Carlos Navarro Antolín
La pascua de los idiotas
Dos nuevos testimonios contradicen la versión exculpatoria que el torero José Ortega Cano ofreció el pasado viernes ante el juez que investiga el accidente del pasado 28 de mayo. Uno de los testigos ratificó la presunta conducción temeraria del diestro minutos antes del accidente, ya que, según este testimonio, el coche del torero adelantó a dos vehículos a gran velocidad en un tramo curvo "peligroso", con poca visibilidad, y donde había una prohibición expresa de adelantar señalizada por una línea continua. Este testigo, F. J. R. A., que fue una de las personas que llamó aquella noche al servicio de emergencias 112, ratificó su declaración ante la Guardia Civil, en la que aseguró que sobre las 22:25 del pasado 28 de mayo, cuando circulaba por la carretera A-8002, en un tramo conocido como Barranco Hondo, observó cómo un turismo Mercedes -que ayer identificó sin ninguna duda como el del torero- le adelantó a él y a una furgoneta blanca en esa zona donde estaba prohibido hacerlo, y consideró que en ese punto "no había visibilidad" para ese doble adelantamiento.
El conductor explicó que él circulaba a unos 80 ó 90 kilómetros por hora y que el turismo del diestro iba a gran velocidad por el "sonido potente" que hacía el coche, que iba "apretando el motor" para efectuar el adelantamiento. El testigo añadió que un minuto después, más o menos, llegó al punto donde se produjo la colisión entre los coches de Ortega Cano y Carlos Parra.
Un segundo testigo que compareció ante el juez fue el conductor de un todoterreno que circulaba justo detrás del Seat Altea de la víctima. Este testigo, R. V. R., dijo al juez que circulaba a unos 50 metros del coche de Carlos Parra y que éste lo hacía a una velocidad de 80 o 90 kilómetros por hora -velocidad que se sitúa dentro del límite legal de esta carretera, que es de 90-, mientras que el coche de Ortega Cano "venía muy rápido" y cree que con la luz larga encendida.
Este conductor, que circulaba justo detrás del coche de Carlos Parra y logró esquivar el motor de su coche, que había quedado en medio de la calzada, confirmó la invasión del carril contrario por parte del coche de Ortega Cano, que "entró por su derecha en la curva y luego hizo claramente un línea recta, sin tomar la curva hasta que se produjo el impacto", señaló el testigo en su declaración. De la misma forma, precisó que la víctima no pudo realizar "ninguna maniobra de evasión ni frenó, que le cogió por sorpresa". El testigo insistió en que el turismo que conducía el torero circulaba a una "velocidad elevada", lo que llevó al testigo a frenar cuando vio cómo circulaba el otro coche.
Al término de la declaración, los abogados de la acusación particular, Andrés Avelino y Luis Romero, aseguraron con respecto a la posibilidad de que la defensa impugne la prueba de alcoholemia por la posible vulneración de la cadena de custodia, que con los testimonios de referencia puede acreditarse la conducción bajo los efectos del alcohol y la imprudencia grave del conductor. En cualquier caso, los letrados señalaron que, aun sin esa alcoholemia positiva, hay pruebas e indicios suficientes para mantener que los hechos pueden constituir delito contra la seguridad y de homicidio imprudente, y para solicitar la pena en su mitad superior, con lo que se podría solicitar una condena de dos a cuatro años de cárcel.
La defensa del torero prepara un contra informe sobre la velocidad de los vehículos y ha pedido al juez que cite a declarar a cinco testigos para acreditar que aquel día no estuvo bebiendo.
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