El autor del triple crimen ingresa en prisión en un módulo psiquiátrico

En su declaración ante la juez, el parricida volvió a argumentar que actuó en defensa propia. Los informes psiquiátricos determinarán si puede o no ser imputado por su enfermedad mental.

El parricida lloró junto a los cadáveres de sus familiares pero se sintió "satisfecho"
El parricida lloró junto a los cadáveres de sus familiares pero se sintió "satisfecho"
Jorge Muñoz, Sevilla

03 de marzo 2013 - 18:13

La titular del juzgado de Instrucción número 3 de Dos Hermanas decretó ayer el ingreso en prisión, comunicado y sin fianza de Luis Miguel Briz Torrico, el esquizofrénico de 34 años que el pasado jueves asesinó a cuchilladas a sus padres y a su hermana y al día siguiente acudió a los juzgados para confesar el triple asesinato.

Tras prestar declaración, la juez dictó un auto en el que acordó su ingreso en prisión, aunque en un módulo psiquiátrico, por lo que el parricida pasará al hospital psiquiátrico penitenciario de Sevilla-I. En su declaración ante el juez volvió a argumentar que actuó en defensa propia.

El detenido está imputado, en principio, por tres delitos de homicidio, si bien la calificación de los hechos se establecerá definitivamente cuando finalice la fase de instrucción, en la que podría considerársele incluso presunto autor de tres delitos de asesinato si se confirma que encargó tres coronas para sus familiares antes de llevar a cabo los crímenes, lo que revelaría una actuación premeditada.

En cualquier caso, los informes psiquiátricos serán determinantes a la hora de concretar si puede ser enjuiciado como autor del triple crimen o es inimputable debido a su enfermedad mental.

La Policía Nacional, que en la tarde del pasado sábado llevó al detenido al domicilio de la calle San José para practicar una inspección ocular en el marco de la investigación, puso a mediodía de ayer a disposición judicial a Briz Torrico, según confirmaron fuentes judiciales.

El pasado viernes, el joven entregó una carta en el juzgado de Dos Hermanas donde confesaba el crimen y alegaba que había actuado "en defensa propia", porque, según creía, sus familiares querían acabar con su vida y por eso les acuchilló, llegando a explicar incluso a la funcionaria que le atendió que las víctimas estaban "de cuerpo presente" en su domicilio. A falta de los datos que pueda arrojar la autopsia de los tres cadáveres de los fallecidos, las primeras investigaciones apuntan a que el crimen tuvo lugar el pasado jueves, incluso en la madrugada del viernes, y que el detenido pudo sorprender a las víctimas cuando éstas dormían, algo que podría explicar el hecho de que sólo una persona pudiera acabar con las vidas de otras tres.

Después de cometer el triple asesinato, el joven estuvo durante muchas horas a solas con los cadáveres, tiempo en el que limpió concienzudamente el escenario del crimen y colocó los tres cuerpos en el recibidor de la vivienda familiar, ubicada en el número 10 de la calle San José. Los cadáveres aparecieron envueltos en una manta y la limpieza de la vivienda hacía que a simple vista no se observaran rastros de violencia en la vivienda.

A continuación, se dirigió a los juzgados de Dos Hermanas, donde sobre las ocho y media de la tarde del pasado viernes entregó a una funcionaria una carta en la que a modo de denuncia afirmaba que sus padres habían querido matarle y que él, "en defensa propia", tuvo que acabar con sus vidas. Llegó incluso a enseñarles sus brazos a la funcionaria diciéndole "¿ves las lesiones que tengo?", confirmaron fuentes de la investigación.

Los cuerpos de las víctimas, Donato Briz Sánchez, de 67 años, su mujer, Ángela Torrico Sánchez, de 66, e Inmaculada Briz Torrico, de 37, no presentaban excesivas puñaladas, por lo que los investigadores creen que el acusado no se ensañó con sus familiares. Fueron pocas heridas, pero mortales de necesidad.

En los juzgados de Dos Hermanas no hay constancia de denuncias de violencia doméstica, de malos tratos familiares contra Briz Torrico, aunque en la Fiscalía sí había alguna denuncia presentada por el propio parricida y debido a su manía persecutoria, ya que en alguna ocasión relató que tanto sus padres como su hermana querían hacerle "daño" y le insultaban y amenazaban, haciéndole "la vida imposible".

También hay constancia de hasta cinco denuncias de los familiares por desaparición de Luis Miguel Briz, la primera de ellas en abril de 2003, otras dos en mayo de 2011, una en febrero de 2012 y la última en noviembre 2012.

El parricida solía ausentarse de su domicilio durante varios días, hecho que su familia denunciaba, y al cabo del tiempo regresaba. También había sido detenido una vez, en noviembre de 2003, por un delito de resistencia y desobediencia a la autoridad. Los investigadores están recabando los informes médicos sobre la esquizofrenia del detenido, que algunas fuentes indican que era hereditaria, y ahora se trata de determinar cuál fue la última vez que vio al psiquiatra. Algunas fuentes apuntan a que el triple asesinato pudo deberse a que el detenido no seguía el tratamiento indicado para su esquizofrenia, que podría llevar tiempo sin medicarse y que esa descompensación podría haberle provocado un brote psicótico que desembocó en la tragedia.

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