La reforma del Puente de Hierro se desbloquea y concluirá a final de julio
El desalojo de los chabolistas permite seguir reforzando la estructura, tras un año de parón · La constructora continúa sufriendo amenazas y robo de material a diario
El reciente desalojo policial de las familias chabolistas que vivían justo debajo del Puente de Hierro de San Juan ha permitido continuar con los trabajos de rehabilitación de esta pasarela imprescindible para dotar al área metropolitana del primer paso entre el Aljarafe y Sevilla reservado para autobuses interurbanos y coches de alta ocupación (tres o más ocupantes).
Después de casi un año de trabajos paralizados por la imposibilidad de actuar en la parte del viaducto más próxima a la capital, las constructoras (Azul de Revestimientos Andaluces y Servicios Técnicos Napal) empezaron hace dos semanas a recuperar el tiempo perdido con dobles turnos de trabajo (de 7:00 a 22:00) y han confirmado a la Consejería de Obras Públicas y Transportes (la Administración responsable) que a finales de julio acabarán esta reforma a la que dedican la máxima celeridad.
El problema ahora es que las familias chabolistas desalojadas siguen causando numerosos robos de material (todo lo que sea metálico) en la obra, rompen las vallas y amenazan a los operarios porque siguen viviendo a sólo unos pocos metros del lugar donde estaban, muy cerca del puente, según el relato efectuado ayer a este periódico por la dirección de obra. Las llamadas a la Policía Nacional resuelven poco porque cuando llegan los agentes ya es tarde. "La única dificultad que seguimos teniendo es que el personal de las chabolas sigue al lado sin dejarnos trabajar un día sí y otro también porque consideran que los han echado de lo que era su casa. El viernes robaron material diciendo a los trabajadores 'o me lo das o te lo quito'. Si no nos causan más problemas en dos meses acabamos la obra, pero si se cabrean más de lo habitual y nos atacan nos tendremos que ir", explica la dirección de los trabajos, que pensaba que el desalojo trasladaría a las familias a zonas más alejadas del puente.
Las empresas han llegado a contratar a seis vigilantes privados durante 24 horas para tratar de frenar los hurtos e incluso barajaron la posibilidad de contratar a algunos de los integrantes de las chabolas, pero el plan fracasó por la diversidad de clanes enfrentados que viven en la zona, lo que hacía imposible contratar a unos y dejar fuera a otros.
De la reforma de este puente, que comenzó en mayo de 2008 con un presupuesto de 4,8 millones de euros aportados por la empresa pública Giasa, sólo queda reforzar el tramo más próximo a Sevilla, puesto que la parte de San Juan y la estructura de hierro están listos. La plataforma acogerá un carril para autobuses y coches ocupados, un carril bici y un paso para peatones, así como iluminación (ya en pruebas) y semáforos para regular el paso, ya que no caben dos autobuses a la vez. El carri bici tiene que completarse en la capital con una pasarela sobre la SE-30 y Tablada.
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