Un paraíso a 365 curvas

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Las Navas de la Concepción es el pueblo de la Sierra Norte que peor comunicado está

Muchos inversores abandonan sus proyectos en este municipio por las trabas que supone encontrarse en un parque natural

Las Navas de la Concepción, el pueblo peor comunicado de la Sierra Norte
La tranquilidad es la nota dominante en las calles de Las Navas de la Concepción. / Juan Carlos Vázquez
Diego J. Geniz

14 de enero 2018 - 07:00

"Aquí hay que venir ex profeso. No coge de paso". La afirmación del alcalde de Las Navas de la Concepción, Andrés Barrera Invernón (PSOE), la constata todo aquel que ha conseguido llegar a este pueblo situado en el extremo oriental de la Sierra Norte sevillana. Un tortuoso camino a través de la denominada carretera del año. Contiene 365 curvas. Enderezar el volante es imposible durante la media hora que dura el trayecto entre Constantina y dicho municipio. Hay que bajar la ventanilla, respirar aire. El mareo es incesante y la fatiga se vuelve compañera inseparable del viaje. Eso sí, las vistas del paisaje bien merecen la pena. Esta vía pertenece a la Junta de Andalucía. Hay otra, con menos curvas pero de mínima anchura, que discurre desde La Puebla de los Infantes y cuya titularidad recae en la Diputación provincial, el ente administrativo gracias al cual este tipo de localidades mantienen cierta calidad de vida.

Es viernes de enero. El frío ha dado una pequeña tregua. La Plaza de España cuenta con dos bares. Una peña y una cafetería. En ésta última permanecen sentadas varias vecinas de cierta edad. Vienen con los carros de la compra. Se toman el último café de la mañana. No tienen prisa. El tiempo aquí no corre tan ligero como en la ciudad. Los maridos son pensionistas. La mayoría de sus hijos se marcharon del pueblo para labrarse un porvenir. Otros trabajan en los programas temporales de empleo que llegan a un municipio donde no hay mercado de abastos.

El olivo, el alcornoque y el ganado son las principales fuentes de riqueza natural en Las Navas. Para evitar el éxodo de la población más joven, el gobierno que preside Andrés Barrera presentó ante el Ministerio de Industria un proyecto de cooperativa, que emplea a 40 lugareños de entre 18 y 50 años. Se encargan del mantenimiento del olivar más viejo. Los frutos que se cosechan se entregan a la cooperativa aceitera Virgen de Belén. Se trata de la una de los dos fábricas con las que cuenta este municipio serrano. La otra es un matadero perteneciente a Cárnicas Manuel Salado, una de las más importantes empresas españolas de carne de caza. "El 99% de lo que producimos aquí lo exportamos a Europa, especialmente el ciervo y el jabalí", detalla Ángeles Medina, una de las responsables de esta sociedad privada. El pasado otoño, en plena temporada alta, se llegó a contratar a casi un centenar de personas. Es la principal fuente de empleo de la zona. Y ello, pese a que mantener la actividad aquí no resulta nada barato. "Lo hacemos porque queremos a nuestro pueblo, pero tener una empresa en Las Navas supone triplicar los costes de producción y transporte, no tanto por la lejanía como por el difícil acceso por carretera", argumenta la encargada.

Un matadero de carne de caza es la principal fuente de empleo en este municipio

La conexión es el gran frente de batalla con las administraciones. "No le pido a la Junta una autovía, sólo una carretera como la que une Constantina con Lora, así evitaríamos el aislamiento que sufrimos", señala el regidor de Las Navas, un municipio que cuenta con un autobús al día para ir a Sevilla. Sale a las seis de la mañana y regresa a las cinco de la tarde. Hay dos plazas de taxi sin cubrir. Y otra carencia en la que Barrera insiste: las infraestructuras educativas. "Tener aquí un instituto cuesta mucho dinero, pero no podemos permitir por más tiempo que los alumnos de tercero y cuarto de la ESO tengan que acudir todos los días, a las seis de la mañana, a Constantina y regresar de allí a las cinco de la tarde por una carretera con 365 curvas".

Dos empleadas de Cárnicas Manuel Salado, una de las empresas líderes en c
Dos empleadas de Cárnicas Manuel Salado, una de las empresas líderes en c / Juan Carlos Vázquez

Otro de los condicionantes que frenan las inversiones en este pueblo es el hecho de que se encuentre dentro del Parque Natural de la Sierra Norte y haga frontera con el de Hornachuelos (en Córdoba). "La legislación se hace de espaldas a los que viven aquí, lo que limita todo tipo de proyectos y espanta a los que vienen a invertir", lamenta el alcalde.

Por las calles de Las Navas se ven pocos jóvenes. Los que hay están trabajando. Se encargan de arreglar el pavimento. Son las obras del antiguo PER, ahora llamado PFOA, cuya existencia está más que justificada cuando se visitan municipios como éstos. "Aquí se vive de las pensiones agrarias, que como mucho llegan a los 600 euros, y del subsidio, que garantiza 500 euros mensuales durante medio año si se cuenta con un mínimo de peonadas", aclara Barrera. Ofrecer este mínimo fue uno de los motivos que llevó a crear la cooperativa municipal, que garantiza a parte de la población en edad laboral un trabajo de entre seis y nueve meses.

El Ayuntamiento ha creado una cooperativa para cuidar el olivar y dar trabajo a los jóvenes

De cara al futuro más inmediato, el gobierno local también planea construir una planta de biomasa, un proyecto que estaría financiado por el Ministerio de Industria y el Ayuntamiento de esta localidad. Contaría con el apoyo de la cooperativa aceitera Virgen de Belén.

Para el desarrollo turístico, se plantea organizar un recorrido a través de la Ribera del Ciudadeja. Para ello, es necesario restaurar los molinos que jalonan este sendero, uno de los más bellos de Sierra Morena y que se convertiría en otro de los puntos de atracción de visitantes, junto a la Ribera del Huéznar, en San Nicolás del Puerto.

Uno de los objetivos municipales pasa por que la manufactura del corcho se quede aquí, donde existen amplias dehesas de alcornoques, y no se vaya toda la recolección a las fábricas de Cataluña y Portugal, como ocurre actualmente.

"Las grandes empresas no van a venir aquí. O las creamos nosotros, o estamos muertos". Es la máxima del alcalde de Las Navas, un pueblo que se encuentra en la zona de influencia del cementerio nuclear del Cabril. Por esta proximidad recibe al año una asignación económica fija y otra variable. La ayuda se acabará en 2040 cuando se cierre el último nicho. "Pretendemos que se prolongue, pues estos residuos tienen una vida de 300 años y es de justicia que nos compensen por la contaminación", destaca Barrera.

"El principal problema de esta comarca extensa y dispersa es que no ha habido unión de los pueblos. Ahora sí se está logrando y vamos a luchar por que no se vacíe más", refiere este regidor, quien da a conocer una contradicción más que curiosa: "La Sierra Norte aporta agua para un millón y medio de sevillanos, pero en mi pueblo tenemos cortes de suministro por el mal estado de las conducciones".

Declaraciones que se producen cuando el campanario de la parroquia avisa de que es la hora del Ángelus. A partir de este momento se hace habitual el olor a guiso en las calles de un pueblo de casas grandes, encaladas y con inmensos patios. "Aquí se vive bien y, lo más importante, hay gente sana", defiende un vecino octogenario. El paraíso después de 365 curvas.

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