El testimonio de la menor no aporta datos sobre la muerte de su familia

La declaración de la menor que sobrevivió a la intoxicación que acabó con tres miembros de una familia de Alcalá de Guadaíra el pasado 14 de diciembre tampoco ha contribuido a aportar datos relevantes sobre la posible causa de la tragedia. Según confirmaron a este periódico fuentes del caso, la menor fue explorada -como se conoce la declaración judicial de una menor, que se practica en presencia de un psicólogo- el pasado viernes y el testimonio de la niña, que tiene 13 años, no arroja tampoco ninguna "tesis firme ni sólida sobre la causa de la muerte" de sus padres y de su hermana de 14 años.

La menor relató en esta declaración la cena que tuvieron la noche previa a las muertes, en la que sus familiares tomaron cazón en adobo y flamenquines, mientras ella cenó un bocadillo de jamón.

Mientras tanto, los análisis de las vísceras y restos enviados al laboratorio de Toxicología no han conseguido identificar la sustancia que acabó con la vida de estas tres personas cuando ha transcurrido ya un mes. Fuentes de la investigación que cita Efe informaron de que por el momento ninguno de los análisis practicados han podido identificar la sustancia que provocó el fallecimiento de las tres personas, aunque los expertos se inclinan por una sustancia volátil, como un plaguicida o un fungicida, que tras haber causado los efectos mortales pudo degradarse en otra sustancia sin toxicidad. Por la sintomatología y el fallecimiento tan rápido, los expertos descartaron una toxiinfección alimentaria y se inclinan por un envenenamiento químico, aunque también se desconoce si lo ingirieron con la comida o fue mediante otra vía, como la inhalación.

La Policía halló en el domicilio del matrimonio y sus dos hijas un producto utilizado en secaderos de jamones que es otra de las hipótesis que se barajan en la investigación.

Todos estos extremos pueden conducir a que las diligencias abiertas por el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Alcalá de Guadaíra puedan acabar siendo archivadas sin causa conocida, lo que ocurrió hace unos años con otras extrañas muertes producidas en otra familia española, en la que tampoco pudo determinarse el origen de los fallecimientos.

Lo que sí está descartado que detrás de este suceso haya un suicidio o un homicidio, y todo apunta a una contaminación fortuita de los alimentos, a que la familia pudiera haber introducido el elemento tóxico por error en alguno de los alimentos que ingirieron aquella noche del 14 de diciembre de 2013.