El verdeo, uno de los puntales de la economía sevillana

1. Trabajadores de la cuadrilla de la familia Lobato. 2. El contenido de las espuertas se vuelca en los remolques para su posterior traslado a los contenedores. 3. En cada olivo hay tres campesinos, dos en los bancos para las partes más altas y uno en el suelo; la red evita que caigan al suelo. 4. Dos jornaleros transportan una espuerta llena de gordales. 5. La recogida de aceituna sigue siendo de forma manual para no dañar el olivo ni el fruto.
1. Trabajadores de la cuadrilla de la familia Lobato. 2. El contenido de las espuertas se vuelca en los remolques para su posterior traslado a los contenedores. 3. En cada olivo hay tres campesinos, dos en los bancos para las partes más altas y uno en el suelo; la red evita que caigan al suelo. 4. Dos jornaleros transportan una espuerta llena de gordales. 5. La recogida de aceituna sigue siendo de forma manual para no dañar el olivo ni el fruto.
Rocío Domínguez / Sevilla

09 de octubre 2009 - 05:01

El día comienza a las seis de la mañana para estar antes de las siete en la cochera. Antiguamente era tradición que la cuadrilla quedara en algún bar, como La antigua peseta; allí se tomaban el café y una copita de aguardiente para salir en los tractores al campo. Ahora, cada uno en su coche se dirige a la cochera donde el dueño de la cuadrilla los espera con agua fresquita para todo el día. Cogen las herramientas y se montan en grandes furgonetas hacía la parcela.

En el olivar de la familia Lobato, los jornaleros rápidamente se colocan en torno a los olivos ataviados con sus guantes, un gorro para el sol y el macaco, el cesto que llevan sujeto con unos tirantes para ir depositando las aceitunas. Una a una las van desprendiendo del olivo. Para alcanzar las partes más altas se valen de un banco, una escalera doble con una red sujeta en la base para que las aceitunas caigan en ella y no entren en contacto con el suelo. En torno a cada árbol, lo normal es que haya tres campesinos. Sobre las 10:00 se hace un pequeño descanso de un cuarto de hora para tomar el bocadillo y nuevamente continuar con la jornada.

El contenido de cada macaco se vuelca en las espuertas que, una vez que llenas, se llevan al remolque del tractor, para posteriormente verterlas en los contenedores. A las 14:00 termina la jornada y los trabajadores se dirigen al almacén para llevar la producción del día.

Esta cuadrilla está compuesta por 25 personas. Enrique Lobato y sus dos hijos, Enrique y Francisco, se encargan de organizar al personal. Entre los olivos encontramos a más mujeres que hombres y muchos familiares de los Lobato. Enrique hijo explica que la evolución en la recogida de la aceituna de mesa ha sido muy escasa. Pese a la existencia de las vibradoras, se continúa recogiendo a mano. De esta manera, tanto el olivo como el fruto sufren menos. "Las vibradoras dañan la aceituna de manera que cuando las vendes tienes que hacerlo a precios más bajos ", comenta Enrique.

El jornal se paga a 43,63 euros de los que hay que restar 2,15 euros que es lo equivalente al sello que los trabajadores tienen que pagar. Al final de la temporada, que dura entre 40 y 50 días, cada trabajador gana unos 1.500 euros, según los días trabajados.

Para todos los miembros de la cuadrilla ese jornal es fundamental, aunque las circunstancias son diferentes. Encarni Montero lo hace desde que se casó hace 23 años. El resto del año trabaja en el Ayuntamiento; está seis meses en el consistorio y mientras está parada aprovecha la campaña de la aceituna para tener una ayuda económica. Para ella "lo peor es el calor porque estamos a pleno sol, por lo demás lo llevó bien".

Menos experiencia en el sector tiene José Suárez, que lleva dos años trabajando en el campo. "Anteriormente me dedicaba a la construcción pero como ahora hay menos trabajo tengo que buscar una forma de llevar dinero a casa. Cuando se acabe el verdeo seguiré buscando trabajo, en el campo o donde sea pues tengo una niña pequeña".

Incluso en el olivar encontramos personas, como Rosario Pérez que aunque a las 15:00 horas acabe su jornada de trabajo por las tardes tiene que seguir recogiendo aceituna. "Mi familia también tiene un terreno y por las tardes recojo en mi campo. El resto del año soy ama de casa, así que es una ayuda extra al sueldo de mi marido para mantener a una familia con tres niños".

El resto del año la familia Lobato tiene un duro trabajo en mantener, cuidar y preparar el olivar para la siguiente temporada. Lo hacen ellos junto a algún trabajador de confianza.

SECTOR CLAVE

Arahal es uno de los muchos municipios que vive del olivar en la provincia. La aceituna de mesa es uno de los puntales de la economía sevillana. La prueba es que en nuestros olivares se recolectan 250.000 toneladas de aceituna de mesa (lo que según apuntan desde Asaja-Sevilla representa casi el 80% de la producción de Andalucía y más de la mitad de la nacional). Esta importante cantidad proviene de las 230.000 hectáreas que hay en la provincia, de las cuales unas 75.000 son de manzanilla y 10.000 hectáreas de gordal. Además hay unas 100.000 de la variedad de hojiblanca y unas 10.000 hectáreas verdial y morona.

Dentro del sector agrario, el verdeo es la actividad que más empleo genera tanto de forma directa como indirecta. En concreto, según los datos facilitados por el técnico de Asaja-Sevilla José Vázquez, unos 10.000 agricultores, 45.000 jornaleros, más de 3.000 trabajadores empleados en cooperativas e industria.

Pese a la importancia del sector en la provincia, Asaja-Sevilla advierte que la aceituna de mesa atraviesa uno de sus momentos más difíciles. El descenso de los precios de los entamados, la ralentización del consumo interior y las exportaciones, pese a los esfuerzos promocionales puestos en marcha por el sector, el cierre de pozos, así como el incremento de los costes de producción, hacen inviable la mayoría de las explotaciones de aceituna de mesa, cuyos precios se mantienen prácticamente invariables desde hace 15 años.

Enrique Lobato lo vive en su propio terreno: "esta finca la compramos hace 28 años y vendimos esa primera cosecha al mismo precio que este año. Lógicamente los jornales y los costes de producción son más caros ahora que entonces. Lo que provoca que no saquemos tanto beneficio". El terreno mide 24 fanegas, equivalente a unas 14 hectáreas aproximadamente.

OTROS INCONVENIENTES

En esta situación, Asaja advierte que hay que tener en cuenta que si el productor de la aceituna hubiera trasladado al precio de venta el incremento de costes del 70%, el kilo de aceituna de mesa se situaría en torno a 0,92 euros el kilo. Por otra parte, si al precio se le hubiese aplicado tan sólo el incremento del IPC este precio se situaría en torno a 0,85 euros el kilo.

Además de por los bajos precios percibidos, la situación puede complicarse por el cambio de tendencia en la forma de pago que los industriales envasadores quieren aplicar en la actual campaña.

Frente a la habitual liquidación a final de campaña (en noviembre), los industriales pretenden pagar en tres plazos, alargando el pago hasta el mes de marzo. Este sistema, que el año pasado ya fue puesto en marcha por alguna firma, pretende estandarizarse en la campaña actual.

PREVISIÓN EN LA COSECHA

En el caso de Arahal, la cosecha de gordal este año ha sido muy buena, casi el doble que la campaña anterior. Enrique estima que el municipio producirá diez millones de kilos de gordales.

El problema de Arahal es que la mayoría de su extensión es de manzanilla, de la cual sale el aceite más fino. Ante los bajos precios los agricultores han optado por recoger la gordal, ya que no sirve para aceite. Para obtener más margen de beneficio, la manzanilla se llevará a los molinos.

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