Otra suelta para reforzar la población del lince ibérico en Doñana
Medio Ambiente
El último censo oficial sitúa en 448 los ejemplares de esta especie en Andalucía, cifra que se ha multiplicado por seis en quince años
'Opilano'. Así se llama el lince ibérico que esta mañana se ha sido liberado en el entorno de Doñana, en la Puebla del Río. Este ejemplar ya había sido liberado el pasado mes de mayo en Villafranca de Córdoba, pero no se adaptó bien al territorio, por lo que se decidió capturarlo y buscarle otro asentamiento.
En la suelta ha participado el consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, José Fiscal, que ha indicado que el objetivo de esta acción es el refuerzo genético de la población de lince de Doñana-Aljarafe. Desde 2007 se han liberado en Andalucía diez individuos para aumentar la variabilidad genética de la población.
El titular de Medio Ambiente ha señalado que "el refuerzo genético es un elemento más de los resultados que la protección y conservación del lince ibérico. En este sentido, los buenos datos se deben a muchos factores como el trabajo científico, la colaboración de los propietarios de fincas, el compromiso de diversas asociaciones y la puesta en marcha de políticas de para recuperar esta especie".
En 2002 el panorama era "desolador" para esta especie, pues tan solo quedaban 94 individuos de lince ibérico en el mundo, y todos ellos en Andalucía. Quince años después, su población se ha multiplicado por más de seis y alcanza los 593 ejemplares, según el último censo oficial.
El lince ibérico ha pasado de ser una especie en 'peligro crítico de extinción' a una 'especie en peligro de extinción', según el listado de la Unión Internacional para la Conservación del Naturaleza (UICN).
Andalucía, la tierra del lince
De esos 593 ejemplares, un total de 448 individuos campean por tierras de Andalucía. Y es que la comunidad autónoma andaluza ha sido la impulsora tanto de la conservación como de las políticas de reintroducción del felino más amenazado del planeta, primero en la propia comunidad y, posteriormente, en Extremadura, Castilla-La Mancha y Portugal.
José Fiscal ha valorado el trabajo de la Junta de Andalucía con los propietarios de fincas privadas, con la sociedades de cazadores y con la comunidad científica; el cúmulo de experiencias, de aciertos y errores, ha propiciado que se haya podido dar el salto con garantías a otras zonas peninsulares fuera de Andalucía.
El camino recorrido para evitar la desaparición del lince comenzó a finales de los años 80 con la aplicación por parte de la Junta de Andalucía de políticas incipientes de conservación: más adelante se establecieron medidas concretas articuladas a través de diferentes programas LIFE de la Unión Europea hasta llegar al actual, el LIFE+Iberlince.
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