. No hay memoria histórica, sino falsificación de la historia, porque no se juzga objetivamente a todos los que han participado. Volvemos a lo que decíamos antes: el origen de una mala política es siempre la falsa historia.
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