Una oferta para acabar en prisión
La Policía detiene a una pareja que repartía octavillas ofreciendo descuentos de cinco euros por cada gramo de cocaína que se le comprase e incluso dejaba su dirección
Un billete de cinco euros fotocopiado, una oferta de descuento de esta cantidad por cada gramo de cocaína que se comprara, un apodo, el Arrebato de Morón, y una dirección de este municipio, el número 35 de la calle Zaharillas. Todo eso figuraba en unas octavillas repartidas por Morón de la Frontera y que, además de llegar a las manos de posibles clientes, también acabó en las de la Policía. Cuando los agentes se presentaron en la dirección indicada en la publicidad, descubrieron que, efectivamente, existía un punto de venta de droga en el domicilio.
Sólo hizo falta un mínimo seguimiento para apresar a los responsables. La Policía identificó al Arrebato como Juan C. M. y luego descubrió que actuaba de manera conjunta con su mujer, identificada como María del Carmen C. V., según informó ayer en un comunicado la Jefatura Superior de Policía en Andalucía Occidental. La esposa del Arrebato era la encargada de transportar la droga desde otros municipios y quien la entregaba en su casa a las personas que llegaran al reclamo de la publicidad que habían repartido previamente, sobre todo en las zonas de ocio nocturno. El Arrebato, por su parte, también se dedicaba a vender la droga por distintos locales y discotecas del municipio.
La pareja responsable de esta inédita promoción fue detenida cuando se desplazaba en su coche a Marchena para comprar cocaína que luego se iba a distribuir en Morón. En el momento del arresto, se les intervinieron dos bolsas con cocaína en forma de roca. En el registro posterior del domicilio del matrimonio, la Policía se incautó de diverso material para el pesaje, corte, mezcla y distribución de los estupefacientes. En la vivienda también había una cantidad indeterminada de hachís.
Los dos detenidos fueron puestos a disposición judicial tras su arresto. El juez decretó el ingreso en prisión del Arrebato, que además contaba ya con antecedentes delictivos. Tanto él como su esposa están imputados como presuntos autores de un delito contra la salud pública.
Hasta ahora la Policía se había topado con casos del conocido como telecoca, en el que un traficante sirve la cantidad que los clientes pidan llevándola a domicilio. Que un vendedor de drogas a pequeña escala reparta una octavilla dejando su apodo y su dirección es un método novedoso entre los traficantes. A la vista de los resultados, parece demasiado indiscreto como para que alguien se anime a repetirlo.
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