"La escuché llorar y pensé que era un gatito, pero algo me hizo volver al contenedor"
Bebé encontrado en la basura en Los Palacios
Los vecinos que encontraron y salvaron a la recién nacida de Los Palacios relatan cómo fue el hallazgo en el contenedor
Fernando, un mecánico de la zona, oyó el llanto de la niña después de tirar unos cartones
Los análisis toxicológicos confirman que hay restos de sustancias tóxicas en el organismo de la cría
La recién nacida estaba envuelta en dos bolsas y tenía todavía el cordón umbilical
Como todos los días, Fernando salió la tarde de este lunes del taller en el que trabaja y se dirigió a unos contenedores de basura que hay en la calle Cardenal Cisneros, haciendo esquina ya con Mariano Benlliure, en Los Palacios. Iba a depositar allí unos cartones y otros restos. Eran aproximadamente las cinco y media de la tarde.
Fernando oyó un llanto muy leve y muy tenue y creyó que era un gatito que estaba hambriento en el contenedor. Se volvió para dirigirse a su coche, pero algo le dijo en su interior que aquello no era un gato.
"Yo no estaba convencido de que fuera un gato. Me había parecido el llanto de un niño. Me quedé unos segundos paralizado en el coche y decidí volver al contenedor. No sé por qué lo hice, fue el subconsciente quizás. Pedí a algunas personas que había allí que me acompañaran a mirar en el contenedor y comprobáramos qué es lo que había", relata Fernando a este periódico la mañana de este martes en el bar La Fragua, a escasos metros del lugar del hallazgo.
Fernando pide preservar su imagen y se abre a contar el testimonio sin que se le grabe y sólo después de mucha insistencia. "Me han llamado de muchas cadenas, de todas partes, pero yo estoy en shock. Lo que tenía que hablar ya lo he dicho en el juzgado", explica. El mecánico cuenta que ha pasado la noche a base de pastillas y que la tensión le subió enormemente. "Lo importante es que está viva. Ojalá crezca sana y se haga una mujer fuerte".
Entre Fernando y varios vecinos empezaron a revisar la basura. Alguien había tirado basura encima de la bebé, o quizás la misma persona que lo dejó allí lo hizo para ocultar al la recién nacida. Estaba envuelta en dos bolsas de plástico, una de ellas de un comercio local de la zona, de la que sobresalían las piernas.
Una de las personas que rescató a la recién nacida es Belén Cerezuela, que venía de casa de su madre, en la misma calle Mariano Benlliure. "Yo iba pasando y un vecino me paró y me dijo 'niña, ven, ¿tú no escuchas un ruido como de un niño?' No podíamos creer que hubiera un niño ahí". Ya retiraron las bolsas y comprobaron que efectivamente había una bebé.
"Le quitamos las bolsas y vimos que era una niña. Estaba enroscadita, como si estuviera en la barriga de la madre todavía. Tenía unos 20 centímetros de cordón umbilical, sangre y líquido amniótico". Otra vecina que pasaba, Antonia Román, se paró y participó en el rescate. Entre ella y Belén la envolvieron en una manta tras rescatarla.
"Iba para el colegio con mi hija y me dijeron que había un bebé, que al principio pensaron que era un gatito. Me lo llevé corriendo al ambulatorio. No se puede explicar la sensación que tengo. Es muy triste, todavía estoy un poco afectada. Lo importante es que se ha llegado a tiempo, se ha llevado al médico y la niña está bien", apunta Antonia Roma, que cree que la niña llevaría unos veinte minutos en el contenedor. "Estaba calentita aún. La cogí, estaba llena de sangre, la metí en la mantita y me la llevé corriendo al ambulatorio", cuenta Antonia Román.
La hija de esta mujer, Cristina, también estuvo presente en ese momento. "Yo pensé que era un pollito, mi madre comprobó que no y yo me fui llorando con mi hijo a una esquina. La gente decía que no lo tocáramos, que tenía que venir la Guardia Civil. Fue mi madre la que dijo 'sacadla de ahí, que es una persona' y ya la llevaron al centro de salud. Yo tengo el cuerpo cortado. Estoy muy nerviosa, me vine a mi casa llorando y mi hijo preguntando qué me pasaba. Gracias a Fernando que la encontró y a mi madre que supo reaccionar a tiempo. Para mí es una heroína, pues esa cría podría haber muerto en pocos minutos". Tanto Cristina como Belén están dispuestas a hacerse cargo de la pequeña.
"Fue todo muy rápido. No esperamos a la ambulancia ni nada", apunta Belén. Después, la menor sería trasladada en otra ambulancia escoltada por la Guardia Civil hasta el Hospital Virgen de Valme, donde permanece ingresada en buen estado de salud. Esa celeridad pudo ser clave para salvarle la vida a la niña. Como el instinto de Fernando al creer que no había escuchado a un gato. En el barrio del Horcajo, como se conoce a esta zona a las afueras de Los Palacios, no se hablaba este lunes de otra cosa. Era tertulia en el bar La Fragua, donde Fernando rechazaba una entrevista tras otra.
Otros parroquianos trataban de hacer memoria por si conocían a alguna mujer embarazada por el lugar. "Tiene que ser de alguien de fuera y a alguien ha tenido que ayudarla a traer al bebé. Recién parida no creo que haya podido ir a tirarla en el contenedor. Quizás alguien la trajo en un coche". En el bar hay una ambiente amable y un café delicioso. Por ahí pasaron vecinos, reporteros y guardias civiles desde la noche del lunes y durante toda la mañana del martes.
Todos tienen claro que fue "un golpe de suerte" y que casos como éste no son nada frecuentes. "Si la hubieran arrojado una hora más tarde, probablemente no se habría ni encontrado, porque ya poco después pasa el camión y se lleva la basura. La suerte fue que era la hora a la que terminaba Fernando", explica el hostelero.
Los agentes del departamento de Criminalística precintaron los contenedores y se llevaron las bolsas para examinarlas. Tomaron muestras de ADN a la menor para tratar de obtener información genética que ayude a localizar a la madre. También se entrevistaron con los testigos y estuvieron buscando cámaras de videovigilancia. En la calle Cardenal Cisneros no hay ninguna, pero sí en los negocios de las inmediaciones.
Hay varios talleres mecánicos, una pequeña panadería y tienda de alimentación y el bar La Fragua. A unos metros se encuentra la Tasca Ramos, uno de los restaurantes más conocidos de Los Palacios. La calle en la que se encontró a la recién nacida es una vía en la que sólo hay viviendas, cercana ya a la salida del pueblo y al cementerio muicipal. Da a la espalda de una manzana que es un pequeño recinto industrial en la que casi todos los establecimientos son talleres mecánicos.
Juan Manuel Miraisme, vecino de Mariano Benlliure, pasó poco antes del hallazgo por allí pero no apreció nada extraño ni escuchó nada. Su coche es el que está aparcado al lado de los contenedores. Lo había dejado en el taller y pensó que el mecánico lo había terminado ya y lo había aparcado allí. Cuando fue a comprobarlo se encontró con el revuelo. "Se lo dije a mi sobrina, que no puede tener hijos y se dio un lote de llorar tremendo".
Los primeros análisis toxicológicos han detectado la presencia de sustancias tóxicas en el organismo de la niña, lo que hace que la búsqueda de la madre se centre en esta primera fase de la investigación entre las drogadictas del pueblo.
"Tiene que ser alguien así, o quizás una prostituta, ¿Quién hace eso? ¿tirar a un bebé a la basura? Si no pueden criarlo, que lo dejen en una iglesia, en un portal, en el ambulatorio... ¿pero en la basura?". Esa es la pregunta que este martes se hacen todos en Los Palacios, ¿Quién fue capaz de hacer algo así?.
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