El pintor del costumbrismo andaluz

Reconocimiento. Marchena acoge una exposición del pintor marchenero Eufemiano Sánchez bajo el título de 'Eufemiano y Marchena, el pintor y su tierra'. Las obras proceden de colecciones privadas de Andalucía y Madrid

Eufemiano Sánchez en su estudio del Paseo de la Castellana de Madrid, en 1995, año de su fallecimiento. En el caballete, un retrato de su yerno, Antonio de la Llama.
Eufemiano Sánchez en su estudio del Paseo de la Castellana de Madrid, en 1995, año de su fallecimiento. En el caballete, un retrato de su yerno, Antonio de la Llama.
R. Domínguez

27 de marzo 2009 - 05:01

Un dicho popular asegura que nadie es profeta en su tierra. Algo similar le ocurrió al pintor marchenero Eufemiano Sánchez. Ahora, su obra pictórica ha vuelto a su ciudad natal, para formar parte de la exposición Eufemiano y Marchena, el pintor y su tierra. Una forma, según explica orgullosa su hija Eloisa, de "regresar simbólicamente a la semilla. Una afirmación de que hay un proyecto ambicioso en marcha, y de que dentro de este proyecto hay un lugar específico para Marchena".

La muestra, que se inaugura hoy y permanecerá abierta hasta el 20 de abril, consta de 17 obras que muestran su evolución y compromiso con la pintura. Está organizada por el Ayuntamiento de Marchena, la Fundación Solventia y la Gerencia del Legado de Eufemiano.

Se trata de cuadros que pertenecen a diversos coleccionistas privados de Madrid, Granada, Sevilla, Huelva y Córdoba que los han cedido temporalmente. Tal como describe su hija Eloisa, se trata de "un conjunto de obras, desde el muchacho que empieza a pintar hasta el hombre maduro en la cúspide de su carrera".

La muestra sobre Eufemiano Sánchez es en la Sala Carrera y la visita es gratuita. El horario de apertura es de lunes a viernes de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00 y los fines de semana de 10:00 a 14:00. Además se acompaña con actividades divulgativas de la obra, como las conferencias del conservador del Museo de El Prado, Matías Díaz Padrón, y el profesor de Historia y ganador del premio de investigación sobre el pintor, Eloy González.

Matías Díaz ha visto en Eufemiano Sánchez alguna analogía con Zuloaga, sin romper con las raíces de la tradición andaluza desde Velázquez a Alonso Cano. El conservador de El Prado ha diferenciado entre el periodo de Sevilla (1931-1945) con retratos realistas y el contacto durante dos años con Marruecos que le llevan a la pintura orientalista. En Sevilla, el pintor cultiva el costumbrismo andaluz, y en Madrid (1962-1995) encuentra, según el conservador, su aspecto más original en los maniquíes.

Por su parte, el profesor Eloy González asegura que se trata de "un trabajo de ordenación y contextualización de la producción de Eufemiano: desde sus primeros trabajos hasta el periodo de mayor producción".

Eufemiano Sánchez ingresó en la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla con doce años porque quería ser escultor. Comenzó a dibujar y esta formación le descubrió su verdadera vocación, la pintura. Continuó en la Escuela hasta los 18 años. En este período, recuerda su hija, "decía que había aprendido a estudiar por su cuenta, a ponerse problemas y a luchar por resolverlos". Años después estudio grabado en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando en Madrid (1976-1979).

La vinculación de Eufemiano con Marchena era "emotivamente muy fuerte, a través de la familia materna y los recuerdos de la primera infancia. Solía decir que Sevilla está a 60 kilómetros de Marchena", rememora su hija. Aunque, se lamenta de que "desafortunadamente, nunca tuve la oportunidad de visitar Marchena con él. Pero no importa, la he vivido a través de él. No había día en que no saliera a relucir".

Eloísa asegura que a su padre no le gustaba presentarse a concursos, pues guardaba malos recuerdos. En la Exposición de Primavera de Sevilla de 1944, el jurado rechazó el mejor de los tres cuadros que presentaba: Retrato de un cajón y una lata, por considerarla una burla. Este cuadro se expone ahora en Marchena. Eloísa reproduce las palabras de su padre: "me dolió tanto que dejé de acudir a las exposiciones colectivas y pocas veces he mandado algo a estos certámenes".

Las pocas veces que participó hizo un brillante papel como en las bienales de Sao Paulo (1975) y Florencia (1973), en la que obtuvo la Medalla de Oro.

En esta exposición queda patente una frase que el crítico Luis González Robles recordó del artista marchenero: "el tiempo le ha dado la razón a Eufemiano porque hoy es siempre todavía".

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