La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lección de Manu Sánchez
El proyecto de Minera Los Frailes en Aznalcóllar
Uno de los aspectos más controvertidos de la explotación de la Mina de Aznalcóllar es la gestión del agua. Ocurre en todos los complejos mineros, pero más en este, por los precedentes y la incidencia en el delicado sistema hídrico de Doñana. De hecho, ese sistema de gestión del agua y del vertido de la misma ya tratada es el que ha supuesto uno de los cambios de calado en el proyecto con respecto a la primera exposición pública para la AAU, entre marzo y abril de 2019, en respuesta a las alegaciones y consideraciones planteadas por la propia Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG).
Ésta cuestionó que el río Agrio tuviera capacidad para asumir esa cantidad vertido (hay que tener en cuenta que hay que vaciar la Corta de los Frailes y mantenerla así para trabajar debajo) cuando se han hecho además obras de permeabilización hacia el Espacio Natural de Doñana, y con una composición o estado químico determinado en el agua.
A raíz de ello, se ha incorporado la construcción de una nueva Planta de Tratamiento de Agua con una balsa de regulación con capacidad para unos 20.100 metros cúbicos al oeste de la Corta de los Frailes (inicialmente se quería reconstruir la de Boliden) y se cambia el punto de vertido del agua ya tratada del río Agrio al río Guadalquivir. Se propone la margen derecha, en un punto “opuesto a las inmediaciones del Estadio Olímpico de la Cartuja, aguas abajo de la desembocadura del Rivera de Huelva y de la toma de emergen de Emasesa”, según se especifica.
Ello se haría a través de una tubería que recorrería más de 29 kilómetros a través del Aljarafe hasta el punto de descarga, muy cerca de Sevilla pero en el término de Santiponce. Antes pasará por los de Sanlúcar la Mayor, Olivares, Salteras y Valencina de la Concepción y tendrá que salvar viales como la SE-3405; la SE-3409; la A-8078; la N-630: la A-66 y la línea férrea hacia Huelva o pasar bajo conducciones de Aljarafesa. En su mayor parte, discurriría enterrada en zanja (a 2,3 metros de media) con un diámetro de entre 500 y 630 mm.
En la propuesta –a la que en cualquier caso quedaría una importante tramitación por delante– se destaca que el “área de proyecto de la conducción de vertido” discurre en su mayor parte por terrenos de dominio público o parcelas privadas colindantes, en parte por el antiguo trazado ferroviario de la extinta Compañía Gaditana de Minas. El trabajo ha sido seleccionado, se insiste, tras un “exhaustivo análisis” de alternativas.
Esta modificación supondría, en caso de aprobarse y ejecutarse, una inversión adicional de más de 8,3 millones de euros, según se estima en la adenda al proyecto para la AAU. Su ejecución, tendrá un plazo de 12 meses, los mismos que se necesitarían para la nueva planta de tratamiento de aguas. Teniendo en cuenta las “condiciones químicas” del río y su capacidad de dilución, “no se espera” que el vertido lo modifique sustancialmente, pero se contemplan controles.
En el proyecto de Minera Los Frailes se recuerda que el 90% de las necesidades de vertido no son nuevas, sino que proceden de los pasivos ambientales que ya existen en el complejo minero, por la necesidad de vaciar la Corta de Los Frailes. En caso de que no se hiciera ningún proyecto en esta zona ya degradada, estructuras como la escombrera Noroeste y la Corta de Aznalcóllar, recuerda, alcanzarían el nivel máximo autorizado en 2021, con un escenario de posible contaminación al dominio público.
“Por tanto, el proyecto de Mina Los Frailes, no se concibe como un proyecto minero aislado, sino como una solución a una situación ambiental crítica preexistente, que ha integrado en el proyecto propio de actuaciones la implementación de medidas requeridas para corregir la situación actual, a la par que contribuir al desarrollo social y económico de la comarca y la región”, se recoge en la adenda.
También destaca que hay otras infraestructuras hidráulicas proyectadas en el complejo para solventar los actuales problemas de escorrentías en caso de grandes avenidas de aguas. Entre ellas, hay varios canales perimetrales (uno nuevo al norte del complejo, bordeando la escombrera, para interceptar las escorrentías de las cuencas naturales al norte de la mina, y está prevista la ampliación de otro intermedio entre las dos cortas).
Se proyectan ademásuna balsa de aireación (en la cantera existente, aprovechando la excavación junto a la planta de tratamiento para permitir el desarrollo de la actividad y la recuperación del agua de la operación); tres balsas de escorrentía y otra de drenaje junto a la escombrera Norte, de control de lixiviados, y una balsa de achique de la Corta de los Frailes, al oeste de la misma, para almacenar el caudal procedente de esa corta generado de la actividad minera.
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